CAPITULO 6

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LA BELLEZA EN PERSONA

Nos fuimos afuera del bar, eran las 10:26 y la temperatura bajó drásticamente a frío total. Ella se abrazó para darse calor.

Parece que va a llover.

-¿Estás lejos de tu casa?- Le pregunté.

-Sí, como a unos tres Kilómetros de aquí.- Me dijo.

¡¿Qué hago, qué hago, qué hago?!

-Ok, escucha, yo vivo en un departamento a unas muy pocas cuadras. Te puedo dar algo de abrigo y un paraguas mientras te quedas en recepción, ¿Te parece?

-Supongo que no me queda de otra, vamos.

¿En serio aceptó?

Una fuerte lluvia nos tomó por sorpresa y empapó a los dos, comenzamos a correr pero el frío nos hacía frenar. Algo raro de explicar. Lo único que se escuchaba eran las miles de gotas de agua cayendo con fuerza en el suelo y el silbido del viento soplando intentando comunicar que la lluvia empeorará cada vez más. El cielo estaba completamente gris y algunos rayos a lo lejos se comenzaron a notar como caían. 

Llegamos.

-Uff- Expresé- Muy bien, quédate abajo que yo voy arriba y traigo un par de cosas para que puedas estar mejor.

-Muchas gracias, Leandro, me haces un gran favor.

Asentí con la cabeza- Un placer ayudar.-

A medida que iba subiendo por el ascensor me regresaba a la mente su carita hermosa y su sonrisa brillante, no puedo dejar de sonreír cada vez que la recuerdo. Su voz, su rostro, sus ojos, su cabello, en serio es linda.

*PIN*

El ascensor llegó a su destino.

Comencé a revolver mi ropero en busca de un buzo de su talla, a juzgar por su altura y cuerpo el talle debe ser... ¿S? Era mucho más baja que yo.

Mientras seguía revolviendo el ropero no encontré un buzo, encontré EL BUZO. Era de color gris claro que se adaptaba al cambio de luz natural o artificial a más oscuro o claro, tenía los bordes de las mangas y cintura de color negro y una imagen tejida de la ciudad de Nueva York bajo la luz de la luna y estrellas. Un brillo en mis ojos iluminó el interior de mi cuerpo envolviéndome en una sensación de satisfacción.

-Perfecto...- Susurré.

Le puse un poco de perfume para que no oliera tan mal, aunque estaba recién lavado, y lo envolví en mí brazo. También tomé un paraguas que andaba por ahí dando vueltas, uno nunca sabe si puede volver a llover, además, si se lo doy me lo va a tener que devolver porque puede ser que un buzo se lo termine regalando pero un paraguas... No señora, la voy a tener que ver de vuelta si se lo doy.

Maravillosa jugada.

Me dispuse a bajar nuevamente y mientras lo hacía volvieron a mi cabeza imágenes de su sonrisa y cara inconscientemente. "Es tan bella" dije en voz muy bajita, creo que el señor a mi lado logró oírme porque se giró apenas sonriendo.

Una vez abajo le di las cosas.

-Bueno, acá está todo.- Dije con las cosas aún en mis manos.

-Muchas gracias, Leandro.-

-Dime "Lean" por favor, Leandro no me gusta.-

-De acuerdo, Lean, si quieres me dices "Add".

-De acuerdo, Add.

Nos miramos por unos pocos segundos y sonreímos. Bajó la mirada.

-¿Eso es para mí?- Señaló las cosas.

-Oh, sí, todo tuyo, toma.

Agarró primero el buzo y se lo puso, creo que llegó a oler el perfume porque hizo un movimiento en su pecho como si estuviera recibiendo oxigeno después de no haber respirado durante varios segundos. Posteriormente tomó el paraguas, afuera seguía lloviendo muy fuerte.

-Supongo que ya me voy- Dijo mirando la puerta de vidrio y luego a mí- Gracias por todo.

-Un gran placer, Add.- Moví la cabeza de arriba a abajo en tono de "De nada".

Se dio media vuelta y antes de que abra la puerta me acerqué a ella y le toqué su hombro.

-Espera, no tienes mi número.

-No... ¿Y?- Dijo algo seca y con los ojos entrecerrados por curiosidad.

Que poco interés madre  de Dios. ¡No te rindas, Lean!

-¿Cómo me devolverás las cosas?

Se quedó callada durante unos segundos y dijo "Buen punto". Escribió su número en un papel y me lo dio.

-Cuando sea el momento, te escribiré.- Me dijo como si quisiera imitar la escena dramática de una película.

-De acuerdo.- Le sonreí.

¡Tengo su número!

Me regaló una sonrisa y se fue. Que bellos dientes que tiene y que sonrisa fantástica.

Desconectado, una mejor vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora