Osadía codiciosa

Capítulo 32

Saqué mi móvil del bolsillo y filmé como las dos mujeres se besaban...
¡Me había salido todo redondo! Tenía la prueba con la que podría quedarme con Aarón para siempre...
Volví al comedor, me apoyé en la puerta y lo miré descaradamente...
- ¿pasa algo?
- sí - me acerqué poco a poco a él, y me puse a sus espaldas... Bajé mis manos por sus pectorales, rozando la seda de su camisa caliente por su cuerpo... Besé su cuello, estaba inmóvil...
- Izan ¿que estas haciendo? En cualquier momento puede entrar Rocío... - acerqué mis labios a su oído y le susurré que tarde o temprano sería mío.
- siéntate, sabes que eso es imposible...
- esta bien... Tiempo al tiempo. - me acomodé en mi sitio y en cuestión de minutos Rocío entraba por la puerta como si nada.
- ¡chicos! ¿estáis listos para una buena cena?
- si por supuesto, ¡tengo un apetito!
-¿y tu Aarón?
- yo también Rocío, cenemos de una vez quiero salir a montar...
- ¡hay! ¡Estos hombres que solo pensáis en los caballos!
- ¿y en qué pensáis las mujeres? - mi pregunta fue directa cuando vi entrar a la sirvienta...
- nosotras pues no lo se, supongo que en estar siempre guapas, maquillajes, joyas, en el amor ¡no se Izan! Que preguntas tienes...
- ¿tu pensando en el amor Rocío? ¿Con el pedazo de hombre que tienes? - dije entre risas, y ella rió también, en cambio a Aarón no le hizo mucha gracia ya que noté la punta de su zapato clavándose en mi espinilla...
- toma Aarón coge gambas...
- Rocío ya sabes que los crustáceos no me gustan mucho... Prefiero solomillo ¿me lo pasas por favor?
- si claro, toma - la rubia le pasó la bandeja al guaperas y se dirigió a mi - Izan me he enterado que has hecho varios trabajos ¡en Francia y en Italia!
- sí, no he parado mucho la verdad... Lo justo para conocer la casa de Brandom ¡que es enorme!
- y cuéntanos ¿como estas con él? ¿Te da lo que necesitas? - su voz era traviesa y sonreía maliciosamente - vamos ¡suelta prenda!
- si todo lo que necesito
- ¡hasta un coche 230.000€! No se puede quejar ¿verdad Izan? - Aarón se había quedado agusto, tenía su mirada clavada en mis ojos.
- sí, hasta eso, cuando quieras puedes probarlo Aarón! ¡Mira se me ocurre algo! En vez de montar a caballo, hoy vamos a probar el coche, ¿que te parece?
- no mejor no Izan, gracias... Montar me apetece más.
- vamos cielo! ¡Hazle caso a Izan! ¡Con lo que te gustan a ti estos coches!
- ¡no se hable más! Me llevo a tu marido a sacarle chispa al Aston, ¡tranquila que te lo cuidaré!
- no se yo... Según la experiencia, sueles robar maridos - empezó a reír como una loca, Aarón ni gesticuló y yo no sabía que hacer así que sonreí y le di un sorbo al cava...
Hablamos durante toda la cena de trabajo, y próximos spot y sesiones de fotos que tenía que hacer y entonces Aarón pidió permiso para retirarse, poniéndose en pié.
- ¿pero cariño y el postre?
- si voy a salir con Izan a probar el coche, prefiero cambiarme, ponerme algo como un chandal o algo así... Mientras que acabáis el postre que a mi no me apetece, iré a cambiarme...
- de acuerdo... - me miró a mi y me hizo una pregunta - ¿cómo lo haces para entender a los hombres? - Aarón sonrío y salió del salón
- la verdad es que mucho tampoco los entiendo, ¿tu entiendes mas de mujeres verdad Rocío?
- ¡Izan cállate! - me miró fulminándome con la mirada y bajó el tono de su voz - ¿por qué me preguntas eso?
- no soy imbécil Rocío, te gustan las mujeres...
- ¡cállate! Ya hablaremos de esto en otro momento...
- ¿por que estas con Aarón si te gustan las mujeres?
- ¡Izan basta! O tendré que echarte de mi casa...
- hazlo, y tu matrimonio terminara hoy.
- ¿me estas amenazando?
- solo he respondido a tu amenaza con otra... Rocío tenemos que hablar, podemos solucionar todo esto, ¡tu podrías ser feliz y yo también!
- ¿a que narices te refieres? ¿Que te pasa?
- estoy listo - Aarón estaba en la puerta, con un chandal negro caído y una sudadera negra con la bandera americana en el pecho... Estaba guapísimo
- pues vámonos, ¿Rocío desayunamos juntos?
- si, claro.