Cap. 48

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Era temprano, el clima era frío en el exterior pero la calefacción hacía soportable el clima en el interior del departamento, Alex terminaba de arreglarse para ir al trabajo, Antonio estaba en el comedor junto a Diego.

El día después de que la pareja les dijeran a los hijos del detective que estaban comprometidos fue el cumpleaños de Diego, ambos adultos fueron por él y Eva en la noche a casa de Laura para llevarlos a cenar en forma de celebración por el cumpleaños, pero sólo Diego fue con ellos, Eva dijo que se sentía indispuesta, seguía sin aceptar que su padre se iba a casar de nuevo.

Al finalizar su cena y de que la pareja le entregaran al menor un videojuego nuevo, junto a unas figuras de acción que Laura les dijo que Diego quería y un pastel, volvieron al departamento del detective para poder descansar.

—El mundo no funciona así— dijo Antonio preparando el almuerzo que llevaría Diego a su escuela

—¿Por qué no?— cuestionó el mejor desde el comedor

—Porque no puedes tener algo sólo porque quieres— aclaró metiendo un paquete de galletas de mantequilla

—Alex se compra lo que quiere sin pensarlo dos veces y los padres de Henry sí lo pagaron— dijo con obviedad

Antonio tuvo suficiente y se giró a ver a su hijo que desayunaba cereal con leche —Esta es nuestra casa, nuestra familia, hacemos lo mejor que se puede, no pagaré para que un autobús de videojuegos esté afuera tres horas.

—¿Siguen hablando de eso?— cuestionó Alex entrando a la conversación —Yo puedo pagar por el autobús de videojuegos sin problema— tomó una manzana

—¿En serio tú también?— dijo Antonio incrédulo

—Relájate o te saldrán arrugas— pasó su mano por su rostro delineando las líneas de expresión que se le marcaban

—No se va a contratar el autobús de videojuegos y punto— sentenció Antonio con firmeza

—De acuerdo— por fin habló Diego mientras se ponía de pie y llevaba los trastos sucios al lavaplatos

—¿Eso es un de acuerdo de "Ya que" o de "Entiendo lo que dices"?— cuestionó Antonio entregándole su almuerzo

—Un de acuerdo ya que— dijo yendo por su mochila para poder ir a la escuela

El hombre suspiró pesado, tomó la leche que Diego había dejado en la barra y la metió al refrigerador.

—Vamos cielo, no seas tan duro— dijo Alex mientras sacaba su teléfono, tenía un mensaje de Kevin, había enviado una dirección, había un caso nuevo

—Intento darle una lección pero no lo entiende— se excusó

—Ni siquiera yo te entiendo, no lo culpo, relájate— dijo mientras leía el mensaje y se giró a verlo —No me mires así Antonio Dawson— lo señaló molesta —Tenemos un caso, muévete.

Tomó su bolso y salió del departamento topándose a Diego afuera esperándolos, tomó al menor por los hombros y bajaron juntos las escaleras.

—¿Te causé problemas con papá?— cuestionó Diego mientras bajaban 

—Claro que no cielo, tu padre tiene ideas que no comparto del todo y eso no es culpa tuya— aclaró

—De cualquier forma, gracias por intentarlo— sonrió Diego

—Cuando quieras— le guiñó un ojo —Prométeme dejar de crecer, estás enorme.

—No creo que lo pueda controlar pero haré un esfuerzo— acercó su rostro al de la mujer y dejó un beso en su mejilla, prácticamente le llegaba al hombro

CYNOSURE [Libro 2, saga CPD]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora