𝒯𝓇𝑒𝒾𝓃𝓉𝒶 𝓎 𝓈𝑒𝒾𝓈

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𝔗𝔯𝔢𝔩𝔞𝔴𝔫𝔢𝔶

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Omnisciente

Cuando Harry, Ron, Dakota y Hermione entraron en el Gran Comedor para desayunar al día siguiente, lo primero que vieron fue a Draco Malfoy, que entretenía a un grupo de gente de Slytherin con una historia muy divertida. Al pasar por su lado, Malfoy hizo una parodia de desmayo, coreado por una carcajada general.

—No le hagas caso —le dijo Hermione, que iba detrás de Harry—. No vale la pena...

—¡Eh, Potter! —gritó Pansy—. ¡Potter! ¡Que vienen los dementores, Potter! ¡Uuuuuuuuuh!

—¡Ey, tu! ¡Cara de dogo! —le gritó Dakota—. ¡¿Tan poco cerebro tienes que no se te da la cabecita para pensar algo mejor? Pansy, si no sabes insultar o burlarte de las personas, no lo hagas. Solamente te humillas más de lo que lo haces a diario!

Casi todo el Gran Comedor, algunos de Slytherin incluidos, rieron a carcajadas. Incluso Malfoy, ahogó una risa.

Harry se dejó caer sobre un asiento de la mesa de Gryffindor; junto a George. Hermione y Dakota se sentaron enfrente. La pelirroja miro a la mesa de Slytherin. Para ser más exactos, a Draco Malfoy.

Hermione le dio un leve codazo.

—¿No que no? —le susurró.

—No se de que me hablas —susurró Dakota de vuelta

Hermione negó levemente con una sonrisa.

—Los nuevos horarios de tercero —anunció George, pasándolos—. ¿Qué te ocurre, Harry?

—Malfoy —contestó Ron, sentándose al otro lado de George y echando una mirada desafiante a la mesa de Slytherin.

George volteó hacia atrás y vio que en aquel momento Malfoy volvía a repetir su pantomima.

—Ese imbécil —dijo sin alterarse— no se veía muy valiente ayer por la noche, cuando los dementores se acercaron a la parte del tren en que estábamos. Vino corriendo a nuestro compartimento, ¿verdad, Fred?

—Casi se moja encima —dijo Fred, mirando con desprecio a Malfoy.

—Bueno, para ser justos, no podemos culparlo. Esas cosas son horribles —dijo Dakota.

—Si...Yo tampoco estaba muy contento —reconoció George.

—Se le hiela a uno la sangre, ¿verdad? —dijo Fred.

—Pero no se desmayaron, ¿verdad? —dijo Harry en voz baja.

—No le des más vueltas, Harry —dijo George—. Mi padre tuvo que ir una vez a Azkaban, ¿verdad, Ron?, y dijo que era el lugar más horrible en que había estado. Regresó débil y tembloroso...

𝒯𝒽𝑒 𝒷𝑒𝑔𝒾𝓃𝓃𝒾𝓃𝑔 𝑜𝒻 𝒟𝒶𝓀𝑜𝓉𝒶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora