El imperio Diamante (jeongcheol x Seventeen) (Editando)

Capitulo 7

La vida de casados trajo más de una sorpresa, pero ambos aprendieron poco a poco a convivir juntos.

Comenzaron a vivir en el Palacio Yanxi, en el reino  Diamante. Seokmin aún tenía deberes que realizar en el palacio principal, sin embargo, Jeonghan logró convencerlo para que viviera con ellos.
Lo más difícil para la pareja quizás fueron las noches, sin tomar en cuenta que todo lo que hicieron en su primera noche se repetía varias veces, el dormir juntos no fue fácil, ya que Seungcheol hablaba en sueños, despertaba sudado y temblando e incluso una vez, cuando Jeonghan intentaba calmarlo, lo empujó con fuerza hacia atrás antes de despertar completamente. Cuando se dió cuenta de lo que había hecho, se deshizo en lágrimas pidiéndole perdón al menor. Jeonghan sabía que no fue a propósito, sabía que aquello que atormentaba a Seungcheol por las noches tenía que ver con todo lo que le contó sobre la guerra. Sabía también que jamás quiso hacerle daño, ya que antes del golpe, Seungcheol lo llamaba en sueños, angustiado.
Jeonghan le pidió que por favor mandara a llamar a la curandera imperial, necesitaba saber si había algo que podían hacer. Seungcheol aceptó sin mucha resistencia, después de lo que le hizo a su esposo no podía seguir así.

La curandera imperial era una señora de unos cuarenta años, criada por el clan de chamanas del imperio, su nombre era Sonia. Ella les dijo a ambos que las heridas del príncipe eran profundas y que llevaría un tiempo sanarlas, pero que finalmente se irían. Lo mejor para curar heridas del alma y la mente era con terapias de relajación, para que él pudiera aceptar todos los recuerdos dolorosos que tenía, así su mente y alma reconocerían todo eso como el pasado y dejarían de atormentarlo. Además le dió unos consejos, como tomar té de menta antes de dormir, poner aromas de su agrado en bolsitas como la que ya tenía. Y sobre todo hablar. Si el príncipe ponía en palabras aquello que lo angustiaba, sería mucho más fácil para él superarlo. Jeonghan prometió que lo apoyaría y escucharía siempre que quisiera, aprendió que el estrés no era bueno para su esposo e instruyó a sus sirvientes para que evitarán cualquier estrés innecesario cuando sirvieran a Seungcheol.

Aún así, Seungcheol no podía estar todo el día en su palacio relajándose, después de todo tenía varias responsabilidades de que encargarse y ahora que se había casado, su padre le encargó otra más. Lo nombró Comandante en jefe de la guardia imperial, es decir, era el superior de todos los soldados en la capital, desde los guardias en el palacio hasta los soldados que resguardaban las puertas de la ciudad. Jeonghan estaba algo preocupado de que asumiera tal cargo, pero gracias al cielo, tenía dos personas que lo ayudarían con su tarea. Jeonghan había escuchado de ellos por las cartas de Seungcheol estos años y por sus historias también. Dos personas que le salvaron la vida en varias ocasiones, con quiénes pasó sus días de ocio y lloró cuando la presión era demasiada. Ellos finalmente se ganaron un lugar en su corazón.
Seungcheol llevó a Jeonghan a conocerlos cuando hizo su primera aparición como Comandante, reunió a la mayoría de los soldados y dió un par de instrucciones nuevas que debían cumplirse. También anuncio nuevas reformas, como dos días libres más para cada uno dependiendo de su rango y mejorías en los turnos de soldados con situaciones especiales, principalmente familiares. Luego del discurso los soldados se retiraron, pero antes le pidió a dos capitanes que se quedaran.

- ¡Seungcheol! ¡Cuánto tiempo! -dijo uno de ellos de ojos muy rasgados y linda sonrisa - ¿Cómo has- ¡Auch! ¿Por qué me golpeas?

- Porque eres un irrespetuoso Hoshi- el más moreno se inclinó ante Seungcheol y Jeonghan- saludo respetuoso al príncipe heredero y al príncipe consorte

- De pie Wonwoo, no es necesaria la formalidad.

- ¿Ves? Eres un exagerado

- Tú eres un descuidado

Eso logro sacarle una risita a Jeonghan, que atrajo todas las miradas.

- Hanni, estos son Wonu y Hoshi- ambos bajaron la cabeza en forma de respeto- mis compañeros de batalla y risas mientras estuve lejos