Avaricia y orgullo. |BillDip|

XV. Bill.

—Bill—. Dipper enredó sus brazos por mi espalda, acariciando con su nariz la curva de mi columna vertebral. Temblé. Ya sabía que iba a decir—. Hoy es el día—. Temía que eso pasará, temía ese día, pero sabía que llegaría, aunque no quisiera.

—Lo sé—. Continué lavando los platos. Will había salido al supermercado, pues hoy tenía día libre. Me giré entré sus brazos después de terminar un último plato. Él me veía con tristeza. Era extraño, no era como si Dipper no se hubiese acostumbrado a esta vida, en realidad, la tomó muy bien, pero... creo que extrañaba a su familia. Sí, no tenía buena relación, pero aun así estaba Manson y Wirt.

—No quiero presionarte—. Apretó sus brazos en mi cadera—. Pero los Pinetree no son pacientes.

—Te amo—. Dipper abrió los ojos, y se separó de mí, impactado, como si le hubiesen dado un golpe. Pensé que iba a enojarse, sentí que me iba a pegar, pero, en cambio, se quedó muy callado—. Esperaba un te amo.

—No te lo diré—. Eso me dolió. No debí decirlo en primer lugar, pero me sentí impulsado a hablar—. Pero... —. Estaba rojo. Era la primera vez que lo veía rojo, temblando, con una mano en su pecho y asustado—. No diré tampoco que no siento algo parecido—. Y se giró, dejándome atrás. Sonreí.

—Tomé una decisión.

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— ¡Dipper! —. Gleeful se lanzó encima de Dipper, era la primera vez que lo veía tan emocionado por algo, hasta ignoró a Will, que nos llevó a la mansión. Gleeful tenía unas enormes ojeras, completamente palido. Entonces colapso en el suelo, y William fue corriendo a ayudarlo.

Entre Will y Mabel Pines llevaron a Manson hasta un sofá, mientras Mabel Gleeful se nos acercaba con una sonrisa autosuficiente.

—No durmió bien.

—Pero él sabía dónde estábamos.

—Lo sabía—. Se acercó a nosotros Mabel Pines, mientras Will buscaba el botiquín para ayudar a Manson—. Pero él siempre es así—. Entonces por la puerta de la cocina salieron Wirt y Beast. Ambos estaban cogidos de la mano.

Nos miramos, y estuve a punto de ir a matarlos cuando la expresión de Dipper se puso tensa. Pensé que iba a llorar, pero no lo hizo, lo oí tragar, y volvió con una mirada frívola a ver a Mabel Gleeful. Mabel Pines lo había notado, pero ella no se quedó quieta. Fue corriendo a Wirt, pero este se movió inesperadamente rápido, corriendo al lado contrario, llegando a nosotros y tirándose en Dipper. Este se alejó antes de que lo encerrara en sus brazos.

Fue un momento definitivamente muy incómodo.

—Por favor no me toque—. Mabel Gleeful rodó los ojos.

—Ya, quítate, Wirt. No te necesitamos—. Sentía algo extraño. Antes a Wirt lo aceptaba más la familia, pero ahora... Era como si Mabel Gleeful sospechara de él. Eso, inevitablemente, me hizo sospechar al igual.

—Lo siento... —. Él se fue, como una sombra. Beast se acercó a nosotros. Dipper no habló, simplemente se retiró, seguido de Mabel Pines tras él.

— ¿Pasó algo?

—Wirt es sospechoso—. Habló Beast, era extraño, porque ambos parecían muy cercanos. Miré a Mabel Gleeful esperando una explicación. Ella se encogió.

—Tal cual escuchas. Wirt es el más sospechoso en la familia. Pero no lo podemos simplemente echar, Beast no lo dejaría.

—Pero... ¿nunca sentiste su olor?

—La verdad, él es una sombra. Tiene un talento: Es una sombra. Nadie lo nota y a duras penas si tiene presencia. Por ende, no es de sorprenderse que nunca lo haya percibido.

— ¿Qué los hace sospechar?

—Su cercanía a Dipper—. Esta vez habló Beast. Él parecía el tipo de sujeto que separaba muy bien lo personal de lo profesional—. Es de los pocos que saben que Dipper no muere, y es quién ha estado más cerca de él.

— ¿Yo por qué no?

— ¿Eres idiota? —. Rodó los ojos Mabel—. A penas sabes qué tienes una habilidad única, y de querer matar a Dipper, ya lo hubieses hecho. Pero volviste, lo que significa que estarás de acuerdo con pertenecer a la familia.

—Espera, ¿qué significa pertenecer?

—Te mudarás al edificio de la No sangre pura, donde están Wirt y Beast—. Esa no la sabía.

—Pero...

—Es eso o nada. Igual, Manson había planeado traerse a William Cipher—. Miré a mi hermano, que estaba completamente ido atendiendo a Gleeful—. Además, recibirás atención para manejar tu cualidad. Te enseñaremos Beast, Dipper y yo.

— ¿Beast?

—Él es de acero—. Estaba confundido—. No le hace daño nada. Dipper ya sabes, es inmortal; y yo puedo sentir los olores de las personas. Tú, podría decirse, que eres fuerte y puedes robar la energía de otro.

Estaba confundido, pero debía acostumbrarme a estarlo, después de todo, entraría a la nueva vida que me esperaba, como parte de la familia Pinetree.

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—Qué loco es todo esto—. Dije, entrando al cuarto de Dipper y cerrando la puerta con candado al estar dentro de esta. Él estaba acostado boca abajo, con su rostro en la almohada y su largo cuerpo estirado por toda la cama.

Me acerqué a él, acostándome a su lado. Él volteó la cabeza y me miró, somnoliento. Tenía los ojos rojos, había estado llorando. Acaricié su rostro con la yema de mis dedos. Recorrí sus mejillas hasta llegar a sus labios y acariciarlos. Eran tan suaves, su rostro era tan armonioso.

— ¿Por qué llorabas?

—Es peligroso que estés en este mundo.

—No soy frágil.

—Pero puedes morir—. Susurró. Me acerqué a él—. No quiero perderte...

— ¿Tienes miedo de que muera?

—Tengo miedo de que vuelva a estar solo—. Lo giré, haciendo que quedara frente a mí—. Mis padres murieron en trabajo de campo, pues mi madre tenía un don. Ella me protegió de los Pinetree por mucho tiempo, pero fue asesinada. A Mabel y a mí nos crio un tiempo nuestro tío Stanley, hasta que estuve a punto de morir y me regeneré, entonces los Pinetree me llevaron con ellos. Tengo miedo de volver a ese mundo en el que estaba completamente solo. No quiero que vivas eso... Pero no tienes otra opción—. Se limpió sus lágrimas, trepando encima de mi cuerpo, comenzando a desabotonar su camisa—. Tú me habías dicho que me amabas, ¿no?

—S-sí... —. Lo vi atentamente mientras se quitaba la camisa. Se acercó a mis labios.

—Escucha muy bien porque no te lo volveré a repetir—. Los latidos de mi corazón seguramente no me iban a dejar escuchar, pero solo asentí con velocidad. Él mordió mis labios, para luego susurrar cual ronroneo: —. Te amo.

Ya no importaba nada, absolutamente nada, solo estar a su lado. No me importaba en qué me había metido ni qué ocurriría en un futuro. Lo único que me importaba era el sabor se su tacto y aquellas palabras que se grabaron como fuego en mi mente.

Dipper Pines me amaba, y eso era lo único que importaba.