CAPITULO 10

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Las semanas pasaron, el tiempo avanzó y las heridas sanaron. Lean tuvo un ataque de Ansiedad mezclado con Depresión mayor, algo raro en humanos pero, como pudimos notar, posible.

Fui a visitar a Lean varias veces al hospital y he de admitir que compartimos muy buenos momentos, por ejemplo cuando desayunamos por segunda vez juntos, mirándonos como si fuese el último día de nuestras vidas y una vibra de conexión nos hacía sentir como si fuésemos consanguíneos o cuando entré golpeando la puerta provocando un ruido estrépito disfrazada de Barney bailando como energúmena y cantando a todo pulmón: "¡BARNEY ES UN DINOSAURIO QUE BEBE AGUA ARDIENTE Y CUANDO FUMA COCA ÉL SE PONE ALGO DEMENTE!". No podía cantar lo demás de la canción porque es algo turbia y en un hospital probablemente me hubieran echado a patadas, pero verlo reír se sentía bien. Y bueno, a mí también me hacía bien reír...

En esas pocas pero hermosas semanas allí, bueno, no fueron hermosas para Lean porque estaba rodeado de cables y algunos tubos que parecían que lo mataban, sentí que nos hicimos buenos amigos.

Estábamos en la habitación de Lean. Era medio día y quise acompañarlo para almorzar, mis padres estaban muy ocupados ese día y estaba sola en casa aburrida.

-¡Hola, Barney!- Me saludó feliz cuando abrió la puerta y me vio- Ven, pasa, pasa.

-Gracias.- Le dije yo en una sonrisa.

Me señaló una silla donde pude sentarme, él se sentó en el borde de la cama con los brazos apoyados en los lados.

-¿Cómo estás?- Me preguntó.

Suspiré algo cansada- Ando aburrida, mis padres están ocupados, yo estoy todo el día sola en casa y no paro de dibujar paisajes todo el tiempo.

Me miró sorprendido- ¿Te gusta dibujar paisajes?

-No, no me gusta, ¡me encanta!

-¡Guao! ¿Y-y vas a una escuela?

-No...- Bajé la mirada.

Su semblante se relajó.

-Pero con tal de hacerlo en casa soy feliz.- Dije para alegrar el ambiente.

-Si eres feliz, soy feliz.

Lo miré con el ceño fruncido. ¿A qué se refería con eso? Mientras nos mirábamos una mujer entra por la puerta y con comida recién salida del horno.

-Buenos días muchachos- Saluda feliz- Acá les traigo la comida deliciosa de estas horas.- Se rio entre dientes.

-Muchas gracias.- Agradece Lean.

-Sí, gracias doc.- Dije yo.

-Un placer muchachos. Nos vemos más tarde para cuando tenga que limpiar.- Y se fue por la misma puerta de la cuál entró con una sonrisa de oreja a oreja.

-Es una mujer feliz.- Dijo señalando la puerta.

-En eso no cabe duda.- Afirmé yo viéndolo a los ojos y riéndome.

En mi plato había algunos garbanzos en la parte izquierda y puré de la calabaza a la derecha, debajo de éstos había una milanesa de carne. En el plato de Lean estaba la misma comida deliciosa.

-Lo estás mirando demasiado, ¿no te gusta?

-¿Qué? Ah, sí. Me gusta la milanesa pero...

Se quedó quieto con el tenedor en la boca- Pero... ¿eres vegana?

-No, no es eso. El puré de calabaza me revuelve el estómago.

-Oh, lo hubieras dicho antes, lo podemos cambiar si quieres.

Desconectado, una mejor vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora