Cap. 12

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Un gran alivio inundó a Antonio cuando vió a la chica, estaba sana y salva y eso lo hacía sentirse más tranquilo. Dió un paso al frente con la intención de acercarse a ella pero Mouse negó levemente con la cabeza, así que desechó la idea de inmediato.

-se supone que deberías estar en Los Ángeles- comentó Hank

-no tenía nada que hacer en California- respondió simple, había algo diferente en ella, todos lo percibían

-Alex...- empezó a decir Alvin pero la chica levantó una mano en su dirección

-no quiero lástima ni mucho menos compasión- dijo firme

-deberías ir a casa y tomarte un tiempo de todo esto- intervino Hank

-no tienen que preocuparse por mi, la muerte y yo somos viejas amigas- dijo y volvió su mirada a la pizarra

Era evidente que la chica no quería escuchar ningún comentario con respecto a lo ocurrido, y eso lo entendieron todos.

-¿Nos ayudarás con este caso?- cuestionó Kevin intentando cambiar de tema

-claro, Mouse me estuvo explicando la situación- respondió mientras tomaba unos papeles que estaban sobre el escritorio

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Hank estaba en el sótano junto al sospechoso, lo había hecho hablar a su manera, mientras eso sucedía en el sótano, Alex estaba sentada sobre su escritorio en completo silencio mientras leía varios papeles.

En su mente rondaban las recomendaciones que la doctora había escrito en la carta, nada de cafeína, comer saludable, nada de actividades físicas demandantes y nada de sexo, todo eso por dos semanas.

Sintió a alguien sentarse a su lado, se giró y vió a Antonio junto a ella, el detective le sonrió levemente, aprovechó que el resto del equipo estaba ocupado en el caso y se inclinó hacia ella y depositó un beso sobre su hombro, la comandante le regaló la mejor sonrisa ladina que pudo.

-¿Quieres que te ayude con eso?- cuestionó en voz baja el hombre

-estoy bien, gracias- respondió 

El hombre asintió un par de veces, se inclinó de nueva cuenta hacia ella, depositó un beso en su mejilla y salió de la oficina para seguir buscando información sobre el caso.

Aleksandra lo vió irse, en su campo de visión apareció Jay, el ojiverde estaba leyendo unos papeles, un vacío se situó dentro de ella, el recuerdo de saber que esperaba un hijo de Jay la golpeó de repente; el detective sintió la mirada de la castaña, levantó el rostro y sus miradas se cruzaron, Halstead le regaló una pequeña sonrisa la cual la rusa correspondió, quería acercarse y decirle lo que había pasado, pero no quería arruinarlo todo y arrebatarle ese brillo característico que estaba en los hermosos ojos de Jay.

-Steven Hurrick, antecedentes por distribución, agresión, se vincula con chicas desaparecidas- dijo Hank apareciendo en la oficina seguido de Antonio

-a vicios le gusta para servidumbre involuntaria y tráfico de sexo, se queda con las chicas hasta que acaba con ellas, luego las vende a redes en todo el país- continuó Antonio mientras distribuía los papeles que llevaba en las manos

-Trevor dice que Hurrick opera en un burdel afuera del club Richport- finalizó Hank

-sargento- lo llamó Adam mientras miraba de manera extraña la pantalla de su computadora -recibí un correo con un archivo adjunto- informó

-¿Qué es lo que dice?- cuestionó Erin

-no mucho, sólo que es importante y que es para toda la unidad de Inteligencia- leyó lo que decía

CYNOSURE [Libro 2, saga CPD]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora