ALEMANIA
LEANDRO MOON.
ALEMANIA, BERLÍN.
¡Estoy en Alemania! Un sueño cumplido y a la vez no. Nos bajaron del avión atados de las manos y el presidente de Alemania le dice "Sie sind" a una especie de guardia.
Mi padre me dice al oído gritándome, porque las turbinas del avión eran estrepitosas, que no me asuste y qué está todo planeado para que los "buenos" ganen.
Eso está por verse, monstruo.
Nos subieron a una camioneta que estaba a oscuras y lo único que iluminaba el lugar era una luz azul con un tono de blanco que generaba cierto espanto.
-Leandro Moon- Me estrecha la mano una mujer en frente mío- No sabes cuánto gusto me da verte.
-Quisiera poder decir lo mismo.- Respondí algo enojado e irritado.
Metieron a Add a la camioneta al lado de la chica y ésta ni se inmutó, sus ojos seguían clavados en mí.
-¿Sabe usted lo que intentamos hacer, Leandro? Intentamos que este mundo sea un lugar mejor, este mundo con cada día que pasa se transforma más en el infierno y en un basurero, no podemos permitir eso. Las cosas deben cambiar, los seres humanos debemos entender que lo único que nos mantiene vivos es el planeta tierra, nuestra casa común. Y lo único que hacemos es destruirlo, tanto socialmente como "físicamente"- Hizo comillas con los dedos- cuando tiramos botellas de plástico a los ríos, océanos, lagos, etcétera, lo contaminamos cuando tiramos la basura en el césped o en la calle y de muchas otras formas más que se que usted sabe. En el momento exacto que tu padre llegue al poder y, lamentablemente, devaste al mundo una nueva raza nacerá de los escombros y será encumbrada por nosotros. Ésta será racional y primitiva, amará al planeta y vivirá la vida a pleno y no encerrado en una habitación con su aparatito igual que un adicto.- Me miró con cierto disgusto.
La mujer era rubia, de ojos celestes y bastante joven, no más de treinta años. Por la forma relajada en la que me habló me di cuenta que es una de esas personas que no se enojan tan fácilmente y que son de mantener la calma incluso en momentos de desesperación.
La miré con odio y recelo. En serio no tienen idea de lo que están a punto de hacer, acabarán con la vida en la tierra y educarán una nueva desde cero para mejorar al mundo. Lo que no saben es que al hacer eso estarán extinguiendo millones de especies que mantienen al planeta en funcionamiento.
Me quedé callado, no iba a solucionar las cosas desde una camioneta dirigiéndose a un lugar de Alemania con una mujer que tiene una idea concreta y fija en la cabeza.
10 HORAS DESPUÉS.
FRÁNCFORT DEL MENO, CIUDAD DE ALEMANIA.
-¡Muy bien señoritas ya llegamos y el presidente no está! ¡Es hora de desatar el caos para sembrar el bien!- Dijo mi padre bajándose de la camioneta. Add y yo nos miramos, el miedo corría por nuestras venas.
-Hola hijo- Saluda mi padre torciéndose y apoyándose en la puerta corrediza de la camioneta.- ¿Listo para deducir algunos códigos?- Me pregunta feliz.
Yo sin responderle me bajé de la camioneta. Add no dijo ni una sola palabra desde que nos secuestraron.
Al ver el campo enorme y las montañas me pregunté qué lugar es este y por qué era tan desértico. En serio no había rastro de vida alguno.
¿Exterminaron la zona antes de venir?
-Ok hijo- Me agarró del hombro- ¿Ves aquellas montañas de ahí? Son nuestro punto B, o sea, nuestro destino. Ah, por cierto, el presidente de Alemania cree que ustedes provocaron esa explosión en Múnich, por eso los miraba feo y pude traerlos sin problema alguno.
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Desconectado, una mejor vida.
Genç KurguUn chico de veinte años (Leandro Moon) y una mujer joven de apenas unos diecinueve años (Addison Dutkiewicz) tuvieron un pasado que les ha quitado completamente la vida social y los amigos que algún día pudieron llegar a tener. Al conocerse ellos sa...