En la casa de los Weasley, los hermanos Pevensie sintieron algo extraño. Extraño y familiar. Ellos ya lo conocían desde antes. Se levantaron de sus asientos y se reunieron en la puerta, la mirada de los cuatro se perdió en el cielo que poco a poco iba despejándose. Lucy se abrazó a Susan; Edmund se recargó contra la puerta; Peter se cruzó de brazos y apretó los puños. -Ella está aquí -susurraron al mismo tiempo.