Catorce

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Soy tomada desprevenida por completo cuando me coloca encima de su regazo. El nunca había hecho esto antes –nadie lo hizo. Me sujeta con una mano mientras la otra reposa en mi trasero, levantando incitantemente dos centímetros de mi falda.

—Deja de moverte Violet. —Me ordena y golpea fuerte mi trasero con su mano. Me sobresalto y estoy boquiabierta. Esto es tan inapropiado de su parte, más de lo normal. Contengo un grito de irritación y la humillación cuando levanta mi falda por encima de mi espalda. Mi tanga roja ahora está a su vista para que él la admire por completo.

—Señor, no puede hacerlo de esta manera. —protesto y me remuevo bajo su fuerte agarre.

—Puedo y lo haré. Si no dejas de moverte haré que esto sea mucho peor para ti. —Me amenaza y con vacilación dejo de moverme, me quedó ahí, con mis manos sobre el piso. No sé como puede empeorar esto y no quiero descubrirlo.

—Buena niña. —musita y me congelo cuando su mano aprieta un costado de mi trasero mientras estoy en su regazo. Me siento tan humillada.

—Señor... por favor. —susurro desesperadamente mientras me remuevo.

—Ahora ¿recuerdas que más hiciste? —me pregunta, aún tocando mi trasero.

—Por favor, ¿no puede solo decirme? No puedo recordar y ciertamente no puedo pensar cuando usted... me toca así. —digo con sinceridad.

—Entonces... ¿esto te afecta? —pregunta inocentemente y siento sus dedos acercarse al sitio donde no le está permitido tocarme.

Me remuevo incluso más y él aumenta su agarre en mí.

—Te hice una pregunta cariño. —dice con delicadeza y sus dedos se deslizan entre mis piernas mientras sujeta uno de mis muslos para mantenerme sobre su regazo antes de que me resbale.

La acción me deja atónita mientras trato de pensar en la situación. La sensación de sus pantalones de tela contra mis piernas desnudas y mi pecho presionado en su pierna hace que contenga la respiración. No me gusta esto ¿verdad? Me sigo repitiendo esto una y otra vez a pesar de que empiezo a sentir algo extraño pasar a través de mí. Esto solo sucede cuando él esta cerca.

Trato de recordar que me preguntó y tartamudeo—. Ehh, claro que me afecta. Me humilla a propósito. Es vergonzoso.

—¿Estás segura de que esa es la única cosa que sientes? —pregunta, pero no creo que espere una respuesta. Solo está tratando de cuestionarme en todo.

Lo cual es así.

Estoy tumbada en su regazo con mi trasero completamente expuesto. Ahora el puede ver mi trasero y su mano reposa en la parte trasera de uno de mis muslos. Mientras siento sus manos tensarse alrededor de mi cintura mientras me mantiene donde quiere, respiro agitadamente, aunque no sé el motivo. No podía evitarlo.

Oh no. Me percato que es posible que esté húmeda ahí abajo. Todas las veces en las que me excito ¿por qué tiene que ser mientras estoy tumbada sobre el regazo del maestro? Él no puede saber que estoy húmeda, fue humillante la última vez que se dio cuenta.

—Ah Violet. Eres tan traviesa. ¿Qué voy a hacer contigo? —Se dice a sí mismo—. Dime que más hiciste mal y podemos continuar.

—¡No lo sé! —Jadeo. Puedo sentir que me pongo más húmeda. En realidad espero que no se dé cuenta. No puedo evitar reaccionar así. Ni siquiera sé porque reacciono así.

Él suspira con decepción y aparta su mano de mi muslo e instintivamente frunzo el ceño. Aunque su mano está mucho más cerca a mi vagina, la sensación me hace sentir bien.

Predicaments of a Schoolgirl | españolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora