Capítulo 13

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—Bills... ¿Estás bien?

Le di a mi cuerpo una pequeña sacudida experimental, probando. No dolió, aunque sospechaba que probablemente me sentiría como el infierno en la mañana.

—Estoy bien. ¿Cómo estás tú?

_______ soltó una pequeña risa irónica.

—Yo no soy la que está en celo. Hablando de eso, ¿estás...?

—Va a tomar más que solo una ronda —le dije—-. Todavía puedo sentirlo en mi cuerpo. No obstante, tienes tiempo para recuperar el aliento antes de volver a hacerlo.

Soltó un resoplido sardónico y se quitó de encima de mí, y el pequeño catre crujió mientras se movía a mi lado.

—¿Por qué tengo el presentimiento que vas a usarme hasta ser un charco sin huesos antes de terminar el día?

No la corregí. Incluso ahora, estaba luchando contra el impulso de rodar e inmovilizarla en la cama y tomar lo que necesitara de ella.

—¿Ya te agoté?

_______ frotó una mano por su rostro.

—No es eso. Es... no lo sé.

Fruncí el ceño, rodando sobre mi costado para enfrentarla. El movimiento empujó mis pechos contra ella, y me emocioné ante el contacto de nuestra piel.

—¿Qué pasa?

—Yo... sigo pensando en la primera vez que te vi aquí en la isla. No pensé que fueras real. Todavía estoy medio asustada de tocarte por miedo a herirte. — Una mirada atormentada cruzó su rostro—. Herirte de nuevo —se corrigió—. Odio haberte hecho eso.

Paso mis dedos sobre su esternón.

—Eso fue tanto mi culpa como la tuya. No me di cuenta de cuán... salvaje serías. —O completamente enloquecida—. Una vez que te diste cuenta de lo que estabas haciendo te detuviste.

—Después de que patearas para liberarte —refunfuñó, y había auto desprecio en sus palabras. Aparentemente todavía pesaba mucho en la mente de _______—. Si no hubieses sido lo suficientemente fuerte...

—Pero lo soy —le recordé, y deslicé la punta de mis dedos sobre uno de sus pezones para atormentarla. ¿Estaban tan sensibles como los míos? —. Soy tan fuerte como tú, así que no hay nada de qué preocuparse. —No era del todo mentira... era mucho más fuerte que una chica humana normal, pero ella estaba en su mejor momento siempre sería más fuerte que una mujer oso. Aun así, ella sabía a qué me refería.

Mientras la observaba, su cuerpo se retorció en respuesta de mis ligeros toques exploratorios, y se estiró para agarrar mi mano.

—¿Qué estás haciendo, Bills?

—Nunca antes he tocado a nadie. ¿Puedo?

—¿Nunca? —Soltó mi mano y la colocó de vuelta en su pecho—. Pensé que estabas comprometida con alguien... —Sus cejas se fruncieron mientras trataba de recordar.

—Lo estaba —dije—. Ramsey Bjorn. ¿Lo recuerdas? Cuando él tenía quince, fue exiliado por romper las leyes, y nunca regresó. Después de eso, todos simplemente parecieron ignorarme.

Mis pocos intentos de salir con chicos humanos habían alentado tal desdén de mi padre que me había dado por vencida. Mejor estar sola y aceptada que injuriada, ¿cierto?

—Pobre Bills —murmuró _______. Su mano apartando mi cabello fuera de mi mejilla, y no se pudo resistir a tocar mi mejilla una vez más—. Es un tonto por dejarte.

Me encogí de hombros, internamente complacida por sus palabras.

—Era solo una chica desgarbada cuando se marchó. Probablemente no estaba pensando en mí en lo absoluto. —Pero eso no explicaba los años posteriores, cuando había crecido hasta alcanzar la adultez y aun así Ramsey no había regresado, a pesar de saber de sobra que no había un compañero para mí si él no lo hacía.

Había sido increíblemente egoísta de Ramsey el dejarme atrás mientras él se marchaba para vivir una vida en el exilio, y todavía ardía con el resentimiento de ello.

—Él está en tu pasado —dijo _______, y hubo una nota posesiva en su voz. Su mano rozó la mía—. Y eres bienvenida a tocarme de cualquier manera que gustes, aunque probablemente necesitaré algo de tiempo para recuperar mi energía antes de complacer de nuevo a mi mujer.

Solté una risita, el sonido agudo y aniñado. ¿Tu mujer? Pero en cambio, solo dije:

—¿Es porque eres tan vieja ahora?

_______ soltó un gruñido burlón.

Deslicé mis dedos por su pecho, y luego más abajo por su estómago. Señalaba a su ombligo y luego se ampliaba de nuevo, así que deslicé mis dedos incluso más abajo, explorando su entrepierna. Disfruté la aguda bocanada de aire que tomó, y mi experimentación se tornó más audaz. Seguí más abajo y acuné sus bolas, fascinada por la suavidad de la piel que las cubría, y el calor de su cuerpo. Tocar a _______ se sentía bien.

Luego, rocé mis dedos sobre la suave longitud de su pene, ahora flácido contra su pierna, y observé a medida que se agitaba a la vida.

—Bueno, mira eso —dije en voz baja—. Es interesante. —El calor entre mis piernas había empezado a pulsar de nuevo, la excitación chasqueando por mis venas.

—Creo que le agradas a mi cuerpo —musitó _______, y su mano empezó a deslizarse sobre mi hombro, acariciando mi piel.

Sus palabras arruinaron mi estado de ánimo burlón. Su cuerpo estaba respondiendo al mío debido a las feromonas que estaba arrojando. Era el celo, no yo. La incertidumbre saltó de nuevo y alejé mis manos.

—______... sabes que esto significará un bebé, ¿cierto? No estamos usando protección y no estoy con la píldora. —Y las hembras solo entraban en celo cuando la ovulación estaba asegurada. Ese era el por qué el celo de las cambiaformas hembras era un evento tan importante en su vida, no ocurrían seguido. Mi propia madre había entrado en celo una sola vez en su vida... y yo era el resultado.

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