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Cuando me desperté la habitación estaba a oscuras excepto por la tenue luz de la luna y las farolas que entraba por la ventana

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Cuando me desperté la habitación estaba a oscuras excepto por la tenue luz de la luna y las farolas que entraba por la ventana. Me di cuenta que una manta me cubría del frío que comenzaba a sentirse a principios de diciembre en Bogotá.

Froté mis ojos y decidí levantarme somnolienta. Abrí la puerta de la habitación, por fortuna la casa no era enorme como para perderme, así que caminé por el pasillo que conducía a las escaleras. Bajé los peldaños dándome cuenta que de las paredes colgaban varios portaretratos familiares.

Seguí las voces y risas provenientes de la sala de estar, donde encontré a Juan Pablo viendo un partido de fútbol junto a un hombre mayor bastante parecido a él, supuse que era su padre. Villa dejó de reír en cuanto se percató de mi presencia. Se levantó del sillón, llamando la atención de su progenitor.

-Pá, ella es Alex-se colocó a mi lado posando su brazo en mi cintura-. Mi novia-dijo con un atisbo de orgullo.

-Vaya, es un gusto conocerte por fin. Soy Mauricio-se levantó del sillón y me dio un caluroso abrazo-. Bienvenida a la familia.

Le sonreí levemente, preguntándome si todos en la familia Villamil eran así de cálidos con todas las personas.

-Gracias señor.

-Dime Mauricio-respondió.

-Alex, por fin despertaste, ¿cómo te sientes, cariño?-Clemencia apareció en la sala.

-Estoy bien, gracias-respondí tímida.

-Qué bien-dijo sonriente-. Ya es casi está la cena.

-La ayudo-ofrecí cuando la vi dar media vuelta para dirigirse a la cocina.

-Por supuesto que no, tú quédate aquí-negó con una sonrisa y me sentí aliviada.

No era que no quisiera ayudar, simplemente en la cocina yo era un completo desastre y no haría más que estorbar o intoxicar a alguien con la comida.

-Iré a ayudar a su madre-dijo Mauricio yendo en dirección hacia donde fue Clemencia.

-¿Y bien?

-¿Qué?-le pregunté al ojiverde.

-¿Cómo te cayeron mis papás?

-Bien, no ha sido como creí que sería.

-Y no vomitaste hasta ahora-dijo divertido y rodeé los ojos.

-Cállate.

-No sabía que cuando estás nerviosa vomitas.

-Yo no... ¿quién te dijo eso?

-Sebastián. Lo llamé hace rato, mamá estaba preocupada por ti y quería llevarte al médico, pero Yatra me dijo que cuando estabas muy nerviosa te daba por vomitar. De hecho, me dijo que en los Grammy de hace un año vomitaste todo tu vestido-sonrió divertido.

la última vez | j.p. villamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora