¿Cuanto tiempo se puede vivir atado al pasado? Pero aún más importante, ¿es aferrarte a algo o alguien bueno o malo?
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CALOR
Descubre los sucesos que llevan a un joven a convertirse en policía con el único objetivo de encontrar al responsable de l...
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«Conviértete en policía.»
Esa frase jugueteaba con mi mente, era como un bumerán atado a mis pensamientos: siempre terminaba regresando.
—Julián —dije, ingresado su nombre en el buscador de la web.
No se me ocurrió nada más inteligente que buscar la identidad del hombre en internet. Pero con nada más que su nombre y nuestra enorme ciudad como dirección; parecía imposible encontrarlo. Había usado muchas veces la expresión «una aguja en un pajar» y esa vez no encontré un ejemplo más adecuado.
Le di enter al teclado de la laptop. La luz blanca de la pantalla encandiló mis ojos al mostrarme los resultados en letras azules.
El primer nombre en la lista de resultados fue: JuliánAbeln seguido de un tal Julián Müller. Tenía que ir uno a uno.
¡Qué fastidio!
Le di clic a la primera opción.
Julián Abeln.
¡Soy genial!
Eso pensé en cuanto la página reveló la fotografía del sujeto.
¡Si, es él!
—Lo tengo.
Julián Abeln.
Cuarenta y seis años.
Accionista y director ejecutivo del grupo CTM.
Tutor legal del futuro heredero y presidente de las acciones principales.
Joven genio científico y programador técnico. Ha logrado grandes avances en la realidad virtual.
—Un tengnolocientífico —murmuré, intentando ver lo chistoso en todo aquello.
¿Por qué alguien tan importante como él se acercaría alguien como yo?
Cuando deslicé hacia abajo la página vi una fotografía que me dejó boquiabierto.
—Hale…
Sí, era Hale. Hale era con mucho el chico más apuesto que hubiese conocido. Que eso salga de la boca de otro hombre suena raro, pero es la verdad. Su piel era lo más cercano al color de la leche, tiene una mata de cabello oscuro y el color de sus ojos nos hace desear a todo los hombres que los mantenga cerrados. Pero todos sabemos que él solo tiene ojos para Lis, aunque ella no lo sepa.
La imagen los mostraba a ambos tras un fondo azul, parados uno a la lado del otro. Hale tenía una mano en el bolsillo de su pantalón y Julián sostenía el hombro del joven. Lucían un traje de gala que les daba una apariencia comedida pero profesional.
