Capítulo 39

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Cuando abrí los ojos, la primera imagen que se me vino a la cabeza fue la de Brandom, ¿qué habría sido de él? ¿Estaría todavía en la habitación de invitados? Di un bote de la cama y me vestí rápidamente, Aarón estaba dormido y no se enteró en ningún momento de todos mis movimientos. Lo contemple durante segundos y decidí que era el hombre de mi vida, así que tenía que hacer algo importante en ese mismo momento... Cogí el pomo de la puerta y abrí muy lentamente, intentando hacer el menos ruido posible, miré hacia atrás y Aarón seguía durmiendo plácidamente, salí despacio y al cerrar acompañé el pomo de la puerta para que no se escuchara el más mínimo ruido.
La casa parecía un desierto, cuando bajé las escaleras no había nadie, ni siquiera vi a nadie del servicio. Caminé todo el pasillo con paso decidido hasta llegar a la habitación de invitados que en teoría estaba utilizando Brandom.
Toqué a la puerta y no tardé en escuchar su voz varonil.
- Sí, puedes pasar - abrí la puerta y cuando entré noté la energía negativa de su mirada. - ¿donde estabas?
- Brandom yo... - se puso de pie y caminaba lentamente hacia mi
- te he hecho una pregunta y te agradecería que me contestaras... ¿Donde estabas?
- estaba curándole una herida a Aarón...
- ¿que herida Izan? ¿La que se ha hecho en la polla de tanto follarte? - su tono de voz era neutro, en ningún momento lo levantaba, era como si me estuviera preguntando como me había ido de compras o algo por el estilo.
- Brandom te estas pasando
- ¿que me estoy pasando? - en ese momento, acompañado de una sonrisa irónica, llevó su mano derecha a su barbilla. - ¿te lo has follado?
- No
- ¿no?
- le he hecho el amor, por que lo amo desde siempre, es el único hombre que he amado en mi vida de verd... - no pude terminar la frase, su mano abierta había impactado en mi cara derrumbándome en el suelo, en ese momento no me lo podía creer... Abrí lentamente los ojos y miré la moqueta roja en la que estaba tirado...
- me has pegado - le dije levantando la mirada hacia sus ojos.
- bastardo hijo de puta... La ostia que te he dado no es nada con lo que te voy a hacer. ¿Que creías? ¿Que iba a ser un capullo de estos que se dejan vacilar? Ah no guapo... - una patada en el estomago fue lo siguiente que recibí, su pie rebotó después del golpe en mis abdominales, y la respiración empezó a faltarme... Se sentó encima de mi cintura después de ponerme boca arriba y con su mano izquierda apretaba mi cuello pero no demasiado. Su intención no parecía ser estrangularme si no mas bien sujetarme...
- ¿te lo has pasado bien con él muñequito?
- suel... Suéltame... - casi no podía hablar
- ah no no... Yo también quiero pasarlo bien... Te voy a soltar un momento si te mueves o gritas no podré hacerte nada, pero en cuanto salga de esta habitación mandaré a que le corten el cuello a tu amor verdadero como tu le llamas y a tu mamá... Mis amigos rusos lo harán por poco dinero... No piden tanto como tu ¿lo sabias?
- por favor Brandom - mis ojos se encharcaban de lagrimas, y éstas empezaron a recorrer hasta mi barbilla - por favor...
- que te calles hijo de puta - me soltó el cuello y bajé la mirada para ver que iba a hacer, no tenía el cien por cien de la visibilidad por que mis propias lágrimas creaban una telaraña en mi visión pero enseguida me di cuenta... Estaba desabrochando el botón de mis jeans...
Intenté desprenderme de él pero otro guantazo volvió a tumbarme en el suelo, esta vez noté el sabor de mi sangre en los labios...
- estate quieto no quiero desfigurarte esa preciosa carita de modelo - hablaba como si estuviera poseído, como un loco.
Me quitó los pantalones y los bóxers, y después me ordenó que me quitara la camiseta... Obedecí para no recibir más golpes, seguidamente se puso de pié y se desnudó lentamente... Se agachó y estirándome del pelo bruscamente me arrodilló delante de él.
- ahora cómemela como se la comes a ese hijo de puta - yo no podía hacer otra cosa que llorar, estaba destrozado, era imposible que algo así me estuviera pasando a mi. Solo cerré los ojos y recé mentalmente...
- que me comas la polla puto bastardo de mierda. - en cada palabra que me decía, en cada insulto, intentaba reconocer a Brandom, a mí Brandom, pero había desaparecido, delante de mi más bien tenía un desquiciado mental. Como no hice lo que me pedía me dio un rodillazo en la mejilla que me mando de nuevo al suelo golpeando esta vez con la sien en el suelo, seguidamente volvió a cogerme por el pelo y me volvió a arrodillar. Si los golpes me dolían, más me dolía la forma en que se me estaba rompiendo el corazón. Yo no estaba enamorado de Brandom pero si lo había querido muchísimo. Abrió con sus manos mi boca e introdujo su pene, me obligo a chupársela el rato que el quiso mientras me iba dando pequeños guantazos en la cara cuando sacaba su miembro.
- ¿la tiene mas grande que yo maricona? ¿No verdad? Comete esta que veo que te gusta - abrí los ojos una de las veces que sacó su pene y éste estaba manchado de mi sangre, era repugnante, le miré a los ojos y tenía las pupilas dilatas y su cara me recordaba a la de un psicopata, sonreía como un total desquiciado... Yo solo rezaba para que alguien del servicio o el mismo Aarón abriera la puerta, pero nadie venía, y si gritaba, Aarón y mi madre iban a morir.
Se arrodilló delante de mi y me miró a los ojos, seguía sonriendo
- ¿como te lo estas pasando? - bajé mi mirada al suelo y vi sus rodillas clavadas en la moqueta. Levanté la mirada de nuevo cuando vi que este movía su brazo y había colocado su muñeca en su nuca, dejando su axila al aire...
- ahora me vas a lamer los sobacos, vamos saca esa lengua perrito... - me obligó a hacerlo varias veces en ambas axilas
- por favor Brandom ya basta...
- shhhh.... Calladito estas mas guapo, o dime una cosa ¿cuando follas con ese maricon también le dices que pare? ¿No verdad? - al ver que no le contestaba volvió repetir la pregunta pero en un tono más amenazante y ligeramente más alto - ¿¡no verdad!? - me agarró del cuello y me puso de pie, me hizo muchísimo daño, empezaba a notarme el ojo y los labios hinchados, la cara me dolía y el estomago todavía me rugía, sin duda me había dado una paliza buena.
- Ponte ahí - dijo señalando el escritorio - ¡vamos! Si se me baja la polla vas a estar chupándomela hasta que vuelva a empalmarse ¿entendido? - asentí y me fuí al escritorio, me dolía todo... El vino detrás y antes de llegar a la mesa de madera me pegó una patada en la espalda y me golpeé con el borde de la mesa en el pecho...
- ¡Aaah! - se me había escapado un pequeño grito, me cogió del pelo y tiró hacia atrás colocando mi oreja en su boca
- si vuelves a chillar como una puta maricona te vas a arrepentir el resto de tus días. - cuando terminó la frase lamió asquerosamente mi oreja llenándome de babas, con su pié golpeó los míos con dos golpes secos abriéndome un poco de piernas... - ¿te han follado alguna vez sin lubricante y sin chupartelo muñequito? ¿Sabes lo que se siente? - no podía dejar de llorar era automático, impresionantemente no podía hacer nada estaba totalmente bloqueado, aun sabiendo que aquello era una violación y maltrato en toda regla no podía hacer nada. Ahora ya sabía lo que era... Noté como me penetró a secas, dañándome por dentro, era un dolor insoportable, me follaba con muchísima fuerza, como si quisiera destrozarme por dentro, me dolía muchísimo el estómago y mis piernas temblaban automáticamente, un frío escalofriante recorrió mi cuerpo y entonces entré en estado de shock, estaba despierto pero no me estaba enterando de nada... Solo recordaba a mi padre jugando al balón con mi hermano y conmigo en el parque, y también recordé las cenas de Navidad y de Pascua con él. Me sacó de mis pensamientos un nuevo tirón de pelo que me arrastraba hasta el centro de la habitación y me tiró al suelo.
- Ponte de rodillas chupa pollas - obedecí sin rechistar y entonces empezó a masturbarse delante de mi, todo me dolía una barbaridad... Nunca imaginé que en mi vida sentiría alguna vez tanto dolor. Me volvió a agarrar del pelo y me acercó a sus huevos...
- ahora abre la boquita que papá te va a dar la leche de antes de dormir...
- no por favor - le rogué llorando, casi ni podía verle de lo encharcado que tenía mis ojos.
- ¡que te calles! Ooooh si, si... - su semen se esparció por toda mi cara y dentro de mi boca. - ¿te ha gustado mi leche? Nunca la habías probado. - restregó con su mano todo su semen por toda mi cara y solo recuerdo el ultimo puñetazo que hizo que me desplomara desmayado en el suelo.

Osadía codiciosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora