Enamorada De La Bestia© [Libro #1/ Trilogía Enamorados]

✨18.- Se Fue (3/5)

...

Abrió los ojos y allí estaba ella.
Vestía una falda amarilla de flores y un top blanco que le permitían apreciar la sonrisa de Melissa. Estaban en una playa a la que se había prometido no volver, pero ahora, allí con ella... El dolor del recuerdo ya no era tanto.

—¡ven!

Ella corrió para meterse al agua y él fue a paso lento hacia a ella. La tierra era tal cual la recordaba, suave, café y demasiado fina como para adentrarse en los dedos de los pies. Había extrañado sentirse en casa y en ese momento eso era todo lo que había querido por años.

—acercate

Volvió la mirada a Melissa.
Ella lo observaba sonriente esperando a que se acercara, pero cuando dio el primer paso, se dio cuenta de que ella se alejó de él.

—¿por qué te alejas?

—estoy esperándote en el mismo lugar

Extendió la mano hacia a él así que dio un segundo paso y ella retrocedió.

—no voy a lastimarte

—lo sé, por eso te pido que te acerques

—eso hago, pero te alejas

—no te has movido ni un solo paso

Evan bajó la vista a sus pies, había huellas tras él.

—claro que si lo he hecho

Se estaba molestando.
Bajó la vista a los pies de Melissa y en la tierra no hubo huellas, ella no había caminado tal cual lo había hecho él.

—¿esto es una broma?

En ese momento la expresión del rostro de Melissa cambió.

—es necesario que me vaya, sólo así podremos seguir adelante

—no puedes irte

—no somos sanos el uno para el otro

—si lo somos

—tú me lastimaste y yo te lastimé, no puedo perdonarte aunque tú lo hagas

—no se te ocurra dejarme

—gracias por haberte preocupado por mí y por sacarme del horrible lugar en el que estaba

—no

—aprendí a tener esperanza gracias a ti, ahora te agradezco de esta forma

—¿abandonandome?

—no... Dejandote el camino libre para que busques tu felicidad

—yo quiero estar contigo

—Evan, es mejor que te olvides de mí

—no lo haré porque

—no

Melissa sonrió tristemente después de interrumpirlo y esa sonrisa le provocó un pinchazo en el pecho. La estaba perdiendo y aunque caminaba hacia a ella, no podía detenerla.

—lo que tú sientes es una obsesión con la vida que pude darte

—no es cierto, no estoy obsesionado contigo

—¿entonces cómo llamas a lo que sientes?

Esa era una buena pregunta.
No podía decirle que estaba enamorado. No podía asegurar que lo estaba, pero sabía que lo que sentía por ella era demasiado fuerte como para hacerlo pasar por una obsesión.

—sé que no es una obsesión

—pero tampoco puedes darle nombre a ese sentimiento

—por favor, Melissa no puedes dejarme

—porque te tengo cariño debo irme, cuidate mucho

—Melissa, no

—adiós Evan

Dio varios pasos atrás cuando él intentó acercarse y se desvaneció en el agua con una sonrisa en el rostro.

—¡no!, ¡Melissa!

Se sentó de golpe y tardó unos segundos en recordar el lugar en el que estaba. La pequeña casa en la que se había quedado a dormir con Melissa llegó a su mente; su corazón latía rápidamente, se giró y se dio cuenta de que estaba solo en la cama.
Al parecer, Melissa no había querido dormir con él.

—Melissa

No recibió respuesta, así que se puso de pie y fue al baño, pero allí no había nadie; buscó en la cocina, pero estaba vacía; fue al armario, pero también estaba vacío. Melissa no estaba en la casa y su pecho dolió al recordar su sueño, no podía ser cierto que Melissa lo había abandonado en esa casa.

—¡Melissa!

Rogó porque apareciera con el camisón de velo que llevaba puesto debido a los azotes que le había dado, pero ella no apareció. Solamente había silencio en la casa; estaba solo.
Al volver a la cama, vio un sobre blanco con su nombre grabado en él y al lado de dicho sobre había una rosa marchita.

Se dejó caer de rodillas en el suelo.
Melissa se había portado normal después de que la había lastimado, un sobre y una rosa no eran cosas que él esperaba que dejara en su ausencia.
Ella le había pedido que la dejara ir, tanto en la realidad como en su sueño y en ambos había sido incapaz de soltarla, pero ella había encontrado la forma de ser libre y eso dolía.

...