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Pasaban las horas y veía el sol esconderse, estaba agotada y moría de frío, comenzaba a pensar que esta era una terrible idea. Snær comenzaba a ponerse nerviosa podría ser una señal de que estábamos cerca de Jotunheim.
-Esto no puede empeorar ¿o si?- el frío era cada vez mas fuerte que ni la capa podía ayudarme, la luz de la luna alumbraba el pequeño sendero.
-Tranquila Snær todo va a salir bien- no debí decir eso porque pude escuchar a lo lejos aquel gruñido, quería llorar del horror.
Escuchaba como los arbustos se movían y las piedras parecían ser arañadas por algún animal salvaje, Snær comenzaba a ponerse demasiado nerviosa daba señales para regresarse -Tranquila Snær- pero todo falló, se levantó en sus dos patas dejándome caer y salió corriendo hacía el último camino que conducía a Jotunheim.
Adolorida y lastimada traté de levantarme pero el dolor invadía mi cuerpo, tenía que moverme o moriría aquí y todo esto habrá sido en vano. Logré ponerme de pie y seguí el camino donde las pisadas de Snær habían quedado, el camino parecía eterno y podía sentir como me observaban desde la obscuridad.
-No puedo seguir- dije a punto de soltar en llanto, moriría congelada todo por un maldito berrinche. Busqué un lugar donde resguardarme pero fue en vano, me senté en al pie de un árbol, sobre la nieve -Lamento no haber cuidado de ti pequeño- sobé mi vientre soltando una lágrima.
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El silencio era agonizante, habíamos llegado a Jotunheim, todos estábamos observando cada rincón del lugar en busca de alguna emboscada -Ustedes esperan aquí, yo les mandaré la señal- Sleipnir salió galopando, podía sentir las miradas, tendría que matar a Laufey y si es posible a mis dos hermanos.
Podía ver aquel "palacio" en el tope de una montaña, pero antes de que pudiese reaccionar a algo los gigantes de hielo comenzaron a aparecerse en mi camino. Hice aparecer dos espadas mientras Sleipnir seguía galopando, trataba de asesinar a cada gigante de hielo pero era casi imposible «Por qué no te multiplicas, a caso eres imbécil» dijo mi subconsciente, al parecer si lo era porque no pensé en ello, varios clones se esparcieron por el campo, haciendo que los gigantes de hielo se confundieran dándome ventaja.
Pude subir con Sleipnir en el camino inclinado hacía aquel palacio, sabía que me esperaban mas gigantes de hielo y entre ellos mis hermanos, el tramo era largo pero estaba apunto de entrar al palacio.
-Vaya sorpresa hermano- dijo Helblindi saliendo de la obscuridad -Sabemos a lo que vienes, pero no vamos a permitir que un bastardo nos quite el derecho al trono- bajé de Sleipnir para enfrentarme a Helblindi
-Si no quieres que te quite tu maldito derecho al trono entonces no hagas estupideces- respondí con agresividad
-No dejaré que mates a nuestra madre- la presencia de Bÿleistr hacía el ambiente mas denso
-Lo haremos nosotros como lo hicimos con Fárbauti, nuestro padre- añadió Helblindi con una sonrisa burlona
-Entonces tendré que matarlos a ustedes- respondí sin emoción alguna -Por fin podré asesinar a dos hermanos sin recibir una sanción por ello- Helblindi y Bÿleistr me observaban esperando una señal
-Entonces esto es una batalla a muerte- mencionó Helblindi con un atisbo de emoción
-De ser así no puedes meter a ningún Gigante de hielo a esto, sólo nosotros tres- aclaré con seriedad
-Que podemos esperar del Dios del engaño, sabemos que tienes a tu tropa a fuera de Jotunheim, pero tranquilo, no les haremos nada- Byleistr podría ser un cabrón, pero cumplía con su palabra
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Esperamos a las afueras de Jotunheim, no había rastro de algún gigante de hielo y tampoco la señal de Loki
-Esperen... ¿escuchan eso?- mencionó uno de los guardias mirando hacía atrás
-Es el galope de un caballo- añadió otro, todos fijamos nuestra mirada hacía atrás, era una yegua de color blanco, apenas se distinguía de la nieve que abundaba en el lugar
-Por todos los Dioses- sabía de quien se trataba -Qué hace Snær aquí- todos desconocían el por que el caballo de Cassie hacía en Jotunheim -Por las barbas de Odín, Cassie siguió nuestro rastro junto con Snær- le rogaba a los dioses porque ella estuviese bien
-Tal vez Snær salió galopando mientras ella descansaba, es de noche y probablemente esté descansando- comentó otro de los guardias
-Tenemos que ir a buscarlas antes de que sea tarde- dimos marcha atrás siguiendo a Snær quien probablemente nos llevaría al paradero de Cassie
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El frío me dejó estática, no podía mover mis piernas y mis manos, la capa cubría mi cara y apostaría a que estaba con las mejillas y nariz rosadas, no sentía mi cara pero podía sentir el movimiento de mi pequeño. Tal vez moriría congelada en medio de un bosque cerca de Jotunheim; sentía que pasaban horas pero la noche parecía eterna, veía como los copos de nieve caían en mis piernas cubriéndolas casi por completo, tal vez moriría en cualquier momento
-No van a descansar hasta encontrarla- escuché una voz conocida, tal vez estaba alucinando, comencé a cerrar mis ojos, tal vez no debí salir del palacio.
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