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— ¿No has lustrado ya demasiado ese plato?—Dijo la voz de Garnet a sus espaldas.

Perla dejo de recordar soltando un gritito, el plato resbaloso por el agua y el jabón se escapó entre sus dedos y golpeo el suelo, quebrándose en tres partes. La gema de piel roja estaba sentada en las escaleras, sus rollizas pero fuertes piernas eran visibles pues solo llevaba unos pantaloncillos negros, y una franela de color vino tinto con dos franjas, una negra y otra rosa.

—Perdón. —Se disculpó, ruborizándose.

—No pasa nada, estaba muy distraída. —La tranquilizo, mientras se arrodillaba para recoger los trozos.

Garnet asintió, rascándose el frondoso cabello negro. Después de tirar el plato roto en la papelera, Perla esperaba que Garnet hubiese cambiado su curioso atuendo para dormir, en lugar de eso, la encontró sentada en las escaleras, observando sus gafas. No le costó mucho adivinar en que estaba pensando.

—Garnet—Le llamo, con voz fuerte—.Tú no tienes la culpa de lo que ocurrió.

La gema asintió, sin cambiar su semblante o dejar sus gafas.

— ¿Qué fue lo que viste exactamente?—Pregunto, intentando ayudar a su amiga a distraerse de su continuo meditar.

—Steven presiente algo al último momento y huye despavorido hacia el granero el veinte por ciento de las veces—Dijo—.Connie tiene pánico y se arrepiente solo el cinco por ciento de los veces; Greg se lastima ayudándome a cambiar un neumático y Steven no se presenta con Connie solo el diez por ciento de las veces; entre discutir e insultarse se pierde casi un cincuenta por ciento de las veces; el nueve por ciento de las veces no ocurre nada, todo sigue igual y ellos se besan, el otro diez por ciento cae un meteorito sobre el parque y todos mueren. 

—Descuida, eso del meteorito ocurre casi siempre.

— ¡¿Casi siempre?!

—A veces es un agujero negro. —Aclaro, encogiéndose de hombros.

—Y ese uno por ciento es cuando Connie rompen, vaya, eso es fuerte. —Perla se llevó la mano al rostro.

Se aproximó a Garnet y se sentó a su lado.

—Intentaremos solucionarlo todo. —Prometió Perla, tomando la mano de su amiga.

Amatista y Peridot aparecieron en las escaleras llevando una caja con todo tipo de elementos para fiesta, una serpentina que llevaba Peridot en la mano se iba desenrollando por el suelo mientras irrumpían en la sala.

— ¡Oigan ustedes dos, dejen de besarse y vengan aquí!—Les grito la gema de piel color uva mientras dejaban las cajas en el suelo—.Vamos a reconciliar a Steven y a Connie y haremos una fiesta en el granero.

— ¡Yo voy a usar un cañón de confeti!—Celebro Peridot.

Ambas corrieron hacia la puerta del templo, Perla y Garnet las vieron desaparecer en el desorden infinito de la habitación de Amatista.

— ¿No puedo decirles que fui yo quien tuvo la primera idea?—Pidió Perla poniendo sus manos en los hombros de Garnet y sonriéndole.

La gema roja se dio unos golpecitos en el costado de la nariz. 

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