[One-shot con Marcus Moreno, personaje de Pedro en "We can be heroes"]
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Luego de haber vencido a los condenados alienígenas, todos los superhéroes y sus hijos eran libres de regresar a sus vidas normales. La lucha había sido dura, nosotros, los adultos, habíamos sido secuestrados por esas cosas y, de no ser por los niños, ahora posiblemente seríamos esclavos en otro planeta.
Todos los niños corrían con enormes sonrisas hacia sus padres, alzaban los brazos buscando que los cargaran y los mayores estaban más que felices de hacerlo.
La pequeña de Sharkboy y Lavagirl, Guppy, le mostraba a sus padres sus nuevas habilidades y ellos estaban más que felices. Marcus y su hija estaban juntos en un gran abrazo, por fin podrían ser libres otra vez.
En cuanto a mí, bueno, yo no tenía ningún niño al cual esperar y la verdad es que estaba feliz con eso. Ni siquiera sabía cómo había terminado en todo este problema. Tenía súper poderes, sí, los cuales me fueron útiles para la batalla, pero no estaban lo suficientemente desarrollados como los de Milagroso o Lavagirl, ni tampoco era parte de la asociación "Superheroicos".
Pero, según Marcus, mis poderes debían estar en proceso de desarrollo para que los alienígenas me consideraran una amenaza. Esas criaturas destruyeron mi casa sin reparo alguno, solo para sacarme con un brazo robótico y encerrarme con el resto de héroes.
Aunque lo único bueno de ser secuestrada fue conocer a Marcus. Lo único positivo del día sería eso, conocer a un hombre tan fuerte y amable a la vez, Dios, lo era todo. Claramente era mucho mayor que yo y tenía muchísima más experiencia con sus poderes, pero el verlo pelear de esa manera, el sudor de su frente, el como movía sus katanas con tanta destreza y ese traje que le quedaba tan… Ah, cualquier mujer caería a sus pies en un instante, además tiene una sonrisa que…
— ¡________!
— ¿Qué? ¿Yo qué?
Me vi interrumpida por un llamado, vaya casualidad que se trataba del mismo hombre que estaba a punto de hacerme tener un colapso mental debido a su tan… tan magnífica forma de ser.
— ¡Gracias por salvar a mi papi! —la pequeña de Marcus vino corriendo hacia mí, abrazándome por la cintura al alcanzarme.
— ¡Missy, ten cuidado! —Marcus nos alcanzó a ambas—. ________, ella es Missy, mi hija. Missy, _________. ________, Missy.
— Es un gusto conocer a una pequeña tan linda y poderosa como tú —le sonreí correspondiendo su abrazo—. Además, se nota que tienes un muy buen gusto para elegir tus playeras.
— Tus poderes son increíbles, _________, vi como usabas tu control de objetos metálicos, ¡eres genial, amiga magnética!
— Oh, Marcus, tu hija es tan adorable —le sonreí, mientras Missy se alejaba levemente de mí, rompiendo el abrazo.