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 La noche anterior a que la empresa dé comienzo, Yoongi es incapaz de conciliar el sueño. Es ya conocedor de los planes del duque, no porque él mismo se los desvelara, sino porque quienes temía que fueran demasiado valientes lo han sido y, en el proceso de tomar una decisión, ambos le han pedido consejo. Y aunque había deseado en silencio una y otra vez negar la partida para mantenerlos a salvo, no ha podido permitirse ese lujo. No ha podido porque si lo hacía el duque sabría que había sido él y la tregua por la confianza se rompería entre ellos pero más importante aún, no podía porque no quiere ser el muro que bloquee los deseos de los dos jóvenes.

Ahora, en horas de que marchen, sigue dando vueltas por sus pasillos, sintiéndose ahogar por ellos mientras su esposa hace lo posible para calmar las aguas. Quizá lo que más le preocupe a Yoongi no sea que ambos partan en busca de la aventura, sino que, si los que de su propia sangre no han nacido tienen tal valentía e ímpetu, ¿cuánto tardará el suyo propio en hacerlo? El capitán no quiere pensar así, porque hace que su corazón elija un futuro para su hijo o hija antes de que siquiera haya dado sus primeras respiraciones. Siendo él tan conocido por su templanza, es molestia propia verse tan impaciente y nervioso pensando en ese futuro. ¿Qué es lo que cambia ahora que hace que su alrededor se vuelva su mayor preocupación? Todo se mueve al son de su palabra para crear el mundo que quiere, pero no puede ir más allá de lo que su posición requiere. Aunque luche por sus ideas, siempre hay un punto en el que debe retroceder y agachar la cabeza. Así pues, si tiene una hija, algún día dejará de ir por su nombre y de sus raíces tendrá que hacer una nueva vida; si tiene un hijo, él será quién lo guíe a la guerra y más pronto que tarde, no podrá salvarlo de las garras de la muerte temprana.

Es de esta manera que el capitán Yoongi abandona su vagar y se adentra en su estudio, sentándose en su sillón y observando el paisaje. Se pierde en sus pensamientos y en la maquinación de un plan del que no tiene idea si se realizará.

A su vez, cinco son los caballeros que esperan las palabras del duque y sus varios regalos para partir. Doncellas, mozos y pajes saben cual es la razón de esa reunión, de ese adiós tan presentado y de cómo puede resultar todo pese a que nadie haya dicho palabra de qué están haciendo ellos allí. Las palabras son escuchadas y no es la primera vez que ven la pequeña ceremonia suceder. Los caballeros que son ya sobre sus corceles no pueden esperar a salir disparados en busca del tesoro de sus vidas y la promesa de una vida que supera las expectativas de todo ser viviente, sin embargo es cosa de los plebeyos que allí trabajan sentir el mundo demasiado pesado sobre sus hombros, sin oportunidad de poderles hacer repensar sus próximas acciones. Ellos callan y asienten, viendo pasar cuantas vidas de caballeros que parecen poder derrumbar el mundo con sus espadas y fallando siempre en sus intentos. Es un mundo cruel, piensan todos ellos, pero más cruel es para los inocentes que caen en las fauces de la ambición del duque y son presos de las cadenas de un honor tiempo ya podrido.

Jungkook y Taehyun son los favoritos de Seokjin de entre el grupo completo. Reparte personalmente a cada uno un mapa de todas las tierras del reino y puntos clave en los que supone pueden encontrar pistas sobre el paradero de Excalibur. Marca también aquellos puntos en los que alguien o algo podría complicarles el viaje pero que deben ser atravesados para poder continuar su camino. Más allá de las fronteras del reino, el duque no puede darles información pese a saber que se encuentra en aquellos lares. Será la valentía de los caballeros la que los guiará y hará que lleguen a buenos lugares, su experiencia la que gane tantas batallas se les presenten y el espíritu el que los haga volver algún día. Les da también bolsas de monedas con las que podrán parar a descansar más allá de las fronteras puesto que dentro de ellas no deben tener preocupación alguna por ello. El mismo sacerdote que ofició la boda de la hija del duque una semana atrás bendice ahora equinos y caballeros por igual esparciendo agua bendita sobre ellos y purificando sus almas con incienso. Además de sus espadas y escudos a los que hechos están, son regalados arcos y flechas.

El canto del caballero [bts]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora