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Hablamos toda la noche, me sentía mas aliviada al escuchar la explicación de Thor, supongo que es el momento mas intimo que he tenido con el, nunca nos habíamos tomado la oportunidad de hablar como ahora.
-Tal vez podría perdonarlo- dije acostada en el sillón, Thor tomaba un vaso con agua deseando que fuese cerveza o hidromiel -Sólo necesito tiempo- añadí soltando un suspiro.
-Puedes perdonarlo ahora- sugirió el fortachón -Tu harías lo mismo si el estuviese en peligro, Loki lo hizo antes de que te asesinaran, fue algo que a él incluso le dolió- bebió aquel vaso de agua de un jalón.
-Lo sé , solo necesitaba un momento para pensar todo lo que pasó, tenía unos calambres terribles en el vientre, yo pensaba que estaba a punto de dar a luz, pero al parecer sólo necesitaba descansar- vi como una luz verde se reflejaba en la habitación, haciendo aparecer a Loki.
A caso todos en esta familia tienen la costumbre de aparecerse así de la nada.
-Sé que tal vez me odies pero no puedo soportar la idea de dejarte ir- confesó el pelinegro, miré a Thor quien se hacía el inocente, fingiendo interés por los adornos de la casa-Lo que dije fue terrible y me lo lamentaré cada día de mi asquerosa vida, perdóname Cassie.
-Un gusto en ayudarte hermano- dijo Thor saliendo al pequeño jardín para ser tragado por aquella luz arcoíris.
Cabrón.
-No sabes lo mal que me sentí al escucharte decir eso- solté el llanto -Pensé que cada palabra era cierta, incluso sentí nauseas- las lágrimas salían sin parar, haciéndome sentir aquel sabor salado en mi boca, Loki me ayudó a levantarme del sillón, me acerqué a el y le di una bofetada -No vuelvas a decirlo en tu vida.
-Me encantas- respondió riendo -Ahora dime ¿Cómo se ha portado este pequeño?- se hincó para pegar su oído a mi vientre -Tenemos un plática pendiente pequeño, no es posible que hayas querido congelar a tu madre todo este tiempo- susurró.
-Volvamos a casa- dije con una ligera sonrisa, salimos al mismo lugar donde Thor -Creo que de tanto utilizar el bifrost me voy a marear- reí para después ser tragada por aquella luz arcoíris
El frío de Asgard nos recibió de maravilla, comencé a titiritar de frío, entramos al palacio rápidamente, comenzamos a reír como si fuéramos un par de adolescentes después de realizar alguna travesura, era de noche así que corrimos hacía nuestra habitación, entre chistes malos y una que otra carcajada.
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Nos levantamos después de que los tenues rayos del sol traspasaron nuestras cortinas -Buenos días- dije dándole un dulce beso en los labios.
-Buenos días cariño- sobó mi pancita y se levantó para ir al baño, decidí levantarme para tomar un baño de agua caliente, al parecer el leyó mi mente, teniendo la tina lista, me despojé del camisón y metiéndome a la tina por completo -Cada día esa pancita crece mas- dijo pasando su mano por mi vientre.
-Bueno pues es momento en que le digas a tu hijo que deje de crecer- lavé mi cabello y Loki me ayudó a enjabonar mi cuerpo, enjuagué y envolví mi cuerpo en una toalla -Podrías pasarme el vestido color durazno- el asintió dirigiéndose al closet
-Este no te lo había visto- dijo mientras observaba el vestido con detalle.
-Bueno ahora lo verás puesto en mí en un momento en el que estoy muy embarazada- bromeé, el sólo puso los ojos en blanco y soltó una risa, Loki me ayudó a colocarme el vestido y las bragas, sentía que en cualquier momento iba a reventar.
Ambos salimos a desayunar, dimos los buenos días y nos sentamos en la enorme mesa llena de comida -¿Cómo te siente querida?- preguntó Frigga con una cálida sonrisa en su rostro.
-Siento como si fuese a reventar, cada día crece mas- reí para después dirigirle una mirada a Loki
-De hecho estamos esperando su llegada y espero que sea pronto- respondió el pelinegro tomando mi mano, me sonrojé al escucharle decir eso.
-Espero que esos gigantes de hielo no te hayan hecho daño- comentó Odin -Todos en el reino estábamos preocupados, incluyendo a Heimdall- aquello me sorprendió.
Jamás había pensando en eso, me sentía querida en la familia real, espero que no me pase lo mismo que Lady Di; Thor comía a destajo, como si le fueran a robar su comida, Sif entró sólo para darle alguna noticia a Odin, sabia que Loki y ella se odiaban a morir, así que entre ellos se daban miradas amenazantes.
-Bueno, me retiro, muchas gracias por el desayuno- dije mientras me levantaba de la mesa.
Loki se quedó hablando con su madre, lo percibía algo animado y feliz eso me hacía mas feliz aun, salí al jardín para admirar del paisaje, que a pesar de ser solo blanco tenía algunas cosas maravillosas. Me senté en la banca después de quitarle un poco de nieve, el frío ya no me incomodaba, supongo que debí acostumbrarme a ello, escuchaba unos pasos acercarse a mi, pero no veía nada.
-Princesa Cassie!- chilló un pequeño niño, me levanté del susto y vi a Loki en la puerta del jardín -No quise asustarla, sólo quería darle esto- tendió una flor de color rosado.
-Lamento esto princesa, sólo que mi hijo es algo inquieto- la madre se disculpó tomando a su hijo de la mano.
-No se preocupe, la flor es hermosa por cierto!- los guardias escoltaron a la madre y a su pequeño fuera del palacio.
Loki se acercó a mi preocupado, le mostré la flor y el suspiró aliviado -Todos perseguimos a ese niño desde la entrada del palacio- veía que su mirada estaba atenta a mis pies.
-¿Qué sucede?- pregunté riendo, miré a donde el y había agua -Creo que llegó la hora- solté una risa nerviosa.
Loki me llevó cargando hasta la habitación, dio ordenes para traer una partera, comencé a sentir las contracciones, Loki me dejó en la cama y comenzó a traer toallas y un pequeño recipiente dorado que contenía agua -Creo que debemos tener cuidado en lo que deseamos- reí nerviosa al verlo de un lado para otro.
-No soy un experto en esto, pero creo que no tardarás en dar a luz, a pesar de que ha pasado poco tiempo- dijo con nerviosismo.
Las contracciones aumentaban cada vez mas con el pasar del tiempo, Loki me repetía que respirara hondo y exhalara lentamente, al parecer el bebé nacería con o sin ayuda de una partera.
-Tengo que pujar Loki, no puedo soportarlo mas- dije casi en un grito al momento de sentir una contracción.
La partera entró junto con las curanderas, cerraron la habitación, la partera me revisó y no tardaría en dar a luz.
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