CAPITULO 14

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AMOR PATERNAL

Addison Dutkiewicz.

Hospital de Rosario.

Mi madre me miraba haciendo un ademán con los ojos, sus ojeras se les marcaban mucho y sus ojos eran tan pesados que se les cerraban. No haber dormido toda la noche no le hizo bien, menos a mí que tenía el corazón y un nudo en la garganta. ¿Qué está sucediendo? ¿Por qué Lean estaba sufriendo tanto? Ya van dos veces que está inconsciente en el hospital. En el momento en el que se despierte se lo preguntaré. Por ahora es mejor que todos descansemos un poco.

Mientras estábamos volviendo a casa mi madre me pregunta algo tímidamente sin sacar la vista de la carretera:

-¿Sabes aunque sea lo más mínimo de lo qué está ocurriendo con Lean? Quiero decir, desde que un tal Richard Moon salió de prisión muchos acontecimientos malos le están sucediendo y, no es que sea cierto pero, Leandro Moon es el nombre y apellido de tu amigo. ¿No piensas que tiene algo que ver Richard con Lean?

Elemental Watson.

-¿Qué sugieres que hagamos, mamá?

-Ir con la policía, así sin más.

No era mal plan pero a juzgar por cómo se armó una masacre entera en una simple construcción abandonada enorme si los policías iban a tratar de detenerlo no iba a ser más que un suicidio sin efectividad en el objetivo propuesto: Frenar o detener al padre de Lean.

-No. Eso solo no va a servir, hay que llevar militares.- Dije mirando mis pies y casi susurrando.

-¿Te escuchas cuando hablas? ¿Militares? Hija a mí también me cae bien Lean y no quiero que le ocurra nada a mi futuro yerno pero llevar militares a quién sabe dónde suena un poco muy descabellado.

-Mamá descabellado fue el "poco muy" que dijiste.- Respondí.

-Te estoy hablando en serio hij...

-Sí bueno, yo también hablo muy serio.- Comencé- ¡Tengo diecinueve años y creo que soy lo suficientemente madura para darme cuenta de que el padre Lean no está para nada bien de la cabeza porque acaba de dejar a su propio hijo en el hospital con miles de hematomas en la piel!- Terminé frustrada tomándome de la cabeza incrédula a lo que decía y pensaba- Es un monstruo. Las noticias lo dicen y él lo demostró, maldito insensible.- Dije apretando mis dientes.

Mi madre frenó a un costado de la carretera vacía que nos llevaba de regreso a casa, se sacó el cinturón y apoyó su cabeza sobre el respaldar del auto y respirando profundamente. Algo no estaba bien.

-¿Mamá?

-Sh- Me hizo callar- Ahora no.- Ella respiraba como si quisiera bajar su nivel de ansiedad.

-¿Mamá sufres de ansiedad?

-Sí solo... silencio por favor.

Me quedé callada varios segundos observándola. Respiraba pausadamente para bajar su frecuencia cardíaca. En serio no se sentía bien.

-Muy bien- Exhaló- Ya estoy mejor.

-Pues yo no, ¿qué te sucede?

Ella me mira con tristeza en sus ojos.

-Otra vez volvió el tema del profesor a mi mente mientras recordaba a Leandro en el hospital.

-Oh... eso es lo único terrorífico y feo que nuestra familia pasó en sus largos años de vida. Perdón mamá.

-Hija no fue tu culpa. Él era el enfermo. Doy gracias a Dios que haya muerto.- Miró por la ventana.

-No fue muy lindo como murió mamá.

Desconectado, una mejor vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora