Capitulo 29

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Seungcheol estaba... En una crisis.

Era ridículo, ya estaba casi es sus treinta, no se supone que tenga estas confuciones a esta edad. Estaba casado, tenía cuatro hijos, varios consortes y subordinados de los que ocuparse, sin mencionar al imperio, ¡Tenía demasiado en la cabeza como para esto! Pero parecía que no podía evitarlo. Cada vez que cerraba los ojos, veía a Minghao bailando...

El chico era hermoso, nadie podía negarlo, sin embargo, jamás pensó que ese baile lo consumiría de esa forma. Estaba muy avergonzado, no solo la reina Samira se dió cuenta, sino que Dokyeom se encargó de reprocharlo por no mantener la compostura. Pero así como le atrajo su baile, también lo hizo todo lo demás. La breve conversación que mantuvieron en el banquete, le mostró lo respetuoso y calmado que era, se notaba ser una persona serena. Supo que era huérfano, fue criado como parte de la academia, que nunca permanecía en la misma ciudad más de dos meses. Era amigo de Mingyu, porque la reina lo inscribió de niño a clases con un maestro de ahí, así que aprendieron juntos. Por ello era muy estimado en el palacio, tanto por la reina como por sus hijos.

Lo más bello era su sonrisa, quizás por lo delicada que era, por como sus ojos amables te miraban mientras te sonreía.

Definitivamente esto no iba por buen camino, ¡No sé conocían! ¡Debía olvidarlo de una vez! ¡Ni siquiera sabía si él sentía algo similar! No importa lo mucho que le atrayera, solo lo vería un par de días más... Después sería el adiós.
Eso lo hizo suspirar. Decidió que ya era tarde y lo mejor sería descansar, cerró las cortinas desde donde admiraba el jardín y cuando iba a cambiarse de ropa alguien llamó a la puerta.

- Pase

- Con permiso- dijo el joven castaño al entrar- Saludo respetuoso a su Majestad

- ¿Minghao? ¿Qué haces aquí tan tarde?

- Estoy aquí por orden de la Emperatriz. Él ordenó que le diera un baile privado a su majestad, sin embargo, me veo incapaz de cumplirlo. Me disculpo, sinceramente.

- ¿Jeonghan?- ¿También se dió cuenta? Pero ¿Por qué un baile? ¡Eso era demaciado directo! Era extraño- Por favor, de pie. No tienes que disculparte, la verdad no sé de dónde vino esa orden.

- Le agradezco por comprender.- dijo levantándose y mirándolo- pero una acción como esa mancharía la reputación de la academia y les debo mucho a ellos.

- Tranquilo, aún que tuvieses la intención no te hubiese dejado. N-no soy tan atrevido...

- Lo sé- dijo sonriendo- su majestad, es un buen hombre.

Seungcheol vio el ligero rojo en sus mejillas y sintió el calor en las propias. De repente comenzó a notar lo cerca que estaban, sus respiraciones cerca de mezclarse. Seungcheol dió paso atrás, aclarando se la garganta y Hao tragó saliva, dirigiéndose a la puerta.

- Entonces, que descanse Majestad

- Tú igual, Minghao.- el chico asintió antes de cerrar la puerta trás él.

Seungcheol volvió a suspirar. No podría dormir. Decidió ponerse sus zapatos y encaminarse a la habitación de Jeonghan. Necesitaban hablar. No solo por la crisis mental que estaba pasando, sino que también tenía la impresión de que algo no andaba bien.

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Jeonghan y Mingyu se levantaron temprano. Mingyu le avisó que desayunaría con su padre y sus hermanas que llegaban hoy al palacio. Jeonghan lo despidió con un último beso antes de comenzar a vestirse. Tenía que llegar a su propia habitación antes de que sus sirvientes armaran revuelo por no saber dónde estaba.
Grande fue su sorpresa cuando entró y vio a Seungcheol durmiendo en su cama. ¿Qué demonios hacia allí?

El imperio Diamante (jeongcheol x Seventeen) (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora