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Finales de mayo de 1989


"Al verdadero amor no se le conoce por lo que exige, sino por lo que ofrece" —Jacinto Benavente.

Dimitri

Y él le ofrecía ese sentimiento nuevo y desconocido a Hayden, afirmando que, a pesar de no saber su concepto exacto, es el sentimiento más honesto que ha experimentado.

Tuvo que pasar un mes, ya a finales de mayo, para que tuvieran una primera cita y eso fue gracias a Tito y los jóvenes de nombres aún desconocidos, ya que ellos cuatro les reservaron una de las mesas del piso superior y Tito le dio el día libre a Dimitri por haber sido un primer gran mes para ser novato.

Además de la situación familiar y laboral que impedían a Dimitri verse con Hayden, él había vuelto con su madre a Oshawa y había viajado por unas semanas.

Pero, a pesar de todo, aquella cita se estaba llevando a cabo luego de un largo y tedioso mes de espera.

—¡Y Park aterrizó en los brazos de Collin! ¿Lo puedes creer? —Hayden tenía lágrimas de alegría y a Dimitri le dolía el estómago por reírse tanto— Johan sólo pudo gritar mientras yo tomaba la foto.

Ambos estaban disfrutando aquella tarde, el sol estaba en su punto justo, desprendiendo rayos de sol que caían sobre la camisa blanca de botones y pantalón negro de Dimitri, además del pantalón gris y la sudadera azul que llevaba Hayden.

—¡Y Stacy cayó de espaldas! —Dimitri al fin había encontrado recuerdos bellos de su familia, claramente eran anteriores a sus doce años, pero eso no les quitaba lo bello, además le agradecía a Hayden, aunque no se lo dijera, por desbloquear esas memorias.

Las horas pasaban y el sol se iba ocultando, Dimitri iba recolectando toda la información posible que Hayden le brindaba, a pesar de saber quiénes eran su familia y cuáles eran sus sueños, no conocía su color preferido ni su juego favorito de la infancia, aunque eso podía esperar...

Las estrellas se asomaban, hubo un bello silencio en el que ambos ya se estaban retirando, pero se detuvieron para ver las estrellas.

—Brillante —Hayden estaba paralizado observando el cielo, pero Dimitri estaba concentrado en ver los maravillosos ojos de su acompañante.

—Sí.

Al bajar, agradecieron a Tito y se despidieron de él; al salir del establecimiento, ambos estaban tan juntos que no querían separarse, pero cada uno debía hacer sus cosas. A pesar de que Dimitri también tuviera muchas dificultades para ver a Hayden, resentía mucho el hecho de que no vivieran en la misma ciudad.

—¡Cierto! —dijo Hayden sacando un sobre de su suéter— Acéptalo —puso el sobre dentro del pantalón de Dimitri—, es el dinero por tu cámara, Tito quiere que lo tengas, aunque no te compres otra cámara, me dijo que, si él te lo daba, no lo aceptarías.

Dimitri cambió su cara de asombro por una sonriente, agradeciendo todo lo que su jefe había hecho por él, como una figura paterna, una verdadera.

—¿Cuándo te volveré a ver? —preguntó Dimitri jugando con la tela del suéter de Hayden— Ya sabes que trabajo de tres a cinco, pero algún día puedo salir antes o llegar después a casa... —Pausó por un momento—. Tal vez, si quieres, podríamos ir a otro lugar, ya sé que es muy pronto y... —Hayden había plantado un beso en su mejilla, dejándolo sin palabras y ruborizado.

—Tengo que viajar de nuevo —Dimitri seguía tan asombrado que no se molestó ni entristeció—, me pagarán más y te quiero llevar a un lugar. Eso será dentro de otro mes, me iré en estos días, pero antes quiero venir a verte.

Mi razón para seguir adelante ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora