I N E V I T A B L E

Alone

Tus acciones demuestran la persona que realmente eres, no importa cuantas promesas hagas, o cuantas veces digas que vas a cambiar.

Me desperté con dolor de cabeza, como todos los días.

— Cariño, ¿Me podrías pasar la charola con pan?.

— No puedes comer tanta harina, debes cuidar tu salud.

— Solo quiero un poco.

— Bien, pero en la noche tendrás que cenar únicamente avena.

— Hijo...

— Ya me tengo que ir, hablamos luego.

— ¿Por qué nos escondemos como ratas?.

— No quiero que el imbécil de Kangmin nos encuentre.

— Ya han pasado 3 meses desde lo ocurrido con tu padre.

— Ese hijo de...

— No lo digas.

— Kangmin nunca fue mi padre, ni siquiera supo ser un buen padrastro.

— Me apoyó cuando más lo necesitaba.

— Bien por ti, yo no te pedí un padre nuevo.

— Te convertiste en una persona diferente.

— Siempre he sido el mismo.

— ¿Dónde quedo el Jun que tocaba el piano? 

— No quiero seguir hablando contigo.

— ¿Dónde quedo el niño que amaba salir a fiestas?.

— Regreso más tarde, Yan An vendrá a cenar.

— Jun...

— Adiós, no olvides tomar tu medicina, no salgas a menos que sea muy necesario.

Desde que BamBam esta en prisión mi vida se fue en picada, el trabajo en la Universidad era mi única fuente de ingresos, pero por culpa de Joshua y sus estúpidos amigos, la policía me esta buscando.

Tuve que conseguir empleos de medio tiempo, cubriendo mi rostro, y cuidando mis espaldas las 24 horas del día.
Mi madre hacia muchas preguntas y ya me estaba cansando.

— Idiota, te dije que no quería salsa. – Un cliente me arrojo la comida en la cara.

— Disculpe, puedo traer otra orden.

— Pero claro que tienes que hacerlo, no me hagas perder la paciencia.

— En un momento...

— Menos blabla y más trabajo imbécil. – Una patada en el trasero me hizo reaccionar.

— No le voy a permitir que...

— Calla sirviente, irás por mi comida y será gratis, a menos que quieras perder tu empleo.

— Si señor.

— Así me gusta.

A veces los clientes eran insoportables y poco tolerantes, incontables veces he querido renunciar, pero es el lugar donde mejor me pagan.

— Moon.

— Aquí estoy señor. – Una bofetada me tomo por sorpresa.

— ¿Por qué eres tan inútil?.

— ¿A qué se debe la pregunta?. – Mantuve el semblante sereno.

— Un cliente me acaba de decir que le gritaste y por poco lo golpeas.