La fiesta pasó más aburrida de lo que pensé, principalmente porque no estuve como tal en ella. Casi toda la noche me la pasé recorriendo los jardines hasta el momento en que me perdí en el laberinto de arbustos. Miré mi celular, llamaría a Marco, pero noté que la señal no era buena y continué caminando buscando mejor señal.
—Dipper—. Me escondí de inmediato al escuchar ese nombre, entrando a uno de los arbustos y ojeando medio de las ramas. Dipper iba cojeando, mientras tras él, un gemelo de él de ojos azules y más alto, lo tomaba del brazo—. No puedes volver así.
—No tienes derecho a opinar, Gleeful. Fuiste tú quien me mando.
—No pensé que iba a haber tantos—. Dipper suspiró.
— ¿Qué quieres?
— ¿Ahora? Curarte esa pierna. Se está poniendo verde y no es muy sano. No nos conviene que te amputen una pierna.
—Qué lindo—. Dipper se sentó en el suelo, y noté que iba en pantaloneta, con su pierna vendada. Manson se sentó frente a él y tomó su larga pierna, desatando los vendajes. Efectivamente, la herida era más bien de color verde azulado, algo poco natural.
—Estupido, debiste decirnos antes que te lastimaron tanto. Si no fuera por Beast.
—Más bien si no fuera por Wirt.
—Él te ama—. Dijo sin interés, tocando la herida con unos guantes de látex. Iba con un botiquín, por lo cual, no le fue difícil comenzar a curarlo.
—Eso es mentira.
—No lo es. Te ama. Pero no de la forma que tú quisieras, ¿verdad? —. Unas gotas de agua oxigenada comenzaron a arderle en la pierna, y Manson se dedicó a limpiar y extraer el pus. No sabía de qué era esa herida, pero definitivamente no era un rasguño.
No sabía que seguía haciendo allí desde los arbustos mirándolos, pero cuando decidí salirme por el otro lado, mi pie se enredó en una rama y caí al lado de los Dipper. Ambos me miraron sin expresión alguna.
—Así que en serio eres un acosador—. Sonrió Dipper. Era la primera vez que me sonreía directamente.
— ¿Conoces a este idiota?
—Estudia conmigo. Es mi acosador.
—No soy un acosador.
— ¿Entonces por qué nos escuchabas? —. Manson se levantó y sacó de su gabán un arma, pasándosela a Dipper. Él la tomó y recargó.
—Mátalo si no te sirve.
— ¿Qué? —. Estaba impactado, pero Dipper no se sorprendió. Se levantó y se acercó a mí cojeando. Temí lo peor cuando me apuntó con el arma, pero la bajó.
—Lo usaré.
— ¿perdón? —Pareciera que yo no tuviera voz ni voto allí. Dipper se acercó, y colocó su mano en mi pecho.
—Mira, Bill, ya que estas tan excitado por el dinero que me rodea, te daré todo lo que quieras, pero serás mi perro fiel. Como un perrito faldero—. Sonrió como si se tratara de un ángel.
—Espera, yo no quiero ser t-... —. Pero antes de continuar, volvió a alzar el arma, y dejo de ser tan simpático como era con otras persona.
—No te pregunté si quieres. ¿O prefieres que te de un tiro? Después de todo, viste algo que no debiste haber visto. Eres muy chismoso.
— ¿De qué te serviría ese inútil? —. Habló Manson.
—Es atractivo. Me gusta coleccionar juguetes lindos.
— ¿También Wirt? —. Esta vez sí hubo un disparo, y fue de Dipper hacia su medio hermano. Este se había salvado por poco, esquivando la bala estilo Matrix. Me sorprendí con aquello. Dipper no dudaba en disparar, no importaba de quién se tratase.
.
Íbamos caminando hacia su cuarto, esquivando a las parejas ebrias que se besaban con otras. Me cayó encima el cuerpo de alguien, era Marco, quien me sonreía como bobo e intento lanzarse encima de mis labios. Dipper lo evito, dándole una patada en la espalda a Marco, haciendo que este cayera al suelo.
— ¿Qué? —. Lo miré indignado—. Es solo un muñeco—. Y continuó caminando.
Al llegar a su cuarto y entrar, vi como Wirt salía sin camisa del baño, después de darse una larga ducha. El cuarto era más grande que todo el apartamento en el que vivía con mi hermano, y la cama podría ser perfectamente para cinco hombres bien acomodados. A parte de un montón de decoraciones infantiles innecesarias.
—Amor—. Wirt me miró sorprendido, y luego bajó la cabeza, dirigiéndose a donde Dipper. Le dio un abrazo, y la cara de Dipper cambio completamente de seria a felicidad. Lo abrazó de vuelta y comenzó a darle besos en el cuello—. Hay alguien—. Dijo tímido.
—Ah—. Dipper se había olvidado de mí—. Es mi nuevo perro.
— ¿Qué? Amor... No digas eso.
—Sabe mucho, no puedo dejarlo por ahí. A partir de ahora será nuestro.
—Yo no lo quiero—. Wirt se separó de Dipper, tomó su camisa, y salió furioso del cuarto. Dipper no lo siguió, solo suspiró y tomó un celular de una mesa de centro.
— ¿No lo seguirás?
—No. Volverá.
—No luce como si volviera.
—Olvido su celular—. Dijo, sacudiendo el celular que había tomado. Lo desbloqueó, pues escuche el sonido de un candado abriéndose—. Tómame una foto—. Dipper me pasó el celular de Wirt. De fondo tenía una foto con Beast y Dipper, los tres envueltos en un corazón. Miré a Dipper, se había comenzado a quitar la ropa.
— ¿Qu-qué haces?
—Para la foto—. Y tiró su bóxer, quedando como llegó al mundo. Solo tenía los vendajes de su pierna y su cuello, pero se veía a la perfección su bello cuerpo de adolescente. Tenía un poco de vello alrededor de su miembro, era delgado pero de largas extremidades, pálido, con varios lunares, y sus dos hermosas tetillas rosadas. Era divino.
Hizo una pose que me dio una erección al instante, mostrando todo lo que podía ofrecer, ladeando la cabeza, abriéndose de piernas, y con una tímida mano tapando su miembro. Me puse a temblar mientras tomaba la foto, pero al final una quedó bien. Dipper sonrió como niño que hacía una travesura, mirando la foto.
—Esto lo va a empalmar—. Susurró—. Como a ti.
— ¿Qué?
—No creas que no noté que estas erecto. Mejor ve al baño antes de que alguien más lo note.
Sí, esto no era una película porno donde me daba una mamada cuando me veía erecto. Así que fui al baño, y mientras me daba placer por medio de mi mano, no dejaba de pensar en lo bien que se podría sentir estar en medio de esas piernas.
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Avaricia y orgullo. |BillDip|
FanfictionDipper Pines no es lo que parece. Es una rosa hermosa rodeada de espinas y un ambiente bastante peligroso. Pero, ni aún con eso, Bill Cipher decide alejarse, es más, desea ver hasta qué punto se puede acercar a esa bella rosa antes de que sus espina...