Cuando el reloj gigante marca la 1 AM, aparto los cobertores de mí y cuelgo mis piernas a un costado de mi cama. Lydia está roncando suavemente así que camino de puntillas hacia mi armario y me coloco mi sudadera negra encima de mi pijama. Mi pantalón corto hace parecer que no llevo nada debajo.
Salgo de mi habitación lo más silenciosa posible, asegurándome de evitar todos los puntos ruidosos del piso y bajo las escaleras, moviéndome como un fantasma en los gigantes espacios de la escuela hacia la puerta trasera. Tranquilamente la abro y salgo, sin ser detectada. El frío aire roza mi piel y me estremezco, colocando mis brazos alrededor de mí para calentarme mientras camino sobre el césped recién cortado en la oscuridad. Con prisa corro hacia el sauce gigantesco donde siempre nos encontramos. Aparto algunas ramas fuera del camino mientras entro al sitio secreto por debajo del sauce llorón. Veo débilmente una figura sentada en una rama de ahí.
—¿Violet? —susurra Liam y se pone de pie, acercándose.
—¡Liam! —digo emocionada y lo envuelvo con mis brazos, apretándolo con un abrazo. Lo extrañé tanto el mes pasado.
—¿Cómo has estado hermanita? —pregunta, correspondiendo mi abrazo y después apartándose. Me guía a sentarme en la rama.
—Estoy... bien. Las cosas han estado un poco difíciles aquí, pero puedo soportarlo. —Confieso con seriedad—. ¿Qué hay de ti?
Pone un brazo alrededor de mi hombro—. La verdad lo estoy pasando genial. El lugar del que te conté la última vez está funcionando realmente para mí. Ellos confían en mí y no me convertirán. Trabajo para ellos en su mansión y me alimentan y me permiten quedarme en su casa de huéspedes como pago. Es maravilloso.
—¡Estoy tan feliz por ti! —digo con sinceridad, apoyando mi cabeza en su hombro—. No puedo esperar hasta que me gradúe. No quiero estar más tiempo aquí.
—¿La directora aún te azota todo el tiempo? —me fastidia. Pero frunzo el ceño, porque los azotes no son algo para bromear.
—Sí aún me azotan... —susurro con tristeza—. Quisiera que pararan. No soy una niña.
—Tienes dieciocho. Claro que no eres una niña, pero aparentemente eres una muy mala estudiante. —Pica mi nariz.
Me quedo en silencio por un momento, disfrutando de la sensación de tener a mi hermano tan cerca de mí. Pero mis preocupaciones me abruman—. Son crueles conmigo.
—¿Qué? —pregunta cortante. Puedo sentir su cuerpo tensarse—. ¿Cómo son crueles contigo? Los azotes no pueden ser tan malos ¿o sí?
Mirando hacia la luna entre las ramas del sauce, suspiro—. Ellos lo son. La señorita Whickam no me castiga más. Tiene al maestro de biología para hacerlo. Y él es mucho peor y más brutal que la señorita Whickam.
—¿Qué, tu maestro de biología es una especie de gigantona o algo así? —pregunta, moviéndose para poder ver mi expresión.
—No... es un hombre. —admito y Liam da un respingo.
—¿Me estás diciendo que un hombre te azota? —aclara, con la furia marcada en su voz—. ¿Qué clase de escuela es esta? ¿Mamá lo sabe?
—Ella sabe que me azotan, pero no que es el señor Tomlinson. Pero de todas formas dudo que a ella le importe. A ella no le importa que la señorita Whickam lo haga, ¿así que por qué le interesaría si él lo hace? Cuando me gradúe, ¿puedo vivir contigo? No quiero regresar a casa. —suplico, severa. Nunca quise nada más que estar con mi hermano. Ni siquiera me agrada mi madre.
—No... tienes que regresar y vivir con mamá. Eres su heredera desde que yo morí para el mundo. Serás la próxima duquesa. Es tu destino. —dice y siento como si se forzara a decir estas cosas.
—No me interesan los estúpidos destinos. Voy a hacer mi propia vida y haré lo que quiera. Estoy cansada de tener que obedecer reglas y hacer lo que todo el mundo me dice. Cuando termine aquí voy a vivir contigo. —declaro con firmeza, tomando su mano—. Te quiero más que a nadie en el mundo.
—Y yo también te quiero. —contesta Liam con una sonrisa—. Pero necesitas pensar un poco más. Echar solo al aire la oportunidad de ser una duquesa no es inteligente. Piénsalo. Mamá te necesita.
—No me importa lo que mamá necesite. —digo con terquedad—. Ella cree que tú mataste a papá. La detesto.
—No digas eso. —Liam palmea mi brazo, confortándome—. Todo terminará bien al final, ya lo veras hermanita.
—Y yo solo quiero saber que haces afuera en medio de la noche Violet. —dice una voz.
Ambos giramos nuestros cuellos hacia la persona y me sobresalto, asustada realmente... o mi trasero, debería decir.
—¡Señor Tomlinson! —jadeo y Liam también se para, retrocediendo.
—Le sugiero que se quede donde esta señor. —le advierte el señor Tomlinson a Liam.
Liam se queda quieto en su lugar y espeta con furia—. ¡Tú eres el cabrón que tiene la audacia de azotar a mi her- mi amiga!
Casi suelta que soy su hermana. Eso habría arruinado todo. Sujeto su mano para tranquilizarme porque literalmente estoy temblando. No solo mi trasero está en peligro, pero lo más importante, la vida de Liam peligra.
—Ahórratelo. Escuché que la llamaste hermana antes. Así que... el infame Liam Payne todavía vive ¿o no? —El señor Tomlinson arquea una ceja y da un paso al frente.
—Por favor no lo cuente. —le suplico—. ¡Por favor! ¡Haré lo que sea! Solo finja que nunca lo vio. Que estaba aquí sola. ¿De acuerdo? Por favor señor se lo suplico. Si dice algo, arruinará la vida de mi hermano, y la mía.
El señor Tomlinson cruza sus brazos y nos observa—. Si te marchas ahora, no diré nada. —le dice a Liam.
Con pánico, me volteo hacia mi maravilloso hermano—. Solo vete. Puedo lidiar con esto. Vete. Estaré bien. —susurro y lo abrazo fuerte.
—No puedo irme dejándote aquí con este engendro. —razona Liam, señalando a mi maestro—. ¡Dijiste que te lastima!
—¡Vete! —le susurro—. Ahora. ¡Él no está bromeando! Vete y no lo contará. Me aseguraré de ello. Él no me lastimará, —miento.
Liam hace una mueca hacia mi maestro y acaricia mi mejilla afectuosamente con su mano, dándome un beso en la frente—. Ten cuidado. Te veré de nuevo pronto. No permitas que te lastime ¿de acuerdo? Si te veo de nuevo y descubro que te lastimó, romperé sin pena su cuello.
—No a menos de que yo rompa el tuyo primero. —interviene el señor Tomlinson y quiero abofetearlo.
—Estaré bien. Ahora vete. Te quiero. —Apreto su mano y me siento terrible cuando mi hermano se voltea y corre por debajo del sauce, perdiéndose en la oscuridad.
Y después me volteo hacia el señor Tomlinson y me percato que ahora enfrente a un hombre muy decepcionado que parece que quiere castigarme severamente. Puedo decir que tiene una sonrisa peligrosa plasmada en su rostro.
© BlankSpacesOfTime
Violet se metió en un gran problema... Pobre Liam es un fugitivo.
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Predicaments of a Schoolgirl | español
FanfictionUna futura duquesa se encuentra agachada sobre el escritorio de su maestro con demasiada frecuencia después de que rompe repetidamente las reglas estrictas del internado. Su poderosa madre la envió aquí para que ella no pueda escaparse aunque lo des...