Son las 04:35 de la mañana cuando salgo sigilosamente de mi dormitorio. Me gusta salir en medio de la madrugada ocasionalmente para disfrutar el tiempo sola en el frío aire nocturno. Nunca me atraparon, pero supongo que siempre hay una primera vez para todo. Mi compañera de habitación, Lydia, está roncando suavemente y así que tranquilamente me acerco a la ventana y camino de puntillas hacia mi cama. Las sábanas están frías, así que me toma un rato dormir de nuevo.
Mi cabello castaño ondulado definitivamente no está cooperando esta mañana, pero literalmente no importa tanto. Ato los costados con un cintillo y luce bien, pero la señorita Whickam tiene otros planes.
En mi camino hacia el comedor por el desayuno, ella se acerca a mí y observa mi cabello—, Violet tu cabello luce penoso. ¿Cuántas veces te castigué por no arreglarte el cabello en la mañana?
Me remuevo al recordar cuantas veces—. Um... ¿cómo dieciséis?
—Veintinueve. Querida, olvídate sobre el desayuno y ve directo a la oficina del señor Tomlinson. —ella me ordena y mi corazón se aprieta con horror en mi pecho.
Me olvidé por completo del señor Tomlinson. Pongo una mano sobre mi corazón y trato de respirar con normalidad.
—¡Pero señora! ¡Mi alarma no sonó esta mañana y no tuve tiempo de arreglarlo! —miento.
—Es una mentira. Siempre sé cuando dices una mentira, Violet, deberías saberlo. Regla número 36: nunca mentir. Irás con el señor Tomlinson y le dirás la chica traviesa que fuiste. Ahora vete. —Ella me guía por el salón hacia la oficina de él; el único maestro que tenemos. Él es el único varón en todo el personal además del jardinero y ahora tenía que ser golpeada por él.
Sé dónde está su oficina, pero espero perderme en el camino. Este internado gigante es lo suficiente para perderse... a... menos que hayas vivido aquí durante cuatro años como yo. Conozco todo tan bien en estos pasillos ornamentados y pinturas antiguas.
De pronto me encontré parada afuera de la puerta del señor Tomlinson y nerviosamente jugué con mi cabello. Golpeé suavemente la puerta, esperando que él no esté dentro. Mi corazón latió a un ritmo peligroso y creo que es posible que me desmaye cuando la puerta se abra de pronto y él está parado ahí; luciendo tan apuesto, pero intimidante como siempre.
—Señorita Violet ¿qué puedo hacer por usted? —me pregunta. Creo que vi su mirada observar mis piernas levemente. No, debí haberlo imaginado.
—Yo... yo no arreglé mi cabello. —susurré avergonzada. ¿Cómo le diría que estoy aquí para que él me castigue? Parece darse cuenta, salvándome de la vergüenza de pedírselo.
Después de meditar mis palabras por un momento, toma mi brazo y me mete a su oficina, cierra y le coloca el seguro a la puerta. Siempre lo hacen cuando somos castigadas así nadie interrumpe, pero por alguna razón parece que se está preparando para asesinarme. Siempre me pareció muy misterioso. ¿Qué hace él en esta oficina todo el día?
—¿Algo más? —me pregunta expectante, como si también supiera de la mentira. Qué, ¿la señorita Whickam lo llamó y le dijo que hice? Esa vieja siempre parecía perseguirme.
—También hice algo. —Detesto sentirme como una niña. Cada adulto aquí me hace sentir como una.
—Dime. —Me exige y después se estira para levantar una vara para azotar que está colgada en el muro como alguna clase de trofeo.
Quisiera saber a cuantas estudiantes había azotado con esa vara. Me pongo un poco incómoda por el pensamiento. No quiero imaginarme a él castigando a las demás chicas en este escritorio que está en frente de mí... oh Dios.
ESTÁS LEYENDO
Predicaments of a Schoolgirl | español
FanfictionUna futura duquesa se encuentra agachada sobre el escritorio de su maestro con demasiada frecuencia después de que rompe repetidamente las reglas estrictas del internado. Su poderosa madre la envió aquí para que ella no pueda escaparse aunque lo des...