CAPITULO 8

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NO HAY QUE CREER HAY, QUE HACER

Leandro Moon.

MARTES, 10:00 A.M.

-Videojuegos, era lo único en lo que pensaba todo el día. Aprendía y estudiaba todas las técnicas y trucos para ser mejor que el resto. Internet, quería jugar de la mejor manera posible para ser mejor. Sin lag, delay, glitches raros u otras cosas que se provoquen por mala conexión.

-Y eso Lean, ¿Qué pensamientos te genera?- Me dijo el psicólogo.

- ¿Qué pensamientos me generaba antes o ahora?

- Ambos.- Dijo apoyando su birome sobre la libreta indiferente.

- Antes sentía una sensación de relajación, satisfacción y bien estar... Ahora solo juego pero lo hago únicamente para no perder la práctica, no me divierto en lo absoluto.- Dije mientras acomodaba mi cabeza sobre el sillón.

- Jmmm..., me estás hablando de práctica. Dime, Lean, ¿Hay algo más en lo que seas bueno?

- La verdad, no.- Dije con la voz algo ronca mirando el techo y las manos en mi panza.

- ¡Bah! Debe haber algo en lo que seas bueno.

- De hecho no.-Dije largando todo el aire hacia mis cuerdas vocales.- Toda mi vida se basó en una pantalla y videojuegos. Desde mis 7 años que soy así y creí que me gustaba pero en realidad estaba cubriendo con una manta tecnológica el hecho de no tener amigos, ser antisocial, vivir encerrado y no darle ni la más mínima importancia a algo. Ahora que esa manta se cayó, porque salí con amigos por primera vez en toda mi vida y conocí a una bella mujer, todo lo que tapé en la oscuridad salió a la luz. Quisiera mi adolescencia e infancia de vuelta pero esta vez con amigos, no sé, compartir una chocolatada con ellos, ir a un boliche con amigos que nunca tuve u otra cosa divertida.- Comencé a llorar y me levanté de donde estaba recostado.- Solo quiero no tener más la necesidad de estar pendiente a una pantalla para ser feliz o infeliz...

El psicólogo se quedó sin palabras, o no podía creer lo que estaba escuchando o simplemente no sabía cómo consolarme.

- ¿No tienes amigos on-line?

- Pfff, tres solamente y no conozco a ninguno en carne y hueso.

- ¿Nunca has intentado por voluntad propia no usar algún aparato tecnológico?

- Yo... soy un adicto.- Para este punto yo ya había tomado agua y estaba más tranquilo.- Me es casi imposible desviar mí necesidad de usar algo que tuve a mi disposición por más de diez años. Pero respondiendo a su pregunta sí, una vez lo he hecho y me sentí vacío.

- Eso ya es un avance.

- ¡Sí pero no quiero ser así, un adicto!

El psicólogo me miró fijamente a los ojos y a los pocos segundos soltó una palabra que me dejó perplejo.

- Tecnofilia- Dijo- Padeces de tecnofilia.

- Queeee...- Dije en un susurro.

- La tecnofilia es una adicción hacia los dispositivos electrónicos como la televisión, los celulares, computadoras, entre otras más. Puede curarse pero requiere tiempo.

Me senté en el sillón y apoyando mis codos sobre mis piernas llevé mis manos a las sienes comenzando a frotarlas.

- ¿Qué me recomienda?

- Seré conciso con usted, Lean. ¿Cuántas veces se masturba a la semana?

- Uff, emm... Una vez, tal vez dos. ¿Por qué?

Desconectado, una mejor vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora