Capitulo 3

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Narrador Omnisciente

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Narrador Omnisciente

Los compañeros de la castaña trataron de salir del círculo, sin embargo, la barrera les obstruyó la salida, por lo que se vieron muy enojados, mientras los demás Cullen observaban todo con preocupación y frustración por no saber en qué, o como ayudar.

—¿Qué es lo qué pasa? –pregunta el cobrizo con frustración.

—Déjanos salir, Isaac —habla autoritario el rubio Hale pero el nombrado solo niega.

La castaña vuelve intentar ir hacia ellos, con el único fin de querer matar a todos, pero esta vuelve a chocar, cayendo lejos por la barrera, solo por los instintos de lobo se acerca nuevamente a la barrera para tratar de pasarla, solo que esta vez, no corre hacia ella, si no que, se posiciona justo enfrente y comienza a empujar.

—Escúchame, tú eres Elizabeth Swan, eres la que siempre sale de los problemas a pesar de lo difíciles que estos parezcan, tú puedes controlarte –habla el beta tratando de que la castaña entre en razón, sin embargo, la chica lo ignora y sigue tratando de avanzar, los Cullen solo observan todo con impotencia al no poder hacer nada. El chico Lahey se asusta cuando observa como la barrera parece verse  más débil, a tal punto de que la chica logra meter una mano. Isaac sigue hablando esperando a que la chica lo escuche—. Elizabeth, eres una de las personas más fuertes y honestas que conozco, tienes un increíble corazón, eres mi manada, eres de las mejores semidiosas, los dioses te aman, eres muy fuerte y no solo hablo de la fuerza física, si no también la mental, eres mi mejor amiga, mi hermana, tienes que encontrar tu ancla Beth, encuentra tu ancla —en ese momento los ojos de la castaña se vuelven rojos escarlata.

Logra atravesar la barrera y la rompe, pero en lugar de atacar, cae de rodillas al suelo y, empieza a llorar, su amigo lo único que hace es ponerse junto a ella y consolarla, sabe lo difícil que está siendo todo para ella.

Los compañeros de la chica se quieren acercar, pero el beta niega con la cabeza, signo de que no lo hicieran. Podría parecer egoísta, pero conoce bien a la castaña para saber de que en esos momentos necesitaba estar sola.

—Será mejor irnos —susurra el patriarca Cullen, aún sin entender lo que estaba pasando. Sus hijos asienten y en segundos se alejan en dirección a su casa, donde el papá de los chicos y la matriarca de los Cullen se encuentran.

Los compañeros de los chicos dudaron en quedarse, pero finalmente se fueron al ver la situación, dejando así a los semidioses lobo completamente solos.

Lo único que se podía escuchar en el silencioso bosque, era el llanto de la castaña y, al estar cerca de la frontera del tratado, los metamorfos vieron lo que ocurrió desde el rugido que escucharon. Sin saber que era lo que realmente significaba.

Estuvieron un largo rato así, el chico abrazándola, dándole seña de que no estaba sola, hasta que la chica se durmió, el chico Lahey hizo un viaje sombra hasta la habitación de la castaña. Ignorando completamente la destrozada cama, la recostó sobre esta y la dejó durmiendo, aún dando pequeños sollozos.

Semidiosa Swan «E.C & J.H» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora