Paparazzi

4.2K 163 271
                                        


(Este one-shot es totalmente diferente al resto, desde su narración hasta la temática).

(Este one-shot es totalmente diferente al resto, desde su narración hasta la temática)

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


— ¡Pedro, Pedro, por aquí!

— ¡Mire a la cámara, por favor!

— ¡Señor Pascal, aquí!

— ¡Sonríe, Pedro!

— ¡Pedro!, ¿te importaría responder algunas preguntas?

— ¡Pedro Pascal!

— ¡Señor Pascal, señor Pascal!

— ¡Todos lo aman, Pedro!

— ¡Es el hombre de la década, señor Pascal!

Las luces cegadoras de las cámaras podían ser abrumadoras muchas veces, sobre todo si las personas te toman fotografías de tan cerca. El moreno estaba algo aturdido, su caminar se había detenido gracias a la multitud de gente que no dejaba de gritar, hablar o llamarlo, y, sobre todo, grabarlo o fotografiarlo.

Al principio, la fama se siente bien, porque tus fanáticos son dulces contigo todo el tiempo y hasta pueden llegar a ser tímidos al momento de pedir una fotografía, pero con forme más fama vas ganando, tu vida privada ya no es tan privada que digamos, todo el mundo se obsesiona contigo. Tus fanáticos ya son tan dulces contigo y ahora quieren saber hasta qué dentífrico usas, ya no puedes hacer nada sin que te atormenten con sus celulares o cámaras.

Pedro Pascal amaba a sus fans, de eso no había ninguna duda, pero en cuanto a los paparazzis, ellos sí eran molestos. Y cuando ambos se juntaban... sucedía justo lo que estaba viviendo el pelinegro.

"¿Debería contratar guardaespaldas?", pensó él, buscando la manera de no sonar grosero con la gente a su alrededor.

— Todos son muy amables y dulces conmigo —habló Pedro y la multitud se calmó un poco—, pero de verdad tengo que llegar a mi auto, me esperan en casa...

— ¿Te esperan en casa?

— ¿Quién? ¿Quién?

— ¡Pedro! ¿Acaso ya tienes novia?

— ¿O novio? ¡Dinos!

— ¡Señor Pascal, por aquí!

La mentira no dio resultado. En realidad nadie lo esperaba en su casa, pero mintió diciendo que sí, pensando que de ese modo lo dejarían pasar, grave error. Eso solo los alborotó más.

Pedro resopló bajo, empezó a caminar nuevamente y, empujando levemente a algunas personas, por fin pudo llegar a su preciado auto. Sacó las llaves de su bolsillo lo más rápido que pudo y abrió la puerta del piloto, entró con desesperación y cerró la puerta con fuerza. Por fin el bullicio de todas esas personas se redujo.

Pedro Pascal | One shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora