VI. Bill. +18

279 27 5
                                    

Advertencia: Contenido sexual explícito.

.

Tenía a Dipper en medio de mis piernas, succionando mí mimbro como si quisiera arrancármelo. Me agarré de las sabanas. Su boca era el mismo paraíso, era diferente a cualquier otra persona que me hubiese dado una mamada. Experta, como si viviera de ello, pero feroz, queriendo succionarme hasta el orgullo.

—Dipper—. Me había olvidado de Wirt, y creo que era lo que me traía nuevamente a la realidad y no enloquecer corriéndome en su boca. De alguna forma me cohibía tener a otra persona, pero lo que más me molestaba era que estuviera con esa cara de desinterés.

—Dime—. Se separó, girando para colgarse del cuello de Wirt. Creo que yo sobraba allí. Pero antes de que pudiera levantarme, Dipper se sentó encima de mí, jalando a Wirt para que lo abrazara—. Aún no terminamos—. Me dio un guiño, para comenzar a devorar a Wirt. No sabía qué hacer, pero sentí su mano tomando la mía y llevándola a su pectoral—. Solo haz lo que gustes.

Y así lo hice. Comencé a besar su cuello, mientras Wirt seguía poseyendo su boca. Cuanto daría por juntar mis labios con los de Dipper. ¿Cómo se sentiría? ¿Son tan suaves como lucen? Mordí su hombro y él brincó, girándose encima de mí, con ambas piernas a cada lado de las mías, y levantado. Tomó mi rostro y me mordió un labio. Se separó, comenzando a gemir encima de los míos.

Tras él, Wirt se había agachado y comenzó a chuparle las nalgas, abriéndolas, y con sus dedos buscando el agujero de Dipper. Tomé su rostro y lo acerqué al mío, comenzando a besarlo. Efectivamente, sus labios eran suaves y moldeables, se desenvolvía con agilidad y profesionalidad encima de mis labios, pero lo que más me gustaba, era su aliento caliente como él solo.

—Wirt—. Dipper se separó, y con mis manos atraje su cuerpo a mis labios. Comencé a chupar sus pezones, para luego morderlos, deseando arrancarlos—. Joder—. Jadeó, sosteniéndose de mis hombros y juntando su pecho más a mi boca, a la vez, poniendo su trasero más hacia Wirt.

Wirt se levantó, y lo vi masturbándose, antes de acercarse a Dipper y penetrarlo sin más dilatación. Él soltó un grito, aruñando mi espalda y salivando mi hombro. Vi la cara de Wirt, quien lucía como si hubiese encontrado el mayor placer posible. Entonces jaló con brusquedad el pelo de Dipper, y unas lágrimas mojaron su rostro. Salí de mi fantasía al ver aquella forma de tratarlo, y estuve a punto de detenerlos sino fuera porque Wirt habló.

—Eso le excita—. Lo miré. Dipper estaba en su mundo, con los ojos en blanco y gimiendo como perra en celo—. Será mejor que también le hagas daño o te va a pegar. Y él pega duro.

Entonces eso hice. Llevé mi mano a su miembro y lo comencé a apretar. De ser yo ya le hubiese dado una patada. Pero él parecía en el cielo con aquel maltrato. Qué raro. Pero de alguna forma, sentía que podía llevar a cabo mil y un cosas y él ni se quejaría.

Me levanté. Era casi igual de alto que Wirt, y Dipper era un llavero al lado de nosotros. Tomé sus piernas y las elevé, haciendo que estuviera en el aire. Me junté a ambos, y, adolorido de pensar lo que iba a hacer, penetre al mismo tiempo que Wirt a Dipper. Él me miró como si no lo esperara, y Dipper enredó su cuerpo en el mío.

Comencé a moverme, rápido, en cambio Wirt iba bastante lento. Sentí como un líquido escurría entre nuestros miembros. Era sangre. Me asusté al pensar que le haría daño. "El no muere" entendí que me decía Wirt con la mirada al verme alterado.

Aumenté la velocidad al igual que Wirt, el cual parecía no tener expresión ni en momentos como esos. Yo por el contrario sentía que era la sensación más gratificante que iba a sentir. Su ano se contraía, parecía querer tragarnos, y su rostro era el de un chico roto, por así decirlo.

Wirt salió del interior de Dipper. Lo giré para que mirara a Wirt, y sin pedirlo, Dipper se agacho, aun conmigo dentro, y comenzó a chupar el miembro de Wirt. No paré en ningún momento de moverme, y el primero en eyacular fue Wirt, que parecía más hacerlo por obligación.

Él se fue, sin decir nada. Solo recogió su ropa y se encerró en el baño. Dipper no le prestó atención por primera vez. Yo tenía toda su atención. Salí de él y lo empujé a la cama. Él sonrió coqueto y abrió las piernas, invitándome. No rechacé su invitación y lo penetré nuevamente, moviéndome con rapidez.

—Dios, es tan grande—. Sonreí, que sucio, pero me gustaba. Le tiré el cabello hacía atrás y besé su barbilla, dándole mordiscos mientras continuaba accediendo a su interior. Dipper comenzó a temblar, llevó su mano a su miembro, y con tan solo tocarlo, eyaculo. Su cara de éxtasis me hizo llegar al mío en menos de nada, terminando en su interior.

Me levanté, limpiando el sudor de mi frente. Dipper estaba serio, mirando hacia la puerta del baño. Nuevamente sentí que sobraba. Salí de él, y me dirigí a recoger mi ropa para irme.

—No te vayas—. Masculló, lo miré sorprendido—. No quiero estar solo—. Wirt salió del baño, y no nos miró, solo se fue por donde había llegado. Vi como el rostro de Dipper se contraía de furia. Tomó un jarrón que estaba en una mesa al lado de su cama y lo lanzó a la puerta en impulso, para luego comenzar a gritar.

La puerta se abrió y por ella salió una mujer igual a Mabel, solo que mayor y de ojos azules. Supuse que era la gemela Gleeful.

—Niñato—. Qué cariño—. Manson te espera en el estudio. Tiene un trabajo para ti.

—Dile que se pudra—. Ella se encogió de hombros y cerró la puerta—. Los odio—. Susurro.

— ¿Estás bien?

—No—. Suspiró—. Wirt me dejo.

—Pero si hace un momento...

— ¡Es qué no lo entiendes!

—No entenderé si no me lo explicas. Esto es muy raro. Accede a tener un trío contigo pero luego ambos se ponen raros.

—Pelear es más bien nuestra forma de estar. Pero... Esta vez es diferente—. Mordió su labio—. No quiero estar solo. Lo necesito.

—O sea, ¿solo lo quieres para no estar solo? Para eso consigue otro—. Y me miró.

—Okay. Serás mi nuevo novio.

— ¿Perdón? ¿Cambie de ser perro a ser novio?

— ¿Prefieres seguir siendo perro? Qué fetichista.

—Joder, eres un dolor de cabeza.

—Y tú me da dolor de culo—. Reí. Me dio gracia.

Suspiré, creo que no estaría mal probar cosas nuevas. 

Avaricia y orgullo. |BillDip|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora