La iglesia es en el centro exacto de la ciudadela, rodeada de los hogares de familias de buen nombre, con los barrios de los gremios más importantes, rodeada de vida y de paz. Delante de ella hay una amplia plaza decorada en el centro con una gran estatua de bronce en memoria de los caballeros que murieron en los tiempos bélicos y que trajeron la paz a aquellas tierras.
La gente más distinguida, sea invitada a la boda o no, se encuentra en este lugar, esperando a las puertas de la casa sagrada de Dios, entrando ya los primeros y colocándose en sus respectivos lugares, otros esperan aún fuera a que llegue la familia protagonista para poder intentar ver antes las galas de la novia y todos los que por clase no están invitados, esperan en las siguientes calles, observando desde el silencio completamente sorprendidos por los lujos que las personas nobles visten, soñando algún día poder escalar de clase y volverse una de ellas pero siendo muy conscientes de que eso eran sueños absurdos a los que deben renunciar. Los dos caballeros, junto a su capitán y sus respectivos escuderos, llegan entonces a la plaza en sus corceles ante el estupor de todo el mundo y adelantándose unos minutos a su señor.
Desmontan todos y los escuderos llevan tanto sus mulas como los caballos a los establos cuando una de las señoras que aún no ha entrado les para en las escaleras de la iglesia, preguntando por algo que para ella parece ser de vital importancia.
- Hombres honrados, disculpadme la intromisión que mi persona pueda hacer en este momento, más debo preguntar algo de lo que seguro sabréis hallar respuesta rápidamente, si no es que ya contáis con ella de antemano.
- Hable usted, señora, sin problema alguno, -contesta Yoongi sin mostrar expresión alguna de cortesía aunque sus palabras sí que lo hayan sido.- que si alguien cree necesario preguntar es porque alguien debe responder y no será de otra forma que con la más sincera verdad, sin tapujos ni matices.
- ¡Oh! Qué grandes palabras dices y qué bonanza encarar a alguien tan digno como lo eres tu. -Después del elogio, señala suavemente a los dos jóvenes caballeros que se han estado manteniendo en silencio durante este tiempo, dejando que sea el de mayor rango quien hable por ellos si no es que se les necesita.- Ahora, quisiera yo saber quiénes son estos dos bellos caballeros que andan junto a ti, pues no recuerdo haberlos visto jamás por esta ciudad, ni tampoco oído hablar de ellos entre mis familiares caballeros.
- ¿No ha oído hablar de ellos? ¡Que me parta un rayo si no son los dos muchachos más preciados que tenemos el duque y yo! Que blanden sus espadas como si el mismísimo Dios estuviera dentro de ellos y que tan codiciados son para otros condes y otros reinos. Son Jeon Jungkook y Kim Taehyun, caballeros de la mesa propia del conde e hijos para mi persona.
- ¡Sean ciertas estas palabras, que no lo puedo creer! -La señora vocifera sorprendida llevando sus manos a su corazón sin siquiera darse cuenta.- Nadie habló nunca de que además de sus habilidades para la guerra, ambos fueran tan apuestos. -Se dirige entonces a los nombrados, que no pueden evitar sonreír ante tales palabras.- Soy la condesa de Tristánia, hija de los condes de Nocíteros y mujer del conde de Tristánia.
- Es un honor para nosotros estar ante tan bella mujer, que la belleza que usted porta es mucho más grande que cualquiera a la que nosotros podamos aspirar. -Contesta Jungkook.-
- ¡Que halagador que eres, sin duda! -La mujer ríe y señala a unas muchachas que se encuentran a lo lejos hablando entre ellas tapando casi la totalidad de sus caras con abanicos de plumas.- Las que allá veis son mis hijas, Yerim y Nayeon de Tristánia, sería un honor para nosotras y para mi esposo que viéramos unidos la boda que se va a acontecer.
Los tres miran en la dirección de las chicas y entre ellos cae el silencio, aunque es casi imperceptible incluso para ellos mismos ya que el gentío que hay a su alrededor crea un sonido de ambiente que en ciertos momentos llega a obstaculizar los propios pensamientos que tienen durante la charla.
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El canto del caballero [bts]
Historical FictionCurioso lector, de los tiempos que corren soy yo conocedor y partícipe, creador y producto. Es fruto de este prólogo volverte las preguntas en respuestas, la curiosidad en intensidad. Creando esta historia reconozco, quizá muy a mi pesar, que he am...