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 Un par de días antes del 15 de mayo empiezan lo festivo en el castillo de los duques con motivo de la boda del marqués Jung Hoseok y su prometida Kim Heejin, una pareja unida por un amor trabajado a lo largo de un par de años y completada por los tratos de ambas familias. Es la boda del año, no ha habido una igual, no al menos desde la boda de la primera hija de Seokjin.

Durante estos días han ido llegando todos los invitados pertinentes, pasando a saludar primero que todo a los próximos cónyuges en compañía de sus respectivos padres, felicitando el matrimonio de la pareja y la felicidad que les traía y más tarde, al resto de invitados a la boda que se entretienen con diferentes actividades dentro y fuera del castillo. Min Yoongi ha estado, hasta el momento, ocupado desde el alba hasta la puesta del sol buscando la mayor seguridad posible para todas las personas que al palacio llegan y ahora que el día de la boda ha llegado, se mueve arriba y abajo, mezclándose con cocineros y cocineras, doncellas y sus soldados invitados, mientras acaba de preparar y arreglar cualquier cosa que pueda surgir.

Kim Taehyun y Jeon Jungkook llegan en ese momento sobre sus caballos. Taehyun sobre su yegua palomina, Prímula, que es la flor que florece justo antes de que acabe el invierno, recordando al resto de flores que se acerca el momento de hacerlo, y Jungkook sobre su caballo bayo llamado Mitheor, teniendo siempre presente la magia de las estrellas que se mueven durante la noche. Ambos caballos de la misma ganadería y con habilidades igualmente comparables, vestidos con las mejores galas que unos caballos puedan llevar: la de los ganadores. Unas pecheras de colores rojos que se alargan hasta llegar a las grupas, escondiendo hasta las rodillas de los caballos y con motivos cuadriculados que se remarcan con los bordados negros y dorados. Las riendas son adornadas con pequeños pompones en su final, donde el caballero puede tener un mejor agarre si es que éstas se le escapan de las manos. Las bridas decoradas con una testera que esconde la cara del caballo a juego con esa manta que tapa el resto del cuerpo. Para la gente de los pueblos que pudieran verlos pasar, era evidente que se dirigían a la fiesta de las fiestas. Detrás de ellos llegan sus respectivos escuderos con los regalos para la pareja montados en mulas, no caballos, porque estos no pueden andar más alto que los caballeros.

Entregan las invitaciones al paje que seguidamente les indica la entrada y les invita a unos cuantos manjares antes de dirigirse al interior. Taehyun es el primero en acercarse al contrario con tal de ir al vestíbulo conjuntamente.

- Es un honor volver a verte por aquí, Jungkook, hacía mucho que no conversábamos los dos, ni que vestíamos nuestras mejores galas para un mismo gozo. -Taehyun habla después de saludarlo con un pequeño gesto de cabeza, manteniendo ambas manos tras su espalda.-

- Así es. La última vez que te vi fue en presencia del capitán Min, cuando volvimos de la batalla cercana a las tierras de Conth. -Jungkook le saluda de igual forma.-

Ambos emprenden entonces el camino hacia el interior, subiendo las escaleras de la entrada viéndose como hermanos y hablándose como tal, sus escuderos siguiéndoles a sus espaldas. Visten ambos de forma muy simple, con unas camisas de manga larga que caen sobre los hombros, largas hasta algo más abajo de su cintura, y unas chaquetas, esta vez sin mangas, que se ciñen a sus cuerpos. Medias oscuras que junto a unas bandas esconden de forma suave el cinturón que acompaña las espadas de ambos. Puede que no tengan pensado entrar en batalla, pero son caballeros y como tal deben ser capaces de demostrar su valía en cualquier momento y con cualquier situación. Así, además, demuestran su posición social y se alejan de cualquier otro muchacho que ronde por el castillo y sea paje. Llevan perlas colgando de sus orejas y los mejores collares que ellos pueden tener. Botines por zapatos y unos sombreros con una gran pluma de cisne cada uno.

Una doncella los dirige silenciosamente hacia el jardín trasero del castillo, pasando por diversas salas y por pasillos con grandes cristaleras, alegando que aunque los prometidos son en sus respectivos aposentos, los duques están prestando especial atención a toda la gente que ya se halla en el lugar y que, indudablemente, están siendo entretenidos en los jardines adornados y preparados para el festín que va a acontecer. Pero antes de poder llegar al jardín deben pasar por un bello claustro cuyo centro está capitaneado por una gran fuente de aguas claras con un león en la copa de ésta. La fuente, rodeada de rosales y lirios, deja espacio para sentarse en su borde gracias a la amplitud de sus muros, construidos así para poder volverse asientos cuando quienes allí vivieran quisieran sentarse a charlar. Jungkook mira hacia arriba, observando la planta superior y entreviendo los diferentes decorados florales de las barandillas y las enredaderas que esculpen la belleza de no solo este claustro, pero todo el castillo.

El canto del caballero [bts]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora