Final

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Una vez que Sara se dio cuenta de que no había venido para crear problemas entre ella y Ramsey, fue como un pequeño paquete de feroz entusiasmo. Dudaba que midiera más de un metro cincuenta y probablemente pesaba menos de cincuenta kilos, así que fue interesante verla de pie frente al masivo Ramsey y llevarlo alrededor con palmaditas afectuosas y tentativas. Conversó conmigo mientras arrastraba mantas fuera de su armario de ropa y luego nos llevó a _______ y a mí hasta una casita independiente en el extremo de su propiedad. Me dijo que tenían amigos y huéspedes que se quedaban aquí de vez en cuando, y había un ligero olor a viejo hombre lobo en la pequeña cabaña. No era más que una cabaña de una sola habitación con un baño, pero sería perfecta para nosotras dos.

—Odio imponerme —le dije.

—Tonterías —dijo Sara con un gesto de la mano—. Eres de la familia de Ramsey. Puedes informarle de lo que está pasando con los osos mientras él ha estado fuera. Sé que se pone curioso de vez en cuando.

—Está bien —le dije, y miré por la ventana a _______ y Ramsey, quienes estaban descargando mi auto—. ¿Puedo preguntarte... algo personal?

—Por supuesto. —Ella metió una pila de mantas en mis brazos.

—¿Esas son... marcas de compañero en el cuello de Ramsey? —Las veía por todo su cuello, pero podría haber jurado que había visto unas semejantes en Ramsey, aunque su cabello las cubrió en su mayor parte antes de que pudiera verlas bien.

—Sí —dijo Sara con orgullo—. Supuse que, si ellos nos pueden reclamar, nosotras también podemos reclamarlos.

Oh, eso me gustó. Me gustó mucho. —Eres una mujer inteligente.

Ella sonrió.

•••

Poco tiempo después, estábamos solas en la cabaña. Ramsey (bueno, sobre todo Sara hablando por Ramsey) se comprometió a mostrarnos y presentarnos a los demás en la Alianza Paranormal al día siguiente para que pudiéramos conectar con otros cambia formas en la zona.

_______ y yo hablamos sobre nuestros planes. Habíamos sacado efectivo de la cuenta de _______ y, si nos gustaba Texas (sobre todo si los otros cambia formas que conociéramos eran tan amables, estaba bastante segura de que nos gustaría) pensaríamos en hacer un pago inicial por una casa aquí.

No me importaba siempre y cuando estuviera con _______.

Me puse el pijama y me desplomé en la cama, de pronto agotada. Había sido un largo día. Me sentía agotada emocionalmente y escurrida como una toalla vieja. Cuando _______ se deslizó en la cama junto a mí y me llevó en sus brazos con un movimiento lánguido, sospeché que ella sentía lo mismo.

Pero... Estaba en éxtasis, feliz. Nunca me había imaginado estar tan completa y totalmente contenta. ¿Exilio? Parece que me sentaba bien después de todo.

—Entonces —le dije a mi compañera—. ¿Qué piensas?

—Pienso que te amo —dijo _____, y luego tocó mi estómago—. Y creo que también amo a nuestro hijo. Todo lo demás no importa mucho.

Sonreí.

—Eres fácil de complacer.

—Tengo todo lo que quiero en esta cama aquí conmigo. —Mordisqueó mi oreja—. ¿Sabes?, sería muy feliz si quieres volver a la Antártida... o incluso volver al clan. Mientras que estemos juntas.

Toqué su mejilla, llena de amor.

—Me gusta este lugar. Vamos a ver cómo funcionan las cosas, ¿de acuerdo?

Ella asintió. Mi mano se deslizó a su cuello, y admiré esa hermosa piel. Los comentarios de Sara me habían dado una gran idea. Me di la vuelta en la cama hasta que estaba sentada encima de las caderas de mi pareja, mis piernas aplastándola contra la cama.

—Mmm. Supongo que no estás tan cansada —dijo _______ con una sonrisa.

—Supongo que no. —Me incliné hacia delante y presioné mi boca en su cuello.

—¿Qué estás haciendo?

—He aprendido algo hoy —le dije a _______, mis labios rozando sobre la sensible piel de su garganta. Tuve el placer de sentir los escalofríos de la reacción a mis caricias de ella.

—¿Qué aprendiste? —Su voz sonó un poco ronca, y su mano se deslizó hacia atrás hasta mi culo.

—Que si quiero algo en la vida, tengo que reclamarlo por mi propia cuenta.

—Creo que eso suena bien. ¿Qué tienes en mente?

—Lo único que importa. —Y mordí a mi compañera en el cuello, reclamándola para mí.

Su gemido de agradable sorpresa fue delicioso de oír. Y mientras sus manos se deslizaban por mi espalda, no pude resistir otra mordida de reclamo en su cuello.

Para el momento en que el sol se levantó en la pequeña cabaña que era nuestro nuevo hogar temporal, _______ había sido reclamado tantas veces que nadie nunca dudaría de nuevo que ella era enteramente mía... o que yo era totalmente suya.

FIN.

Bear Naked (Billie Eilish y Tu) G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora