Capitulo 9

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Jun despertó en una cama grande y esponjosa, con el cielo blanco y las paredes rojizas. Después de desperezarse recordó donde estaba. Se levantó para correr las cortinas y divisar la vista, el jardín imperial era hermoso y desde su balcón podían apreciarse las montañas. Tocaron su puerta, así que tomó una bata del tocador antes de dejar a quien fuera, entrar.

- Pase

- Buenos días Primer consorte- dijo una chica joven vestida como sirvienta mayor, junto a dos sirvientas más, inclinándose ante él- Mi nombre es Lina, por órdenes del Príncipe Consorte, seré su sirvienta de compañía desde ahora.

- De pie. ¿Qué más dijo el Príncipe?

- Su alteza lo invita al desayuno junto a su majestad y sus invitados.

- ¿Quiere que esté presente?

- Por supuesto, su posición es digna de acompañar a los príncipes en la mesa

Junhui asintió y sus sirvientas comenzaron a vestirlo de inmediato. No sabía exactamente que esperar de los príncipes, después de todo seguía siendo un consorte infértil, inútil, a pesar de su título y de la amabilidad que le dieron en la fiesta, estaba asustado. Odiaba a su padre, no quería volver a casa, pero tampoco sabía que pasaría con él en el palacio Yanxi.
Lo guiaron hasta el comedor, en la mesa Seungcheol estaba en la cabecera, su esposo a su derecha y los invitados sentados junto a ellos. Había un puesto vacío a la izquierda del Príncipe heredero, donde lo invitaron a pasar.

- Jun, siéntate por favor- dijo Seungcheol- te estábamos esperando- Jun caminó hacia él y se inclinó

- Saludo al Príncipe heredero y al Príncipe consorte

- No hay necesidad de formalidad, ven, siéntate- Dijo Jeonghan.

Jun obedeció. Estaba nervioso, después de todo no conocía a nadie y estar al lado de quien era su nuevo esposo era algo intimidante. En la mesa habían tres personas más, dos con uniformes militares y otro con un traje azul, lo reconoció como el sirviente en jefe del palacio, seguramente era el próximo gran consejero. La comida fue amena, a pesar de la incomodidad de Jun, pudo disfrutar de los sabores y reírse un poco con las historias que contaba uno de los soldados de ojos rasgados. Todos reían y lo dejaban contar sus hazañas, de vez en cuando el otro soldado intervenía con comentarios para burlarse de él o contar la versión real. Lo que más le sorprendió a Jun fue la coquetería con la que el soldado parlanchín miraba al sirviente de azúl, mientras este solo lo ignoraba con un sonrojó en el rostro. Nadie parecía darse cuenta o simplemente lo dejaban pasar, como si fuera algo completamente normal.

- ¿Irás a ver a tu padre hoy Cheol?- pregunto Jeonghan

- Si, quisiera hablar un par de cosas con él, espero que quiera verme- su semblante era algo triste. El Príncipe Consorte tomo su mano sobre la mesa y la acarició.

Jun se encantó con esa escena, tan íntima pero en un lugar tan público, como si no importara nada más que ellos. Sintió envidia, sintió que se echaría a llorar en el minuto. Si tan solo pudiera volver a vivir eso otra vez...

- ¿Jun? ¿Estas bien?- se espabilo cuando Seungcheol lo llamó, todos lo miraban, se dio cuenta que efectivamente tenía una lágrima corriendo por su rostro

- ¿Necesitas descansar?- Jeonghan se paró de su asiento y llamó a su sirvienta- Lina, lleva a tu amo a su habitación

- ¡Si!- ella lo tomo del brazo para guiarlo. Jun no se negó, quería salir de ahí.

Después de que se retirara, Seungcheol soltó un suspiro. Se sentía algo impotente por el chico, apenas si lo conocía y no tenía idea de cómo acercarse a él ni como conocer la causa de su agravio. Por otro lado, su esposo ya tenía una idea que hacer, necesitaría la ayuda de todos en la mesa así que procedió a dar órdenes sobre su plan sin demora. Seungcheol quedó algo dudoso con su plan, pero aceptó. Después de todo Dk tenía razón, Jeonghan era la persona ideal para manejar el harén.

El imperio Diamante (jeongcheol x Seventeen) (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora