Epílogo

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Camila's POV

— Anda, bebé, coge la mano de mamá. — susurré hablándole a Caleb. Él miró la mano de mi esposa y la tomó, a lo que la ojiverde correspondió. Yo mientras tanto hacía el mismo proceso pero con Collin.

Caleb y Collin eran nuestros hijos. Eran nuestros hijos gemelos. Los habíamos adoptado desde que tenían menos de un año de edad porque habían sido abandonados un mes después de su nacimiento. Y en cuanto al parecido, no lo teníamos, aunque compartían ciertas similitudes con Lauren como sus ojos, y en cuanto a mí, solo tenían un tono de cabello muy parecido. Su piel era apiñonada cálida, y su nariz era recta y plana. Eran extremadamente hermosos, y solo podía esperar a que crecieran para ver aún más su belleza —aunque no quería— porque ahora solo tenían 5 años.

Acabábamos de estacionar el auto y ahora estábamos caminando con rumbo hacia la puerta de la casa de mi muy querida amiga: Nicolle. Nos reuniríamos para festejar el cumpleaños de su esposo y muy buen amigo nuestro: Benjamin.

Lauren y yo habíamos conocido a Ben mucho antes que Nicolle, puesto que era uno de los compañeros de la Academia de Arte en donde Lauren trabajaba y de la que además, era dueña del 50%. La forma en que mi amiga conoció al inglés fue un día después de que cenáramos juntas porque sorpresivamente ambas vivíamos en Nueva York, Lauren nos recogió para llevarnos a casa y como cosa del destino también le daría un aventón a Benjamin. Quién lo diría pero ahora él y mi buena amiga estaban casados y a punto de tener su segundo hijo.

— ¿Qué le daremos al tío Ben? — preguntó Collin tirando de mi mano.

— No tenemos que darle nada, gracias a nosotras existe su matrimonio. — bromeó mi mujer y negué sonriendo.

— Unos zapatos que están en la bolsa que lleva Caleb. — contesté señalando a mi otro pequeño, vi que Collin se detuvo y puso un mal gesto, luego se cruzó de brazos. — ¿Qué pasa, hijo? — Lauren se detuvo al escucharme y ver lo qué pasaba.

— Yo también quiero un regalo para mí, para poder dárselo al tío Ben. — reclamó el menor de los gemelos.

— Pero entre los dos le entregarán este al tío Ben. — dijo mi esposa y mostró el paquete que Caleb sujetaba en sus manos. Collin negó con una mala cara y bajo su cabeza al suelo.

— Quiero darle uno yo mismo. — exigió, miré a mi esposa y suspiró pasando una mano por su cara.

— Okey, ¿sabes qué? — susurró. — Hey, Caleb, dame eso. — dijo retirando el paquete de las manos del mayor para dárselo al menor. — Listo.

— No, mamá, ¿por qué hiciste eso? — reclamó Caleb comenzando a llorar. — Yo quiero entregárselo al tío Ben. — miré a Lauren y negué poniendo mis manos en la cintura.

— Muy bien, arréglalo. — me dirigí a ella en un tono de ironía.

— No, hijo, no llores. — dijo algo estresada, yo volteé mis ojos y le quité el regalo a Collin de las manos.

— Ya está, ninguno de los dos se lo entregará por ponerse de llorones. — fue lo peor que pude hacer porque ahora sus llantos se escuchaban por todo el vecindario.

— Muy bien, arréglalo. — se quejó Lauren repitiendo lo que yo había dicho, pero yo solo permanecía con un mal gesto. — Okey, chicos, paren de llorar, ¿bien?, por favor. — murmuró pero ellos no le obedecían. — Dios, me volveré loca.

— Niños, ambos, hagan silencio. — dije con un tono un poco más firme pero ninguno hizo silencio.

— Una mierda. — susurró Lauren y me quitó el regaló, lo abrió y con velocidad sacó el par de zapatos que llevábamos para Ben. — Toma. — le dio un zapato a Collin. — Y toma. — le dio el otro zapato a Caleb. Por fin dejaron de llorar y yo no sabía qué cara hacer. — Problema resuelto. — dijo y aunque no podía creer cómo terminamos metidas en este lío, quería reír.

Breathe || CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora