-Eres tan pequeña como una hormiga ¿Puedes escuchar lo que ellas hablan? Por eso es que te veo reírte sola a cada rato - se burló mirándome desde arriba con una sonrisa bailando en sus labios. -¿Oyes eso? -pregunté fingiendo oír algo - Las homigas acaban de avisarme que tu única neurona ha muerto. ¿Qué pasa cuando ambos somos el desastre más hermoso antes visto?