Capítulo 36

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Cuando la vi alejarse de mi dirección a la casa, no tuve dudas, se que había caído en la trampa. Me senté en la mesa y cogí un racimo de uvas, pero no me dio tiempo a probarlas, escuché rugir el motor del BMW de Aarón, así que salí corriendo a la entrada de la casa y lo pillé por los pelos...
Paró el coche en cuanto me vio, y bajó la ventanilla.
- ¿todo bien?
- sí, ¿dónde vas?
- voy a desayunar fuera, necesito despejarme un poco.
- puedo... ¿Acompañarte? - se quitó las gafas de sol, miró hacia la carretera unos segundos y después me devolvió la mirada...
- sube - abrí la puerta del coche e hice una señal a Rocío para que supiera que ya tenía vía libre... Antes de subir en el coche fingí torcerme el tobillo
- ¡aaaaah!
- ¡Izan! ¿Estas bien? - en un santiamén había salido y rodeado el coche hasta mi
- ¡me he torcido el tobillo! - me ayudó a sentarme bien en el asiento - se me pasa tranquilo, vámonos...
- ¿estas seguro?
- sí de verdad, estoy bien, se me pasará.
- Izan.. - lo miré a los ojos - estas guapísimo
- gracias - noté que me había sonrojado - tu tampoco estas nada mal - sonrío y me acarició la pierna
- ¿entonces? ¿Nos vamos?
- sí, será lo mejor. - asintió con la cabeza y cerró mi puerta, rodeó el coche por delante y se subió, me miró, cubrió de nuevo sus ojos con las gafas y salimos de la casa por el camino de tierra...
Antes de llegar a la carretera volví a fingir dolor...
- ¡aaaaau! - frenó el coche de nuevo
- Izan, te voy a llevar a un médico
- no, no tranquilo, escucha Aarón. El día que me hice la sesión de fotos en tu dormitorio, a los pies de la mesita de noche había un bote de Reflex ¿sigue estando ahí?
- sí, a veces tengo que ponerme... Ya sabes lesiones crónicas...
- bien, escucha, te diría de comprar un bote en la ciudad pero esta algo lejos, y la verdad no es por aguarte el desayuno pero me duele bastante, si pudiera echarme un poco de spray se me calmaría seguramente... Y tu casa esta mas cerca...
- esta bien, esta bien... Volveremos a la casa y subiré a por el spray
- gracias Aarón...
- no hay de que... - dio la vuelta e íbamos de nuevo dirección a la casa, eso si, mas rápido de lo normal...
Me estrechó la mano, y suspiró...
- ¿por que suspiras?
- por que en realidad te amo... Pero eres muy joven Izan, tienes la cabeza llena de pajaritos, hay cosas que no me gusta como las piensas.
- nadie es perfecto
- lo sé, pero siempre hay que intentar ser lo mas perfecto posible.
Habíamos entrado de nuevo en el chalet y Aarón paró el coche en la puerta principal de la casa
- voy a buscarte el spray, veras que pronto habrá desaparecido el dolor
- gracias
- gracias no... Pagaras tu el desayuno - sonrío y me guiñó un ojo.
- eso esta hecho - se bajó del coche y entró en la casa, dejó la puerta principal abierta. Yo me bajé del auto y entré en el vestíbulo, me acerqué hasta las escaleras y me paré en el primer escalón para escuchar lo que iba a pasar arriba.
Nada más entrar en la casa ya se escuchaba una canción casi porno diría yo en el piso de arriba, con el volumen por las nubes. Escuché a Aarón gritando y aporreando la puerta
- ¡Rocío ábreme! ¡Es importante! - fui subiendo escalón a escalón intentando ver que estaba pasando... Cuando llegué a la cima de las escaleras vi a Aarón delante de la puerta de su dormitorio dando gritos, pero la verdad casi ni se le escuchaba de como tenía el volumen de la música Rocío dentro del dormitorio... Giró la mirada y me vio
- ¿pero que estas haciendo?
- es que me duele mucho Aarón, y he subido por que veía que tardabas...
- no se que pasa con Rocío no me abre la puerta
- Dios mío... ¿Que dices?
- espera toma - me acercó un banco que había en el mismo pasillo para que tomara asiento, y así lo hice, solo eché de menos las palomitas, el pensamiento me hizo gracia...
- gracias, cariño, deberías abrir esa puerta
- ¿que quieres decir?
- tírala abajo si es necesario pero tienes que conseguir entrar, ¿y si le ha pasado algo en el baño? Imagínate que se ha puesto la música para ducharse y se ha resbalado en la bañera
- Izan, me estas asustando - volví a fingir dolor - tienes razón voy abrir, voy a derribar la puerta
- eso es ¡ábrela! - Aarón cogió carrerilla y empotró su cuerpo fuerte contra la puerta abriéndola de par en par, reventando parte del marco y de la cerradura... Y ahí estaban, Rocío y su amante desnudas, revolcándose las dos en la cama, Aarón se había quedado de piedra... Sus venas del cuello cada vez eran más visibles y su mandíbula estaba tan apretada como la de un tiburón. Las chicas en cuanto nos vieron chillaron y se levantaron de golpe, Rocío utilizaba la sabana para cubrir su cuerpo, y Arantxa se vestía a la velocidad de la luz....
- cielo, puedo explicártelo todo
- ¿¡Pero que coño esta pasando aquí!? ¿¡Que cojones es esto!? ¿¡Que me has hecho!? ¡Que me estas haciendo!?
- Aarón
- ¡cállate! ¡cállate!
Rocío me lanzó una mirada reprochadora y yo le respondí con una sonrisa y una mirada de triunfo innegable.

Osadía codiciosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora