—¿La terminaste? —preguntó Elídan, girando la espalda para verme a mí, que estaba recostado en su cama.
Miré hacia su escritorio.
—Nop. —Sacudí la cabeza y me tumbé sobre las almohadas—. Aún falta para la fecha en que quedamos en enterrarla, ¿por qué las hacemos hoy?
—«Mejor que sobre y no que falte».
No fue necesario preguntarle para saber que él ya tenía lista su carta, una carta que habíamos acordado poner en una cápsula de tiempo junto a otros objetos.
—Mi letra es horrible. ¿Seguirá siendo así de fea en diez años?—Alzó la hoja.
Sonreí. Supongo que es a eso a lo que se refieren cuando dicen que nadie puede ser perfecto: él era muy inteligente, pero su letra era un desastre, aún más que la mía.
—¿Ya sabes que es lo que pondrás dentro de la cápsula?
—No sé. —Acarició el aro de oro que rodeaba su dedo anular izquierdo con su dedo índice— ¿Debería poner este anillo o un refresco como sugirió Dilan?
Eso me hubiese causado un ataque de risa, pero hubo algo en su comentario que captó mi atención.
—¿Continúas hablando con Dilan?
Asintió y metió la hoja en un sobre blanco que luego dejó dentro de un cajón del escritorio.
—¿Te ha dicho algo sobre Lis?
Recargó la barbilla sobre sus brazos, que tenía cruzados sobre el respaldo de la silla, y arrugó el entrecejo.
—¿Algo cómo qué?
Lo gracioso era que yo tampoco sabía lo que quería saber, creo que solo deseaba sentirme incluído en esa nueva etapa, seguir siendo parte de su vida. La verdad era que me sentí herido cuando no me contó que se había estado comunicando con Dilan en relación a Lisseth.
—Ambos se conocen muy bien, tal vez ella le haya dicho algo sobre ti o en su defecto algo que pueda ayudarte a ganarte su corazón.
Él apretó los labios, intentando recordar algún detalle aunque cabía la posibilidad de que dudara en contarme.
—Lo que voy a decir es un secreto así que no puedes decir nada. ¿De acuerdo?
Me incorporé y me puse una de las almohadas sobre mis piernas para tener en dónde recargar mis codos.
—Lo prometo. Dime.
Tomó el bolígrafo con el que había estado escribiendo su carta y se golpeteó los labios con este.
—Ella escribe —soltó.
Entrecerré los ojos como si eso fuera ayudarme a encontrar un trasfondo en esa dos palabras.
ESTÁS LEYENDO
La Analogía De Carter©
Aktuelle LiteraturCALOR ¿Cuanto tiempo se puede vivir atado al pasado? Pero aún más importante, ¿es aferrarte a algo o alguien bueno o malo? Descubre los sucesos que llevan a un joven a convertirse en policía con el único objetivo de encontrar al responsable de la mu...