Weasley enamorado de una Slytherin (Ron Weasley y tú hot)

La sala de los Menesteres

Siete cuarenta y siete de la noche, siete cuarenta y ocho, no podía parar de mirar el reloj, hoy nos reuniríamos a las ocho de la noche en la sala de los menesteres. De los nervios no tenía hambre así que le dije a Draco que me encontraba mal y no me molestaría por la noche. Siete cincuenta y cinco, ¡vamos! Salí de mi habitación la cual hechice por si Draco venía a ver como estaba. Lentamente me escabullí por un pasadizo de las mazmorras sin tener que pasar por la sala común. Abrí las grandes puertas que aparecieron ante mí encontrándome a un nervioso Harry y una emocionada Hermione. Pronto llegaron los demás.

 A muchos no les gustaba mi presencia, ya lo percibí en Cabeza de puerco, dado que no me conocen, pero que muestren esta actitud antes de conocerme me rabia un poco. Entre estas personas se encuentra Katie Bell que según Draco me odia porque está enamorado de él y me tiene celos. Del grupito de Ravenclaw, Terry Boot, Miachel Corner y Anthony Goldstein, los dos primeros son unos prejuiciosos y malos perdedores, Anthony es el prefecto hemos hablado pero para discutir solo. Siempre tiene que tener él la razón.  Y no nos olvidemos de Zacharias Smith con quien están hablando, este puede ser el más desagradable Hufflepuff de la historia.

Nunca he hablado con Cho ni Lavander, tampoco con su amiga Marietta Edgecombe aunque parece estar incómoda de mi presencia, bueno simplemente por estar aquí parece nerviosa. Susan Bones, no le gusta relacionarse con Slytherin por la reputación de que muchos de nuestra casa son mortifagos. Por suerte también había caras amigas, Hannah Abbot y Enrie Macmillian amigos prefectos de Hufflepuff. Neville, Ron, Luna, Fred, George, Angelina y Lee se encontraban hablando animadamente al lado de la chimenea de la sala. Las hermanas Patil, Colin y Dennis Creevey, Justin Finch, Dean Thomas, Ginny y Alicia Spinnet fueron los últimos en llegar.

Harry propuso practicar primeramente Expeliarmus. Tras una queja de Zacharias por lo poco práctico que ve este hechizo y el corte de Harry explicándole que este le salvo la vida, hicimos parejas para practicar. Ron se acercó a mí, pero observé que  Nevill se quedaría solo y le hice una señal a Ron que él entendió. Finalmente se puso con Hermione. De pronto la sala se llenó de gritos ¡Expelliarmus! y varitas volando en todas direcciones. Yo envié, a la primera, la varita de Neville disparada al techo con gran velocidad, esta acabó en la cabeza a Lavander Brown. 

Lavander: Ten cuidado sucia serpiente.- me contestó no muy amablemente

Nicky: Ni que supiera donde van a aterrizar- dije sin entrar en su juego.

Neville no conseguía desarmarme, yo le animaba y daba consejos, hasta que  la barita saltó de mi mano.

Neville: Lo he conseguido!- contestó abrazándome. - No lo había hecho nunca ¡Lo he conseguido!-gritó muy feliz.

Nicky: Así se hace Neville muy bien!-dije tan animada como él.

De reojo vi como Ron se ponía un poco celoso, pero le dediqué una sonrisa y se relajó. Harry se colocó en el centro de la estancia. A Zacharias Smith le estaba pasando algo muy raro. Cada vez que abría la boca para desarmar a Anthony Goldstein, su propia varita salía despedida de su mano pese a que Anthony no decía nada. A Harry no le costó mucho resolver aquel misterio: Fred y George estaban cerca de Smith y se turnaban para apuntarle a la espalda con sus varitas.

George: Lo siento, Harry -se apresuró a decir George al comprobar que Harry lo miraba-. No he podido evitarlo.

Harry siguió paseándose por la sala deteniéndose de vez en cuando para hacer alguna sugerencia. Poco a poco los estudiantes fueron mejorando y no como las miradas que nos hacíamos Ron y yo, cada vez eran menos disimuladas. Ginny se había emparejado con Michael Corner; lo estaba haciendo muy bien, mientras que Michael o lo hacía muy mal o no quería hechizar a Ginny. Ron no podía dejar de mirarlos y analizar cualquier comportamiento inapropiado hacia su hermanita.