✨03.- Promesa

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...

Evan observó a Melissa.
Sonrió al ver que su cuerpo pedía su atención, el cuerpo de Melissa era pequeño, delgado y moreno, tenía curvas que hacían resaltar sus pechos y por si fuera poco, sus labios siempre estaban rosados, lo que sólo ocasionaba que Evan tuviera pensamientos demasiado eróticos con ella en su habitación.

—¿piensas dejarme tumbada aquí?

—creeme que lo considero

Dejarla allí tumbada no era una opción para Evan, pero adoraba ver el cuerpo de Melissa tan dispuesto a sólo recibir caricias por parte de él.
Melissa logró sentarse y Evan la observó sin moverse; pronto sintió las manos delgadas y tersas de Melissa tomando su miembro para empezar a masajearlo y antes de que intentara detenerla, los labios de la chica ya estaban en el cuello de Evan.

—¿duele que te dejen con ganas?

La pregunta de Melissa lo hizo observarla confundido.

—¿qué?

—¿te dolería si te dejara con ganas?

Evan nunca había tenido que rogarle a ninguna chica por dejarlo penetrarlas y no estaba dispuesto a darle esa satisfacción a Melissa. Sin embargo, ella fue más rápida que él al cerrar las piernas y empujarlo con ellas.

—ni se te ocurra Melissa

—señor Cárter, sólo tiene que ser dulce y pedirme que lo deje follarme

—no voy a rogarte, ambos lo deseamos

—si, pero...

Melissa nunca se había tocado, pero recordaba cómo Evan la tocaba y comenzó por acariciar sus pechos.

—¿qué carajo haces?

Ella sonrió y llevó sus manos a su pelvis ocasionandose una arcada.
Sonrió cuando Evan se mordió el labio y con fuerza tocó su miembro e hizo una mueca.

—maldición Melissa Henley

—vamos señor Cárter, no es tan difícil

Abrió los ojos y la sonrisa de Melissa lo hizo enfadar.

—señora Cárter... Me acaba de poner demasiado duro con su toqueteo intencional, así que desearía que me permitiera follarla

La carcajada que estalló de la boca de Melissa lo hizo tomar las piernas de la chica y acercarla para separarlas y pronto penetrarla, logrando obtener un gemido de dolor por parte de ella.

—te lo has ganado

—eres un jodido animal, es muy grande para mí y lo sabes

—hoy no pienso ser dulce contigo

Y antes de que Melissa pudiera reprocharle, él la besó para después empezar a moverse y salir y entrar en ella lo más duro que podía. No tardó en encontrar su punto débil y las estocadas se concentraron allí.

—Evan

Deseaba gritar, pero estaban en un despacho arruinado cerca de la cocina y gritar mientras Evan la embestía no era una opción, así que en lugar de eso, se concentró en dejarle una que otra marca en el cuello. Y eso poco a poco llevó a Evan al orgasmo.

Él se vino dentro de ella y Melissa no tardó en correrse también.

—gracias

—¿por qué?

—por dejarme descargar mi enojo

—ha sido doloroso

—te lo merecías, además, puede que por fin te quedes unos días en cama sin hacer tonterías

Evan había sido duro con ella varias veces, pero nunca como esa vez y temía que las palabras de Evan resultaran ser ciertas.

—quiero cenar

—vamos

Ambos se vistieron y cuando Melissa observó a Evan pudo notar tres marcas rojas en su cuello y sonrió. Él siempre le prohibía que lo marcara, cada que Melissa lo intentaba la reprendía por ello, pero esta vez no había sucedido.
Tal vez eso era un buen indicio para ella.

—deberás arreglar esto

—claro señora, pero no hoy

Ambos salieron y fueron a la cocina a prepararse algo (ya que Lola ya no estaba) mientras platicaban de cosas que para ninguno de los dos tenía importancia pero que resultaron divertidas para acompañar la noche.
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A la mañana siguiente Evan se levantó temprano, se arregló y bajó a su despacho a arreglar.
Bryan (su mejor amigo) no tardó en aparecer y eso sólo lo desconcentró.

—¿pero qué pasó con este lugar?

—estaba muy enojado ayer, así que se me hizo fácil romper todo

Bryan lo observó y cuando estaba por felicitarlo al haberse desquitado con el lugar y no con una persona (la cual siempre resultaba ser inocente), pudo notar puntos rojos en su cuello y tomó asiento para después hablar...

—claro... Pero eso no funcionó ¿cierto?

—no

—y terminaste follando con tu esposa

—¿qué?

—vamos, te conozco

—¿y qué si fue así?

—te estás enamorando Evan Cárter

—claro que no

—¿puedes repetirme tu promesa?

no volver a dejar que alguien me reclame como suyo, y creeme que no lo he hecho

—tal vez con Carolina ya no es así, pero a Melissa le has dado privilegio

—¿de qué hablas?

—tienes marcas

Le señaló el cuello y Evan se acercó al espejo roto en la pared, sólo para descubrir que Bryan tenía razón, había dejado que Melissa lo marcara y aunque ante los ojos de las personas eso no sería malo, para él significaba otra cosa.

...

Enamorada De La Bestia© [Libro #1/ Trilogía Enamorados]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora