Desconectado, una mejor vida.

CAPITULO 11

EL GRAN DÍA, LA GRAN NOCHE

Sábado: 9 A.M.

Addison Dutkiewicz

Oh, claro, no olvidemos que a mis padres les gusta mucho levantarse temprano. Bueno como sea, EL GRAN DÍA, LA GRAN NOCHE, HABÍA LLEGADO. Estaba algo nerviosa, aunque ya había amistad entre nosotros los nervios nunca están de más, ¿Verdad? ¿O solo soy yo?

Estaba algo dudosa de lo que iba a ponerme. No es que no tuviera ropa, al contrario, pero elegir algo lindo para agradarle a Lean fue una tarea algo complicada. Aunque para eso está mi modelista recibida en moda (Y con "recibida" me refiero a la cantidad enorme de horas y experiencia con la ropa), mi madre.

-Mamá, ¿Qué puedo ponerme?- Le dije aprovechando que pasó junto a mí habitación.

-Déjame ver- Dijo llevando sus manos juntas a la boca y revisando el armario- Ten, pruébate esto.

Me dio un vestido muy lindo y no tan largo que usé para mis 15 una vez y no volví a usar jamás nuevamente. No crecí mucho desde ese entonces así que podía volver a usarlo si quería, pero sentí que podía haber algo más informal.

-¿No hay algo mucho más informal?-Pregunté.

-A ver... Sí, esta remera.

Mi madre me da una remera de color negro con mangas tan cortas que no le faltaba mucho para que se trasformara en musculosa, pero se notaba que tenía las mangas. En el centro había una frase que era perfecta para Lean, dice así:

"Usted no sabe cómo yo valoro

su sencillo coraje de quererme"

Mario Benedetti

-Guao...- Alargué- Esta es la remera.- Susurré.

-¿Pantalones?

Mi madre siempre irrumpiendo mis pensamientos.

La remera era negra y tapaba perfectamente todo mi torso, lo cual me gustaba, nunca fui una chica de mostrar mi cuerpo. Para el pantalón podríamos hacer una especie de contraste, algún gris claro.

-Ese me gusta- Señalé el Jean olvidado en la esquina del ropero de color gris claro- Ese será.

Mi madre lo tomó y llevó todo a lavar, incluyendo la ropa interior.

Eran recién las 9:40 A.M. y ya teníamos la ropa preparada para la convocación de esta noche. ¿Hacía falta peluquería? El tema del pelo nunca se me había cruzado por la cabeza. Hacer algo en la peluquería sonaba tentador pero tenía un hambre muy voraz como para pensar en algo en ese momento. Así que fui a la cocina y me hice unas chocolinas con dulce de leche y un yogurt bebible. Mi padre estaba tomándose un café mientras leía el Clarín.

-Sabes, esto de la tecnología sigo sin entenderlo- Me dijo aún leyendo- ¿Cómo pasamos de gastar miles de dólares o pesos creando periódicos con noticias Nacionales, hace no mucho tiempo atrás, a leer todo lo que pasa en el mundo en tiempo real al alcance de un dispositivo tan chiquito como este?- Agitó el celular de lado a lado rápidamente.

-La verdad, papá, que no lo sé. Tal vez... es la evolución. No humana, pero sí digital y cibernética.- Le dije muy seriamente.

Él se quedó viéndome en silencio hasta que soltó: -¿Qué hice para que seas tan brillante?

Yo me reí y le contesté: -No sé, ¿Tal vez porque voy a la escuela de medicina?

-Seguro.

Después de haber desayunado y tener esa corta pero inspirativa charla con papá me fui a hacer algo no tan productivo como ver la tele.