Después de eventos desafortunados, Elizabeth Swan y Isaac Lahey, van a Forks tratando de alejarse del mundo sobrenatural. Sin embargo, no esperaban encontraste con un grupo de chicos de ojos dorados, quienes pondrían su mundo de cabeza mucho más de...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Narrador Omnisciente
Pasaron los meses y con ello, se dio inicio a un nuevo año escolar, un mes después del inicio de clases es el cumpleaños de cierta castaña.
La Swan mayor regresó con su madre, ahora a Jacksonville, después de no recordar varias cosas, sin embargo, observaba algo extraño en los Cullen antes de irse, sospechaba que ocultaban algo, solo que esta vez, no tenía fundamentos para querer averiguar, aunque le tenía envidia a su hermana por estar con dos de los Cullen y lo que hacía que le hirviera la sangre, era que su padre lo aprobara.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Narra Lizzie
Me encuentro en un prado lleno de flores junto a Edward y Jasper, estamos acostados viendo el cielo platicando de cosas triviales, pero de pronto escucho un ruido a lo lejos.
—¿Escucharon eso? –inquiero mientras me levanto, a lo que ellos imitan mi acción–
—No hemos escuchado nada amor –responde Edward y Jasper asiente concordando con él.
Volteo a todos lados tratando de encontrar algo, hasta que doy en un punto del claro en el qué hay como un espejismo, donde me encuentro yo, pero en mi forma de lobo, solo que tenía mis ojos rojos escarlata. Los nervios se apoderan de mi y quiero dar vuelta para que nos vayamos, sólo que los chicos ya no están junto a mi, sino ahora se encuentran en el espejismo a lado de mi forma lobo.
—¡Edward! ¡Jasper! —les grito, pero no me hacen caso, es como si no me escucharan, veo como mi forma lobo tiene una sonrisa burlona en su rostro.
Empiezo a correr hasta ellos, pero me detengo en seco cuando veo como mi forma lobo los ataca, arranca la cabeza de los dos, caigo de rodillas al suelo y lloro, veo al frente y ya no hay nadie, me fijo a mi al rededor y me doy cuenta que tengo mis manos con mis garras fuera y en ellas se encuentran las cabezas de mis dos amores...
Despierto exaltada, me doy cuenta que estoy en mi habitación y suelto un suspiro de alivio al percatarme que solo fue un sueño.
Veo la ventana y se puede notar que ya es de día, así que me levanto, me doy una ducha, cuando salgo elijo mi atuendo y me maquillo un poco.
