Uno

731 26 15
                                    

Siento mis ojos cerrarse de nuevo mientras me siento más allá de aburrida en química. Es todo sobre átomos y electrones y mierda. Solo quiero electrificar a la profesora que está parada ante la pizarra escribiendo cosas que a nadie le importa. El aire es denso en el salón de clases y las treinta de las chicas estamos al borde de sofocarnos por el intenso calor de verano. Es verano por amor a Dios. Deberíamos estar nadando en el lago que está junto a la carretera, sin desperdiciar preciosa energía en luchar para mantener nuestro ojos abiertos en esta casa de huéspedes de mierda escuchando a la aburrida señora Happy que daba un discurso monótono interminable.

Sí, escuchaste bien. Su nombre es señora Happy, lo cual no encaja ni un poco con su personalidad. Las chicas y yo estamos segura de que cuando ella nació, ella debe haber salido con una solemne resolución, recitando los pasajes de Hamlet de Shakespeare.

Esta prisión que se dice internado se llama Internado de la señorita Whickam para chicas. Pero me gusta más llamarlo el Agujero del Infierno de la señorita Bitcham para mujeres sin suerte. Siento que suena mejor así.

No solo hay reglas estrictas que todos debemos seguir, pero si rompemos alguna regla alguna vez, somos castigadas. Y no, no me refería a que teníamos que quedarnos sin comer o lavar los platos. La mayoría de nosotras teníamos edades entre quince y dieciocho años. Soy parte del club de las de dieciocho. Pero la edad no le importa a estos maestros psicópatas. La verdad nos tratan como niñas.

Somos golpeadas.

Es incluso más loco porque lo que ellas hacen en realidad es ilegal en Inglaterra, pero ninguna de las estudiantes pueden decir nada porque cada una firmamos un contrato al principio. Y si rompes el contrato... estas metida en un gran lío.

La señorita Whickam no da muchos golpes, pero ocasionalmente cuando alguien está realmente mal, ella tiene al señor Tomlinson para hacerlo. Nunca había sido castigada personalmente por él, pero las otras chicas que habían sido castigadas por él, milagrosamente cambiaron durante la noche y se convirtieron en ángeles perfectos, nunca rompían una regla de nuevo. Él es nuestro maestro de biología y tiene veinticuatro; demasiado joven para un maestro, pero eso no le pareció molestar a la señorita Whickam cuando lo contrató hace algunos años.

El señor Tomlinson también se comporta como otro par de ojos para la señorita Whickam. Nos dice que si nos atrapa en cualquier lado haciendo cosas que no deberíamos hacer. Es muy malo que sea tan ardiente; con su perfecto y estilizado cabello castaño y sus irritantes y hermosos ojos verdosos azulados que se arrugaban cuando sonreía. Enfatizando cuando. En verdad él no sonríe mucho.

La señora Happy se percata de mis somnolientos ojos y pronuncia mi nombre—, señorita Violet. Por favor despierte. Si quieres dormir como un oso hibernando, puedes esperar hasta la hora de dormir.

—Sí, señora. Disculpe señora. —musite y abrí dramáticamente mis ojos para que se queden abiertos.

—No hagas eso Violet. No es apropiado de una señorita. —Me regañó y siguió escribiendo en la pizarra.

—Sí señora. —contesto.

Tenía una picazón en mi muslo así que lo rasqué. Pero el picor no se iba y lo rascaba más. Subí mi corta falta entablonada y lo rasqué hasta que un suspiro de alivio escapó de mis labios.

—¡Señorita Violet! ¡Acomódese su falda de inmediato! —soltó la señora Happy cortante, atrapándome en el acto—. ¿Qué le dije sobre mantener toda su ropa en su lugar todo el tiempo?

En serio esta perra necesita ahogarse en el lago, pero no. En realidad quería nadar en el lago. Esta perra necesita ir a enterrarse viva en el jardín. Pero no. Me gustaba caminar por el jardín-

Predicaments of a Schoolgirl | españolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora