Capítulo 27

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Después de colgar llamé directamente a Brandom.
- hola Brandom
- hola cariño, dime
- he pensado que como no llegas hasta el domingo, voy a bajar a Barcelona a ver a mi madre.
- ¿seguro?
- sí, ya estoy preparado para hacerlo.
- de acuerdo, ahora llamo para que te preparen el avión
- Brandom, hay algo más...
- tu dirás, ya sabes que solo tienes que pedírmelo
- quiero llevarme mi coche. No quiero estar dependiendo de nadie.
- no te preocupes, ves con él hasta la pista y que lo carguen.
- gracias mi amor, siempre complaciéndome en todo
- eso es por que te amo. - sonreí y colgué.
Subí a mi habitación corriendo por las escaleras, hice las maletas en un santiamén y volví a bajar... Avisé al personal de mi salida para que no se preocuparan, y me puse en marcha... Al llegar al aeropuerto, el mismo señor de la otra vez me hacía señales con una bandera roja... Cargaron mi coche y en cuanto le dieron luz verde al piloto, empezamos a colocarnos en la pista de despegue, estaba entusiasmado, estaba seguro de que iba a ser un día muy importante en mi vida. Volvería a ver al amor que me había marcado para siempre. Pero en una situación muy diferente, ahora yo tenía la misma posición social que él.
Estaba tomándome una copa de cava por encima de las nubes, cuando de repente Adele la azafata de vuelo vino muy nerviosa...
- Sr. póngase el cinturón, nos acercamos a un tramo con turbulencias... - ¡no por dios! Me asusté muchísimo y le hice caso sin rechistar..
Ella salió de la cabina y yo miraba por las ventanas pero en apariencia estaba todo bien. Pero de repente el avión empezó a vibrar, y cada vez aumentaban más las vibraciones, hasta el punto en que la copa de cava estalló en cuanto rozó el suelo... Me cogí al sillón y recé para que todo saliera bien... Las vibraciones aumentaban más y más. Y de repente del techo descolgaron mascarillas y se encendió la luz de emergencias, ahora ya estaba muy nervioso... Llamé a la azafata a gritos hasta que entró
- ¿Sr.?
- ¿cómo que Sr.? ¡Maldita sea! ¿Que esta pasando?
- de momento las turbulencias están aumentado y hemos perdido algo de presión, no se preocupes llevamos uno de los pilotos mas cualificados del país.
- si me pasa algo... Que se atenga a las consecuencias.
- Sr. sin faltarle al respeto pero él no puede hacer nada
- ¡claro que puede! ¡La próxima vez que se informe como esta el maldito pano - me cortó la frase una fuerte turbulencia que me hizo botar varias veces, y mandó a la chica al suelo, no se levantaba... Yo la llamaba una y otra vez pero no se levantaba. El avión volvió a vibrar mas fuerte todavía y noté un tanto de descenso... Estaba muy asustado, ¿se acababa todo? ¡No podía ser! Justamente ahora que tenía la vida que quería no porfavor... De repente los movimientos bruscos cesaron y la luz de emergencia desapareció, así que me quité el cinturón y me arrodillé al lado de la chica
- ¡vamos despierta! ¿Que es lo que te pasa? ¡Vamos! - la tumbé boca arriba y vi que tenía una herida en la frente, la sangre dibujaba una línea desde la frente hasta los labios... Me asusté muchísimo, así que me puse en pié de un brinco y fui corriendo a la cabina del piloto, toqué la puerta y se abrió automática... El piloto tenía la frente encharcada de sudor... Y el copiloto me miraba exhausto.
- ¿esta usted bien señor?
- yo sí, pero tenéis que ayudar a la azafata por favor en una de las turbulencias se ha caído al suelo, y esta sangrando, ¡se ha golpeado la cabeza!
- ¡Dios mío! - el piloto le hizo señal al copiloto para que fuera a ver... Éste se quitó los cascos y salió pitado, yo fui detrás de él.
- ¡Adele! ¡Adele! Vamos despierta mi amor... - la abrazó contra su pecho y las lagrimas recorrían sus mejillas, ¿como que mi amor? - vamos Adele, ¡tienes que despertar!

Osadía codiciosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora