✨06.- ¿Amor?

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Victor continuaba sentado en la silla frente a Evan observándolo con curiosidad.

—¿por qué me ves como si fuera algo raro?

—eres un imbécil con todo el mundo, ¿cómo una chica como tu esposa pudo enamorarse de ti?

Enamorarse.
Una palabra que decía demasiado; Evan no estaba enamorado de Melissa y ella no podía estarlo de él, pero por primera vez en varios meses se cuestionaba algo con referente al amor.

—eso no es algo que te importe

—descuida, no me interesa

—si no vas a hacer nada productivo aquí, entonces vete

—claro que me iré y no te preocupes por el proyecto, no volveremos

—gracias

Claro que Evan reconocía su mayor defecto.
Era muy desconfiado. Pero para él era importante poder confiar en alguien o de lo contrario sólo sufriría como lo había hecho años atrás, hablando tanto de negocios como de su vida personal.

Salió del despacho abrumado, se alborotó el cabello y se sorprendió al no ver a Lola salir de la cocina (ya que siempre solía hacerlo).

—buenas tardes señor Cárter

Orlando apareció y eso lo sorprendió aún más.

—hola, ¿en dónde está Lola?

—subió hace unos minutos con la señorita Melissa y me pidió que le ayudara con una pasta que ha puesto

—bien

Se quitó la chaqueta y subió a la habitación sin hacer demasiado ruido, estaba por entrar cuando escuchó a Melissa hablar.

Lola, el amor se basa en confianza

pero Evan confía en ti

no estoy muy segura

bueno, ¿tú lo amas?

Le intrigaba la respuesta de Melissa, pero al mismo tiempo le daba miedo lo que sea que fuese a responder. No estaba listo para asumir algo a lo que le había dedicado demasiado tiempo a destruir. Su encanto sentimental.
Simplemente Melissa no podía llegar y decir que estaba enamorada de un tipo como él.
Entró rápidamente.

—¿de qué hablan?

Ambas voltearon a verlo y allí se dio cuenta de que Melissa estaba en ropa interior.

—de la ropa que le puede quedar mejor a Melissa

Si algo odiaba Evan (muy a parte de que se le desobedeciera), era que arrojaran las cosas por todos lados; lo cual había hecho Melissa con su ropa, había faldas, jeans, vestidos, blusas y chaquetas por toda la cama.
Las observó a ambas.

—Lola, necesito que prepares algo especial para cenar porque Priscila vendrá

—claro, permiso

Era verdad que Priscila vendría a cenar, pero Lola sabía bien que nunca pedía que preparara algo especial para ella, así que supuso que eso tendría que ver con Melissa y se retiró inmediatamente.

Melissa lo observó sin decir nada, el cabello le caía en la cara y eso le impedía descifrar si estaba molesto o no, así que esperó a que él hablara.

—¿no podías sólo elegir al azar?

—no

Se acercó a ella y la aprisionó contra el ventanal para inmediatamente devorar sus labios, llevó sus manos a las caderas de Melissa y caminó hacia atrás con ella siguiéndolo; al llegar a la cama se sentó y le sonrió.

—creí que sabías bien lo que odio

—¿y qué odias?

—que hagas estas cosas

La confusión en el rostro de Melissa le dio carta blanca para tumbarla sobre sus piernas.

—hace días he querido tanto que me enfades

Ella conocía perfectamente lo que esas palabras significaban, planeaba azotarla.

—quiero que guardes silencio

Odiaba la sensación que tenía cada que Evan la azotaba. Porque aunque en el sexo podía ser salvaje, también era considerado con su cuerpo; sin embargo, al tratarse de azotes, siempre procuraba hacerla sufrir y gritar.

—me gusta la tela de tu ropa

Después de la segunda vez que la había azotado, Melissa le pidió a Lola que la acompañara a comprar ropa interior de encaje o incluso seda; esas telas no le hacían daño y eran cómodas además de sexys.
La mano de Evan acarició su nalga y después, esa delicadeza fue sustituida por un fuerte golpe; la sorpresa y el dolor le provocaron una arcada y que se mordiera el labio para no gritar.

—odio que haya desorden en mi casa

El segundo golpe fue un poco más fuerte; el tercero casi la obligó a gritar; el cuarto provocó que se abriera un poco el labio al morderse; el quinto, el sexto, el séptimo, el octavo, el noveno y el décimo la hicieron soltar cortas lágrimas y tragarse el dolor que su mano le había ocasionado.

—bien hecho

Sintió un beso en la espalda y después la hizo colocarse de pie. Ambos caminaron hacia el espejo y sonrió al verla.

—¿estás bien?

¿Realmente estaba haciendo esa pregunta?
Acababa de azotarla y le hacía una pregunta que ni siquiera podía responder.

—Melissa

Su silencio estaba empezando a molestarlo.

—responde o te obligaré a hacerlo mientras te follo

—quiero terminar de arreglarme

—¿estás bien?

—si

—bien, entonces te dejo para que te arregles

Lo vio salir de la habitación muy tranquilo y se observó en el espejo, odiaba cuando por cosas tan estúpidas la azotaba y se atrevía a preguntarle si estaba bien.
Un azote como los que le daba significaba que no la quería y eso era suficiente para saber que no podía decirle lo que había descubierto gracias a Lola.

...

Enamorada De La Bestia© [Libro #1/ Trilogía Enamorados]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora