𝒱𝑒𝒾𝓃𝓉𝑒

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𝔗𝔥𝔢 𝔟𝔩𝔲𝔡𝔤𝔢𝔯

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𝔗𝔥𝔢 𝔟𝔩𝔲𝔡𝔤𝔢𝔯

Omnisciente

Después del desastroso episodio de los duendecillos de Cornualles, el profesor Lockhart no había vuelto a llevar a clase seres vivos. Por el contrario, se dedicaba a leer a los alumnos pasajes de sus libros, y en ocasiones representaba alguno de los momentos más emocionantes de su biografía. Habitualmente sacaba a Harry para que lo ayudara en aquellas reconstrucciones; hasta el momento, Harry había tenido que representar los papeles de un ingenuo pueblerino transilvano al que Lockhart había curado de una maldición que le hacía tartamudear, un yeti con resfriado y un vampiro que, cuando Lockhart acabó con él, no pudo volver a comer otra cosa que lechuga.

Sus clases se habían vuelto tan aburridas, que, detrás de una montaña de libros, Dakota se dormía, algo que ni siquiera hacía en Historia de la Magia, con la confianza de que Harry o Ron la despertarían si la llamaban o algo parecido.

En la siguiente clase de Defensa Contra las Artes Oscuras sacó, como de costumbre, a Harry, esta vez para representar a un hombre lobo. Si no hubiera tenido una razón muy importante para no enfadar a Lockhart, se habría negado.

—Aúlla fuerte, Harry (eso es...), y en aquel momento, créanme, yo salté (así) tirándolo contra el suelo (así) con una mano, y logré inmovilizarle. Con la otra, le puse la varita en la garganta y, reuniendo las fuerzas que me quedaban, llevé a cabo el dificilísimo hechizo Homorphus; él emitió un gemido lastimero (venga, Harry...más fuerte...bien) y la piel desapareció...los colmillos encogieron y...se convirtió en hombre. Sencillo y efectivo. Otro pueblo que me recordará siempre como el héroe que les libró de la terrorífica amenaza mensual de los hombres lobo.

Ron le dio un leve empujón a Dakota, que se despertó lentamente mientras se tallaba los ojos.

—Creo que ya terminó —le susurró Ron

—¡¿Crees?! —le susurró Dakota.

—Ey —dijo Ron, señalándola con un dedo—, si yo veo esto, tu también lo harás.

Sonó el timbre y Lockhart se puso en pie.

—Deberes: componer un poema sobre mi victoria contra el hombre lobo Wagga Wagga. ¡El autor del mejor poema será premiado con un ejemplar firmado de El encantador!

Los alumnos empezaron a salir. Harry volvió al fondo de la clase, donde lo esperaban Ron, Dakota y Hermione.

—¿Listos? —preguntó Harry.

—Espera que se hayan ido todos —dijo Dakota—. Bien, ahora —dijo, mientras se apretaba su cola de caballo.

Se acercó a la mesa de Lockhart con un trozo de papel en la mano. Harry, Ron y Hermione iban detrás de ella.

—Esto...¿Profesor Lockhart? —dijo Dakota—. Yo querría sacar este libro de la biblioteca. Sólo para una lectura preparatoria. —Le entregó el trozo de papel—. Pero el problema es que está en la Sección Prohibida, así que necesito el permiso por escrito de un profesor. Estoy convencida de que este libro me ayudaría a comprender lo que explica usted en Una vuelta con los espíritus malignos sobre los venenos de efecto retardado.

𝒯𝒽𝑒 𝒷𝑒𝑔𝒾𝓃𝓃𝒾𝓃𝑔 𝑜𝒻 𝒟𝒶𝓀𝑜𝓉𝒶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora