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Mi nombre es Jeon WonWoo, tengo 23 años, nací en ChangWon Corea del sur, soy hijo único y sólo tengo a mi madre, ya que mi padre falleció cuando yo tenía 5 años.
Mi madre es una abogada reconocida y de carácter fuerte, la quiero demasiado.
Ella no acepta que mi sueño es convertirme en director de vídeos musicales.
Siempre me ha dicho que tengo que ser el mejor abogado de Corea para así poder dirigir el buffet de la familia. Cosa que no me interesa en lo absoluto, la legislación y juzgados me dan jaqueca y mucho sueño. Incluso he pensado que desde que nací tiene mi vida planeada y eso me da escalofríos, hasta creo que ya sabe con quién me voy a casar aún sabiendo que soy gay.
Se niega a aceptarlo, piensa que es una fase que pronto se irá y así podré darle nietos que por cierto también serán abogados.
Cuando cumplí 19 tuve mi primer novio y decidí que era buena idea presentárselo para que dejara de pensar que era una fase, desde entonces todo cambió entre nosotros, hasta el punto de tener que mudarme lejos de ella.
*Flashback*
— ¡Jeon deja esa maldita computadora!. – La voz de mi madre hizo que derramará mi café sobre la laptop.
— ¡Aghhh!!! Maldicion!. – Me puse las manos en la cara de frustración.
— Luego te compro otra. – Su voz era tranquila, sin saber que en esa laptop estaba mi vida entera, los primeros videos que edite y el esfuerzo que puse en cada uno de ellos. — Deberías estar estudiando para tu examen en la facultad de derecho. – Su mirada tan fría me hizo temblar.
En 3 meses tendría que hacer un estúpido exámen para una carrera que odiaba.
— Debería, eso es cierto pero, mi laptop se estropeó, que mala suerte. – Me quería reír pero hacer a mi madre enojar era como firmar una sentencia de muerte.
— Bien entonces arréglate, vamos por una nueva de inmediato. – Me lleva la...
— No creo que sea buena idea ya es un poco tarde y...
— WonWoo te espero en el auto en 5 minutos, si es que quieres seguir viviendo aquí. – Salió de mi habitación y cerró la puerta.
Tenía que vestirme de una forma decente, ya que estaba en pijama. Busque algo cómodo pero formal para evitar problemas.
Opte por una camisa negra, jeans azul marino, tenis negros y peine mi cabello hacia atrás.
Me quedaba 1 minuto antes de que mi madre se convirtiera en un demonio. Corrí por las escaleras y llegué a la puerta lo más rápido que pude.
— ¿Nos vamos?. – Entré al auto jadeando.
— Tardas mucho tiempo Wonwoo, pareces una señorita. – Arrancó y decidí no decirle nada, de verdad odiaba discutir con ella.
