Capítulo 4

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Tenía que quedarme. No podía renunciar a _______ tan fácilmente. Incluso si me asustaba, había sido medio humano anoche.

Solo tenía que convencer a esa mitad de aparecer.

Como si mis pensamientos pudieran convocarla, vi el enorme bulto de un oso pardo en la distancia. Se dirigía hacia mi campamento, trotando hacia delante a través de la nieve.

Me puse de pie, apretando mi ropa contra mi cuerpo. Hacía frío esta mañana, pero el aire estaba quieto y seco, con poca o ninguna brisa.

Mientras observaba, el oso se acercó hasta que llegó a unos cincuenta metros de distancia. Entonces, se agachó, me miró fijamente durante un largo rato, y se encorvó. Largo cabello enredado brotó de su espeso cuello y vi su cuerpo comenzar a cambiar a humano.

Ella estaba cambiando.

Sorprendida, desvié mi mirada para darle un poco de intimidad. De todas las cosas que esperaba ver esta mañana, esta no lo era. Después del apareamiento fallido de anoche, esperaba tener que convencerla a salir de su escondite una vez más.

Pero allí estaba, acercándose a mí. Tratando de cambiar a humano.

Era difícil no sentir un poco de esperanza ante eso. Tal vez está loca idea funcionaria después de todo.

Cuando escuché el sonido de unos pasos sobre la nieve crujiente, miré hacia _______ de nuevo.

Estaba de pie, su cuerpo erguido y mirando hacia abajo a sus manos extendidas, como si fueran ajenas a ella. Sus dedos aun terminaban en garras y eran peludas, pero eso no era sorprendente, los dedos eran siempre las últimas cosas en cambiar y controlar. Mientras observaba, levantó una mano a su cara y la tocó, y me di cuenta de que su nariz era todavía bastante similar a un hocico.

—Es posible que desees arreglar eso —dije amablemente en voz alta, e hice un gesto hacia mi propia cara.

Ella me miró, sorprendida, y cerró los ojos, para concentrarse. Observé su piel ondular mientras trataba de controlar su cambio. Era claramente un esfuerzo para ella, pude ver una fina capa de sudor en su cuerpo desnudo y sucio.

Y no pude dejar de quedarme mirando.

_______ estaba muy, muy desnuda. ¿Y bajo toda la suciedad? Era muy guapa. Me sorprendió, aunque no sé por qué. Supongo que esperaba que estuviera más demacrada, pero lucia muy bien, con músculos tensos y fibrosos bajo su piel. Si era un poco delgada, lo atribuía a su duro estilo de vida, viviendo como un animal salvaje. Su cabello caía en largos y enmarañados enredos hasta sus nalgas. Sus caderas eran delgadas y aparté mi mirada cuando me di cuenta de que tenía una gruesa, y erecta, erección. Me concentré en cambio en sus ojos, de color gris brillante en su cara bien definida.

Noté que su nariz y dedos eran ahora humanos, y que tocaba con cuidado su rostro como si quisiera asegurarse de que lo era. Cuando estuvo satisfecha con lo que encontraron sus dedos, me miró de nuevo.

—Hola —dije en voz baja. No me moví. Mi pequeña fogata se encontraba entre las dos, y no estaba del todo segura de lo que intentaría si la dejaba acercarse demasiado. El ataque de anoche seguía agobiando fuertemente mi mente.

Su mandíbula se endureció por un momento, parpadeó, y luego tosió un— : Hola —en respuesta.

Sonreí, complacida de escuchar su voz.

—¿Se te olvidó como hablar?

Tragó saliva, hizo una mueca y se agachó de nuevo, como si la posición erecta fuera dura para ella.

—Ha pasado... Tiempo.

—Entiendo. ¿Necesitas que te dé un momento?

Sacudió la cabeza, ese largo cabello enredado se balanceó.

Bear Naked (Billie Eilish y Tu) G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora